Joaquín Levinton revela detalles de "Polvo de Estrellas", su colaboración con Milo J y lo que se viene en el festival.
“¿Vos sos Joaquín Levinton de Turf?”. La pregunta, simple y directa, surge en la previa de la entrevista, entre la charla de un mozo que, sin dudarlo, lo reconoce al instante. A pesar de que, lejos de los reflectores, no se considera un "rockstar", la realidad es que el paso del tiempo lo posicionó como uno de los referentes más importantes del rock nacional. Con tres décadas en la escena, el artista sigue, a sus 48 años, sintiendo la misma pasión que cuando tenía 18 y comenzaba su larga carrera. Para él, la música es un espacio donde la diversión y el amor por lo que hace prevalecen por encima de todo. Y, aunque los años hayan pasado, su mirada no cambió: el juego sigue siendo su impulsor artístico.
A lo largo de su historia, experimentó todos los altibajos propios de una trayectoria longeva: éxitos, rupturas, reconciliaciones y, por supuesto, miles de kilómetros recorridos junto a Leandro Lopatín, Fernando Caloia, Nicolás Ottavianelli y Carlos Tapia. Y aunque sería fácil pensar que después de tanto recorrido el asombro ya desapareció, hay algo que, al parecer, nunca deja de sorprenderlo: la lealtad de su público. De hecho, esta fidelidad se manifiesta cada vez que desde el escenario, como un ritual obligatorio, se lanza a la multitud, sabiendo que, del otro lado, siempre hay brazos abiertos esperándolo. “La gente está muy agradecida con nosotros, y nosotros estamos igual de agradecidos con ellos”, asegura.
Año tras año, la rueda sigue girando. Y después de haber lanzado un disco hace algunos meses, Levinton no deja de pensar en lo que sigue, en lo que aún falta por dar. Polvo de Estrellas es el próximo capítulo en esta historia que, lejos de agotarse, sigue alimentándose de la energía de su banda y de sus seguidores. El álbum no solo tiene un título llamativo, sino que está rodeado de colaboraciones impensadas para él, como la de Milo J, un featuring que, en sus palabras, es "un flash". Porque para Joaquín, todo es posible, pero no por azar. Lo que hay detrás de la magia de Turf es trabajo, sacrificio y, por sobre todo, autenticidad. Nunca ceder ante las modas, nunca dejarse llevar por lo efímero. Eso es lo que le permitió llegar hasta acá, con esa tranquilidad de quien sabe que lo logrado es producto de esfuerzo y entrega.
En medio de los ensayos, mientras los últimos arreglos para su show el 15 de febrero en el Cosquín Rock se ultiman, se prepara para otro año de giras, de nuevas experiencias y desafíos. Y es que no hay rincón donde no se le reconozca, donde no se le identifique. El mozo de un bar porteño, aquel que te recibe al entrar, lo conoce. Vos, que estás leyendo estas palabras, también lo conocés. Su viaje continúa, y no parece haber final para este hombre que, a pesar de haberlo logrado todo, aún vive con la misma ambición y pasión de ese adolescente que soñaba con tocar su música para el mundo.
Se cumplen 25 años del Cosquín Rock, ¿cómo te preparas para celebrarlos?
Estamos preparando un show muy potente. Como banda, nos sentimos muy cómodos en los festivales, ya que nuestra música tiene esa energía que hace que la gente cante y se entregue al pogo en un ambiente masivo. Cada tipo de show lo planificamos de forma distinta: cuando se trata de espectáculos propios, como en un teatro, son conciertos más largos donde recorremos toda la discografía. En cambio, en festivales, los shows son más breves, duran entre 40 y 50 minutos, y generalmente incluyen todos los hits. En este caso, vamos a tocar lo mejor de todos los tiempos, junto con algunos temas nuevos, en una lista que tiene introducción, nudo y desenlace, como una narrativa que busca la explosión.
¿Volveremos a verte tirarte al público como en otras presentaciones?
Generalmente lo hago (risas). Depende mucho de si la gente está ávida de recibirme, y la distancia que haya entre el escenario y la audiencia, obvio.
¿Cómo balanceás el rol de artista y espectador durante los festivales? ¿Hay algún músico o banda en el lineup que te llame la atención para ver en vivo?
Tenemos una fecha muy linda por delante, con bandas como El Mató a un Policía Motorizado, Babasónicos, No Te Va Gustar, y varios amigos más. También estarán Catriel y Paco Amoroso, dos grandes talentos.
Para mí, es un placer ser parte de estos eventos: tocar, ser espectador, y también estar en el backstage, charlando y disfrutando el ambiente único de los festivales.
Dado que vas a compartir escenario con muchos amigos, ¿habrá algún invitado especial durante el show?
Es probable que tengamos algún invitado, siempre y cuando se dé el cruce. Hay muchos escenarios y están bastante lejos entre sí, depende mucho del horario. Pero estamos preparando algunas sorpresas. Como estamos trabajando con un disco, Polvo de Estrellas, con colaboraciones, seguramente se pueda adelantar algo de eso. Así que, sí, van a pasar cosas particulares…
Este 2025 marca los 30 años de Turf. ¿Cómo se siente haber llegado a este punto, con tanto recorrido?
Se notan estos 30 años. Ahora se nota porque el grupo está recontra instalado. Creo que le gusta a todo el mundo. Misteriosamente, somos un grupo que se instauró en las personas, ya somos parte de la cultura argentina. Todos tienen alguna canción de Turf que les gusta. Y si alguien te dice que no, bueno, es un tipo raro. No conviene confiar. (risas)
"Todos tienen alguna canción de Turf que les gusta. Y si alguien te dice que no, bueno, es un tipo raro".
Pasaron muchas cosas internamente como banda, ¿cómo hacen para subsistir hace tantos años?
Hemos pasado por una separación, sí. Pero cuando regresamos, lo hicimos con la lección aprendida. Llevamos diez años juntos ahora, y parece increíble porque ya tenemos una segunda carrera que es casi tan larga como la primera. En total, somos una banda con 15 años de historia en una etapa, y otros 10 años en esta segunda etapa.
¿Cómo fue esa vuelta? ¿Hubo terapia de grupo?
Fue hermosa la vuelta. No, no hubo terapia. Pero el que la había cagado pidió disculpas. Generalmente fui yo. (risas). Al final, nos reunimos, y yo les pedí perdón porque, en su momento, había dicho cosas muy feas. Incluso llegué a desearles la muerte públicamente. En la reunión, uno de ellos comentó: "Che, pero en un momento dijiste que nos muriéramos”. Lo dije en caliente, como todo ex. Pero después nos pusimos todos de acuerdo y volvimos como siempre, como si no hubiese pasado el tiempo.
Creo que estamos destinados a esto. Si no fuera así, nuestra presencia no tendría sentido ni relevancia. Podríamos haber sido una banda más, de esas que pasan desapercibidas, como una mosca molesta en medio de una cena interminable. Pero tenemos un lugar, un sentido de existir. Cada vez que salimos a tocar, es una fiesta, hay alegría. La gente nos lo agradece cuando nos encontramos en la calle. Nos gusta hacer lo que hacemos. Nos gusta ser quienes somos.
"Nos gusta hacer lo que hacemos. Nos gusta ser quienes somos".
Con tantos logros acumulados, ¿cómo definirías el éxito hoy en día? ¿Es algo que alcanzaste o sigue siendo una búsqueda constante?
Para mí, el éxito radica en poder vivir de lo que realmente te apasiona. Tener que trabajar en algo que no te gusta es horrible, es una mierda. En ese sentido, considero que hemos alcanzado el éxito, porque no solo hacemos lo que amamos, sino que además lo compartimos entre nosotros. Lo disfrutamos muchísimo como banda.
El vínculo entre nosotros es casi fraternal. Somos como hermanitos. Nos conocimos a los 18 años, éramos muy chiquititos, casi unos bebés. Ahora, al ver fotos de esa época, parece que éramos niños. Aunque hoy seguimos siendo un poco descontrolados cuando estamos de gira, hemos evolucionado musicalmente, y seguimos siendo adultos... bueno, casi adultos, aunque hay testigos que pueden decir que a veces no lo parece.
¿Cómo manejan ese “descontrol" entre ustedes?
Dentro del despelote que somos, tenemos una súper organización que nos contiene. Si uno se pega con un martillo y el otro está hablando solo, siempre hay alguien que lo calma. Nos cuidamos mucho. Es como si alguien te sacara el martillo con cariño o te agarrara antes de chocar contra la pared. Te dejan seguir en tu mundo de Disney, pero siempre hay alguien alrededor que se asegura de que no te caigas en un pozo. Nos moldean para que sigamos adelante sin perdernos.
¿Estás disfrutando lo que está pasando ahora?
Me encanta, realmente lo estoy disfrutando. Lo que estamos viviendo ahora es como el reconocimiento, el regalo que nos da la gente. Donde quiera que toquemos, se arma una fiesta, sin importar la edad del público. Desde chicos hasta adultos mayores, incluso bebés que se mueven al ritmo. Llegamos a toda la familia. Tenemos un lugar muy especial, y la gente está muy agradecida. Nosotros somos igual de agradecidos. Como dice esa famosa frase: “Uno cosecha lo que siembra”. Llegó el momento de cosechar.
"Como dice esa famosa frase: 'Uno cosecha lo que siembra'. Llegó el momento de cosechar".
¿Cuál creés que es la fórmula para seguir siendo relevante después de tanto tiempo?
Creo que pasa por no hacer nunca una música que tenga que ver con una moda pasajera. Nosotros siempre hicimos nuestro estilo, nunca nos apegamos a ninguna tendencia. Ni siquiera sé cuál es nuestro estilo porque siempre estamos cambiando. Cada disco es diferente, siempre buscamos una forma de resetearnos como grupo.
El año pasado sacamos un disco de temas nuevos y ahora venimos con un álbum totalmente “chiflado”, que aunque sean reversiones, no dejan de ser una gran manifestación artística. Por ejemplo, trabajar con Milo J fue un cruce súper disruptivo. Sigue siendo algo muy especial.
Siempre buscamos que no decaiga. Los tiempos que corren son muy rápidos, todo el mundo se aburre enseguida, y nosotros mismos también nos aburrimos rápido si no nos reinventamos. Lo que se viene es increíble y las colaboraciones son espectaculares. El 6 de febrero sale el próximo. Y no puedo decir más nada.