Kany García: el eco de su legado

La cantautora recibió el Premio Espíritu de Cambio de Billboard Mujeres Latinas en la Música. Lanzó un álbum que habla de superación llamado García y logró un gran éxito con “Te lo Agradezco”

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Matías Delacroix (Tutedelacroix)
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Hay voces que no solo cantan sino que también cuentan historias. Kany García es dueña de una de ellas. Desde su álbum debut Cualquier día (2007), hasta el recientemente lanzado, García (2024), canta historias que transforman. Aquella ópera prima sería sucedida de ocho más, y una diversidad de singles y colaboraciones con artistas como Alejandro Sanz, Abel Pintos, Pedro Capó, Carlos Vives, Camilo, Mon Laferte y Carlos Rivera, entre otros.

A lo largo de casi dos décadas de carrera, la cantautora puertorriqueña obtuvo seis Latin Grammy®, treinta canciones en el chart Latin Pop Airplay de Billboard y ocho álbumes en el top 10 de Top Latin Albums, entre otros reconocimientos memorables. Logros que alcanzó con la fuerza de su voz y una gran honestidad. 

Pero en paralelo a su éxito en términos numéricos, Kany ha demostrado un compromiso sólido con el activismo social a través de su música y su obra, que no solo se refleja en sus letras, sino también en su participación activa en diversas causas. Por esto último, fue galardonada este año con el premio Espíritu de Cambio de Billboard Mujeres Latinas en la Música. 

La acción de designar su nuevo álbum con su apellido es todo un símbolo: “Por primera vez me pongo primera y no pongo lo que está pasando en la industria o lo que los fans esperan”, confiesa.

Este nuevo trabajo discográfico -que llega bajo el sello 5020 Récords y es sucesor de El amor que merecemos (2022)- contiene doce canciones en las que Kany se reconoce vulnerable y relata experiencias personales e íntimas. Cuenta con las colaboraciones de Christian Nodal, Carla Morrison, Carín León, Eden Muñoz y Young Miko. 

Con su tema “García”, Kany abre las puertas de su corazón para abordar la tristeza que le causa la distancia con su familia y la importancia que tiene el manifestar sus necesidades afectivas. El tema es uno de los más personales del álbum, ya que reflexiona sobre la importancia de vivir en el presente y reconocer las emociones propias. Es un mensaje hacia ella misma pero también establece un puente con el oyente. “Me parecía bonito que existiera una canción que me dijera cosas. Y que también yo le contara a la gente cosas de mí importantes. Vivimos en tiempos donde el público necesita que el artista se  ´vulnerabilice’”, sostiene. 

Otra de las canciones, la que comparte con Carin León, habla de una pérdida pero la clave está en el título: “Te lo agradezco”. Es que este álbum, que debutó en el puesto No.5 de Latin Pop Albums y en el 39 de Latin Pop Airplay de Billboard, está lleno de agridulces. “El título cambia toda la historia de la canción. Porque no es una canción de despecho sino una forma de decirle a alguien gracias por irte, gracias por la decisión que tomaste, la decisión que yo no vi, pero me hizo mucho bien”, explica Kany. Si la primera canción nos anima a mostrar nuestra vulnerabilidad, ésta demuestra que no todo es pérdida cuando una relación termina.

Dos generaciones se unen en la tercera parada de este álbum, “En esta boca”, que es un diálogo con Young Miko. Una bachata que las puertorriqueñas comparten y se escucha auténtica.

“Quería que la gente que escuchase la canción no sienta que Kany se viste de trap o Young Miko de Kany. Así que fue un justo balance”.

“Historia repetida” llega en el cuarto lugar y es una de las ideas más lindas reunidas en la familia de canciones que conforman García. “A pesar de las diferencias individuales, todos perseguimos las mismas cosas en la vida. Somos una historia repetida. Eso no quiere decir que no seamos una historia fascinante”, contrasta. Sostenida principalmente por una guitarra eléctrica, sin grandes arreglos, la canción es una de las más íntimas del disco. 

Luego de “Mi secreto” y “Llorar por ella” -con el artista mexicano Eden Muñoz-, llega la invitación a Carla Morrison en “Que vuelva”, una oda al pop y al género romántico. A poco de su lanzamiento, alcanzó el número uno del Chart Pop de la radio en México. “Quería arriesgarme e ir al mundo del pop o la música romántica, pero quería hacer algo distinto con alguien que tuviera credibilidad. Que fuera mujer, que al mismo tiempo fuera más de ese universo, como Carla Morrison”, comparte Kany.

La número ocho también se escucha como si García se pusiera un recordatorio a sí misma, como si se dijera “Kany, tienes ‘Una vida buena’”. “Tengo una vida maravillosa y lo digo porque lo sé”, cuenta. “Me fascina poder estar ahora aquí, y lo digo porque a veces vivo tan rápido que no me doy cuenta de la vida maravillosa que tengo”. 

Christian Nodal se une en el noveno tema. “La siguiente” fue la primera colaboración del disco, aunque en ese entonces no había tal disco. García la había escrito en el pasado y, por algún motivo, cayó en manos del mexicano. “A él le encantó. Cuando alguien que no tiene nada que ver con mi mundo conecta me da curiosidad”, reflexiona. Y así sellaron una auténtica colaboración, de esas donde los artistas se potencian. “Sin saberlo, Cristian no me regaló una canción, me regaló un universo, una paleta de colores que no tenía, la del regional mexicano”, celebra Kany. 

El grito de vulnerabilidad vuelve a aparecer en el track número 10. Para la artista y su banda, “Bien o mal” es una canción liberadora en el escenario. “A veces la gente cree que todo lo que una vive es una novela, pero a veces te levantas del lado izquierdo de la cama, y no pasa nada. Ese día, no tenía ganas de ser artista, de sonreír, de estar frente a una cámara, de maquillarme, de ponerme tacones, de dar explicaciones, de ver a nadie, aunque lo necesitara”. De ahí surgió la canción. “Hay canciones que me hacen bien, me dan permiso para ser vulnerable, para no estar bien. Porque no es posible para ningún artista estarlo todo el tiempo”, desliza. 

Aunque en este viaje García abre su biblia personal al público, en la siguiente canción se recuerda a sí misma que es bueno también estar “Fuera de servicio”. “Me di cuenta lo necesarias que son las pausas y los silencios, el bien que me hacen y cómo salgo de ello después”, reflexiona. 

Las doce canciones del nuevo álbum describen la mente, el corazón y las prioridades de una artista. Si de autorretratos se trataran los discos, éste lo consigue a la perfección. Poniéndose primero, García nos puso a todos en primer lugar también. Con su apellido en alto y la vulnerabilidad como su arma más fuerte, Kany refuerza su lugar de mujer influyente en la industria.

¿Cómo fue el proceso de crear García?

En la creación de un álbum hay sentimientos evolutivos que van cambiando. Primero está el reto de hacer un álbum a sabiendas de que hay un camino ya trazado. La primera pregunta es si voy a tomar el liderazgo de ese camino o caminar libremente hacia lo que desee en ese momento. Casi siempre la respuesta es fácil, porque intento hacer música de lo que en ese momento quiero decir, hacer o lo que siento. Ese sentimiento principal va cambiando a medida que las canciones surgen y también a medida que esas canciones van creando un repertorio. Ese repertorio me va dictando un camino. Cuando el álbum está concluido hay otros tipos de sentimientos. Una relajación de este “parto”, por llamarle de alguna manera. Una tranquilidad que rápidamente se convierte en la incertidumbre de cómo la gente lo va a tomar. Es como si estuviera vivo, no para de cambiar las emociones. Diría que es la primera vez que siento que me “pongo primera” y no pongo lo que está pasando en la industria o lo que los fans esperan. Entre tanto, ponerme a mí, lo que yo quería decir. Eso me da cierta tranquilidad, porque una vez afuera sé que realmente conté lo que yo necesitaba contar en este momento. Y cuando eso pasa uno apaga los parlantes alrededor de todas las otras expectativas.

¿Cuántas veces te pusiste fuera de servicio para poder avanzar?

Me es muy difícil estar fuera de servicio porque soy una persona demasiado inquieta. Y he aprendido con la madurez y con los años a cada vez estarlo más. A darme cuenta de lo necesarias que son las pausas y los silencios, del bien que me hacen y cómo salgo de ello después. Creo que últimamente lo procuro un poquito más…

¿Cómo llega la colaboración con Young Miko?

Para mí ha sido muy importante en el álbum romper con el estereotipo de lo que se espera de Kany. Estaba súper fascinada con lo que le estaba pasando a Young Miko y traté de buscar un puente entre ella y yo donde las dos nos incomodamos de alguna forma musicalmente, pero que también cantáramos cosas que las dos vivimos en una comunidad a la que pertenecemos, que nos une, pero que al mismo tiempo que la gente que escuchase la canción no sintiese que Kany se viste de trap o Young Miko de Kany. Así que fue un justo balance. Algunas colaboraciones fueron más naturales, otras surgieron más de la curiosidad y la necesidad mía de hacer canciones totalmente en solitario. De lo que estoy sintiendo en este momento y dejándome llevar. 

Creo que el resultado de “En Esta Boca” te puede llevar a distintos lugares…

Yo hago, como dicen, muchas vertientes. Y aun cuando el video puede ir hacia un lugar directo, en vivo es una canción muy de celebrar. ¿A quién no le ha pasado que alguien pasa por el frente y luego la vida nos lleva a otro camino, pero al final únicamente tú y esa persona saben lo que se vivió? Y dices:“Mi amor, mira para otro lado, haz lo que tú quieras, ignórame, pero yo sé exactamente lo que tú y yo vivimos”. 

“Una historia repetida” es una canción con la que muchos nos podemos identificar.

Es una canción fascinante ¡La disfruto un montón! Siendo cantautora, muchas veces te escriben diciéndome: “Tengo la historia de tu próximo éxito”. Cuando lees, ves que la gente vive las mismas cosas, sufre por las mismas cosas y no se da cuenta de que así es porque todas y todos al final del camino añoramos lo mismo, de alguna manera u otra. Por eso somos una historia repetida. Eso no quiere decir que no seamos una historia fascinante. Para mí es de las canciones más personales. El álbum estaba repleto de ese tipo de historias, era tan cercana que quería darle la intimidad, musicalmente. Así que la canción es literalmente una guitarra eléctrica que hace un montón de cosas. Cuando la gente conecta, sabes que es una canción maravillosa, porque no necesitas los grandes arreglos. 

Tocaste de pequeña el violonchelo y tiempo después llega la guitarra que es tu fiel compañera de viaje. ¿Cómo empezó tu relación con ese instrumento?

Primero, en la escuela fue algo muy impuesto. Así nos pasa a los que venimos de abajo. “Este es el instrumento que hay, este es el maestro que hay, esto es lo que puedes hacer”, nos decían. Por las casualidades de la vida me tocó un instrumento muy grande, un violonchelo, tan sensible. Me regaló un universo de cosas maravillosas y me regaló un idioma, un lenguaje, desde que tengo seis años. Con el paso del tiempo, fue evolucionando de las cuerdas a una guitarra que era mucho más fácil para escribir canciones. Todo sin olvidar la sensibilidad que me regaló mi primer instrumento, a la hora de hacer canciones procuro no perderla. 

¿Hay algo en tu vida que querés “que vuelva”?

No sé si es una respuesta muy superficial o no, pero quisiera que vuelvan las canciones con letra y contenido de verdad. Es una falta tan brutal. Que las canciones te cuenten algo, me hacen falta las canciones de más de tres minutos. Escuchar una entrevista de un artista y que me vuele la cabeza, también. Algo me dice que eso va a volver, no sé si soy muy romántica, pero algo me dice que está regresando, está sucediendo. Necesitamos encontrar otro universo.

¿Tuviste o tenés “una vida buena”? 

Tengo una vida maravillosa y lo digo porque lo sé. Me fascina poder estar ahora aquí, y lo digo porque a veces vivo tan rápido que no me doy cuenta de la vida maravillosa que tengo. La vida buena que tengo. Recién estábamos haciendo fotos en la playa y me reía porque alguien del equipo me preguntó si estaba cansada y pensé que la estoy pasando espectacular, tengo una vida muy muy privilegiada y demasiado buena, tomándome fotos en la playa.

“García”, es una canción en la que cualquiera que se plantee poner un freno y mirar hacia adentro, la puede entender.

Exactamente, me sorprende mucho porque qué increíble que algo tan tuyo le vaya a los demás. Ya lo viví una vez con “Confieso”, una canción que le hice a mi papá. Qué increíble que algo sea tan tuyo y la gente lo quiere hacer tan de ella. Incluso poniéndole el apellido propio la gente la abraza para sí. Para mí es una canción bien sorpresiva. Había acabado el álbum y me pidieron que fuera un poquito más largo. Y qué ejercicio tan bonito el mirarme y escribir una canción que me hablara a mí. Y quise hablar de todas las cosas que me pasan. Tuve que hacer el ejercicio de hacer saber que necesitaba esa llamada. Hacer saber que me duele la distancia y que me afecta. Ha sido necesario porque creo que las otras personas desconocían que me afectaba. La canción habla de muchas cosas y, más allá de eso, me habla a mí. Y me sigue hablando a mí y me sigo diciendo cosas que me parecen importantes como el vivir el ahora, el estar presente, el que estemos aquí. Me ha pasado de levantarme al otro día luego de hacer un show para 20.000 personas y decir: “Hiciste un show para 20.000 personas en tal lugar”… y todo pasa y ya pensás en el siguiente show. Y transitas por la vida sin que nada haga mucho sentido. Entonces, me parecía bonito que existiera una canción que me dijera cosas. Y que también yo le contara a la gente cosas de mí importantes. Vivimos en tiempos donde el público necesita que el artista se “vulnerabilice”. Es algo que agradecen realmente y con mucha profundidad. Que te reconozcan y te reconozcas, esa es la búsqueda.

“Te lo agradezco”, también es una canción que marca algo fuerte.

Hay un antes y un después en mi carrera con esa canción, le debo un montón de cosas. Me río mucho porque a veces hago canciones de lo que viven otras personas sin saber que las están viviendo. Recuerdo a quien se la escribo. A alguien que todavía estaba llorando por quien se había separado y todavía estaba con la ilusión de si volvían a estar juntos, si las cosas podían regresar a ese lugar. Y yo acá, dentro de mí, como amiga decía: “Uy no, agradece que esta persona se fue de tu vida, agradece que ya no está y lo bien que vas a estar”. Gracias a Dios, hoy ya ha pasado el camino y mi amiga ya está en ese sitio, pero no estaba ahí en ese momento. Me encanta cuando hago canciones sin saber qué va a pasar en el futuro, pero también me gusta hacer canciones de lo que puede pasar. Porque al final, una canción que escribo yo hace que me apropie un poquito de la historia. “Te lo agradezco” la escribí muy rápido una noche, pero no tenía el título. Estuve días y días. Y no fue hasta el día antes de verme con Carín que me estaba maquillando con prisa, y vino. “Al fin, es ‘te lo agradezco"'. Y fue tan bonito porque hay frases que son las frases perfectas. Era el título que cambiaba toda la historia de la canción. Porque no era una canción de despecho, sino una forma de decirle a alguien “Gracias por irte, gracias por la decisión que tomaste, la decisión que yo no vi, pero me hizo mucho bien”. 

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