Cómo la música se convierte en el puente entre lo que vemos y lo que sentimos
La envidia, esa emoción que preferimos ignorar pero que, en secreto, todos hemos sentido, se convierte en el espejo donde nos miramos al disfrutar de Envidiosa. La serie, una mezcla de humor, drama y delirio visual, desmenuza lo más humano de lo que menos queremos hablar. En esta obra, cada diálogo, cada giro de guión y, sobre todo, cada nota musical, construye un universo que va más allá de la pantalla. En el centro de este conjunto de emociones, la música de Juan Blas Caballero se posiciona como un personaje más, una voz que, sin palabras, dice todo lo necesario.
A lo largo de su carrera, Caballero demostró que es un maestro en transformar emociones en melodías inolvidables. Ganador de siete premios Latin Grammy y diez Premios Gardel, su trayectoria incluye la creación de bandas sonoras para grandes producciones como María Marta, El Crimen del Country y Abzurdah. Sin embargo, es en la serie protagonizada por Griselda Siciliani donde su arte alcanza un nuevo nivel, proporcionando una atmósfera sonora que no solo acompaña la trama, sino que la eleva. Como si descifrara los silencios incómodos de la envidia misma, sus composiciones abrazan las historias de cada uno de los personajes.
En un contexto donde el cine y la televisión enfrentan el reto de conectar con públicos cada vez más diversos, el compositor demuestra que la música sigue siendo el puente más efectivo entre lo que vemos y lo que sentimos.
¿Te sorprendió el éxito de Envidiosa?
La verdad es que la serie es espectacular. Todos teníamos mucha fe en el proyecto, pero su popularidad fue una gran sorpresa y alegría. A veces trabajás en cosas que terminan convirtiéndose en algo muy querido por la gente, y este fue uno de esos casos. Me doy cuenta porque incluso personas que no saben que estuve involucrado me hablan de la serie en charlas casuales.
¿Cómo llegó tu participación en la serie? ¿Fue algo que buscaste?
Hace años comencé a trabajar en el mundo audiovisual. En 2015 hice la música de una película llamada Abzurdah, y esa experiencia fue mi puerta de entrada. Después trabajé en series como María Marta: El crimen del country para HBO y El hincha. Por lo que, ya estaba muy involucrado en este ámbito cuando surgió la propuesta de Envidiosa. La productora y el director, Gabriel Medina, con quienes había trabajado previamente, me convocaron para este proyecto.
¿Cómo influye la relación entre el director y el músico en el proceso de musicalización? ¿Qué tan importante es compartir referencias culturales para lograr una comunicación efectiva?
La relación entre el director y el músico es fundamental. En mi caso, Gabriel y yo compartimos muchas referencias culturales, como la música electrónica y el rock, lo que facilitó mucho la comunicación. Desde el inicio, cuando solo existe el guion, te presentan el concepto de la serie, y a partir de ahí, comenzás a diseñar cómo contar esa historia a través de la música. Es clave entender la visión del director para asegurarte de que la música no solo acompañe, sino que también potencie o, en algunos casos, contrarreste las emociones que se transmiten en cada escena.
¿Cuál es el rol de la música en una serie?
La música cumple diversas funciones en una serie. No solo puede intensificar una escena, sino también disimular ciertas debilidades o modificar la forma en que el espectador interpreta lo que está viendo. Un diálogo que en apariencia podría ser una broma, con la música correcta, puede adquirir un significado más profundo. Además, la música contribuye a crear la identidad sonora de la serie, alternando entre variedad y repetición para generar una sensación de familiaridad.
¿Cómo es tu proceso creativo al comenzar a trabajar en una serie? ¿Qué pasos sigues para asegurar que la música esté alineada con el concepto que se quiere transmitir?
Primero leo el guión y me reúno con el director para comprender su visión. A veces creo playlists para compartir ideas y confirmar que estamos en la misma sintonía. En este caso, también trabajamos estrechamente con la editora, Mariana Quiroga, y los productores generales, quienes aportaron su visión. Es un proceso muy colaborativo en el que cada detalle es importante.
¿Que tuvieron en cuenta a la hora de seleccionar a los artistas para el soundtrack, como Feli Colina o El Zar? ¿Qué los hizo encajar en la serie?
El Zar es un amigo mío, y ya había sugerido uno de sus temas para una escena en el primer capítulo. En el caso de Feli Colina, el proceso de selección de canciones estuvo muy influenciado por Marcelo Horacio, el supervisor musical, quien coordina este aspecto. Además, el equipo creativo, que tiene un gusto muy particular por el indie, aporta constantemente nuevas propuestas. Es un trabajo colectivo, más allá de mis propias sugerencias.
Por ejemplo, Delfina Campos también tiene música en la serie. Aunque no sé quién específicamente la propuso, lo importante aquí fue darle visibilidad a artistas emergentes y a la escena indie nacional, lo cual me parece genial. Es una gran oportunidad para los músicos, ya que no solo ganan promoción, sino que también el público que conecta con la serie empieza a buscar y compartir sus canciones.
¿Cuál es el desafío de trabajar con material sin posproducción?
Trabajar con material sin posproducción es un desafío, ya que carece de color, audio tratado y efectos. Pero si algo funciona en ese estado crudo, significa que el resultado final será espectacular. A medida que recibía los capítulos, me convertía en espectador porque la historia me enganchaba. Incluso llegué a esperar ansioso el próximo episodio. Esto es un buen testeo porque quienes trabajamos en la serie somos, en cierta forma, el primer focus group.
¿Hubo alguna escena en particular que te costara musicalizar? ¿Algo donde no sabías qué agregar o quitar?
Los silencios son importantes. Con la experiencia que tengo y el trabajo conjunto con los editores, vamos ajustando. Por ejemplo, a veces probamos quitar música o añadirla en momentos específicos. Mi enfoque fue evitar un criterio de remate musical obvio. En lugar de que la música subraye un chiste, quería que sonara más aleatoria, que a veces aparezca antes o después de un momento clave, o que simplemente conecte una escena con otra.
Una escena complicada fue el comienzo. Toda la secuencia de la escalera y el ascensor tuvo que sincronizarse exactamente. A medida que el personaje subía, el tempo y la tonalidad de la música aumentaban para transmitir esa sensación de agitación creciente. Ajustar los tiempos para que la música coincidiera perfectamente fue un trabajo técnico tedioso, pero el resultado valió la pena.
¿Cómo impacta la percepción personal de cada espectador en la forma en que experimenta la serie?
Todo lo que hagas—una película, una serie, un disco—lo recibe cada persona desde un lugar distinto. Todo depende del momento que esté viviendo y de su historia personal.
Es lógico que a una persona le impacte de una manera y a otra de forma distinta. Por ejemplo, a mí me encantó la serie, me reí mucho, pero no me angustié. Sin embargo, muchas personas compartieron que lloraron con la serie. Todas las posibilidades son válidas. En cuanto a la música de Envidiosa, creo que logramos una identidad sólida. Hay varios leitmotivs que aparecen en diferentes estilos y tempos. Sin darte cuenta, escuchás la misma melodía, pero con orquestaciones distintas o en ritmos variados.
"Todo lo que hagas—una película, una serie, un disco—lo recibe cada persona desde un lugar distinto"
¿Qué nos podés adelantar sobre la segunda temporada en términos musicales?
Para la segunda temporada, apuntamos a un sonido más moderno, incorporando guitarras y una estética más cercana al rock. El proceso comienza leyendo sinopsis y descripciones generales, pero los guiones, aunque útiles, no siempre aportan mucho porque son técnicos. Prefiero referencias de estilo y charlas creativas con el director. Una vez que empiezan a filmar, recibo ediciones preliminares—compactos de 10 minutos con algunas escenas pegadas. Esos materiales ayudan a entender la dinámica, la actuación y el tono general.
¿Hay alguna escena de una película o serie que te haya marcado especialmente por la música?
Claro, hay ejemplos icónicos que se quedan grabados. Uno de ellos es la intro de Blade Runner, con el tema de Vangelis mientras la cámara sobrevuela la ciudad. Esa escena tiene una potencia única, con un diseño sonoro ambiental que evoca una atmósfera de otro tiempo.
Por otro lado, el leitmotiv de Cinema Paradiso, compuesto por Morricone, es realmente inolvidable. Es una de esas composiciones que trasciende la película, casi se vuelve tan emblemática como el propio film. La sencillez y la fuerza de esa melodía es increíble, especialmente en la escena final, donde Totò observa los besos censurados, quedando grabada en la memoria de todos.
Y, por supuesto, está el trabajo de John Williams, que es sinfónico, épico y espectacular. Pero la magia de Cinema Paradiso radica en lo sencillo y emotivo.
Además, me parece fascinante cómo Tarantino ha revolucionado el uso de música no original en sus películas. En Pulp Fiction, con canciones viejas, logró crear una conexión tan única entre las imágenes y la música, que ahora, escuchar esos temas nos transporta instantáneamente a las escenas que los acompañan.