
Antes de ser Aylahli, era una adolescente de Los Ángeles que observaba la industria musical desde la barrera, curiosa pero poco impresionada. Las estrellas del pop parecían dividirse en dos bandos: los provocadores rebeldes con valor de conmoción o los ídolos pulidos esculpidos cuidadosamente por los ejecutivos de la industria. Ninguno de los dos se parecía a ella.
Ahora, a los 20 años, como estudiante de la Universidad de Columbia y residente en Manhattan, Aylahli está creando algo diferente: música sexy, atrevida y segura de sí misma, sin necesidad de escandalizar ni provocar.
La música de Aylahli no trata sólo de deseo, sino de poder. Inspirada por artistas como Rihanna y Kim Petras, que abrazaron la sensualidad sin concesiones, Aylahli crea canciones pop que rechazan vergüenza y celebran el placer en sus propios términos. Sus letras juegan con temas de seducción, belleza y control, no para complacer a los hombres, sino para expresar lo que significa sentirse poderosa en tu propia piel.
"No me interesa ser una fantasía para los hombres. Mi música trata de sentirte bien en tu propio cuerpo y saber lo que vales", expresa Aylahli.
La confianza de Aylahli es sorprendente, pero su perspectiva es más profunda que la típica bravuconería de estrella del pop. Como mujer joven que navega tanto por la industria musical como por los espacios académicos de élite de Columbia, es consciente de cómo las mujeres del mundo del espectáculo están a menudo encasilladas: se espera de ellas que minimicen su sexualidad o que la lleven al extremo.
"No estoy aquí para escandalizar a nadie ni para demostrar nada. Creo que la gente debe sentirse cómoda siendo exactamente como es, y si eso significa hacer música sexy, estupendo. Se trata de sentirse en control, no de buscar aprobación", afirma.
Independiente en todos los sentidos de la palabra, Aylahli produce su propia música, dando forma a su sonido sin interferencias externas. Su más reciente EP, Hentai Soul Club, combina una producción sensual con un lirismo provocativo, mostrando un sonido que es a la vez adictivo y estimulante. Temas destacados como "monster made" y "sex & sunshine" encarnan esta visión.
"Quiero que mi música sea indulgente, como perderse en el deseo, pero con pleno control de la experiencia", señala la artista.
Su sello independiente, Triple Platinum Records, refleja su convicción de que los artistas merecen libertad creativa y oportunidades justas. Centrada en apoyar a artistas de talento procedentes de entornos desfavorecidos, la discográfica proporciona capital y recursos profesionales esenciales para ayudar a los músicos a prosperar.
"Sé lo difícil que es para los artistas jóvenes abrirse camino sin perder el control de su imagen o su sonido", afirma. "Quiero que mi sello sea un espacio donde los artistas se sientan seguros y capacitados para crear lo que les parezca auténtico", agrega.
El nombre del sello, Triple Platinum, refleja su fe en el talento en el que invierte. "Creo en mis artistas. Quiero que sientan que están destinados al éxito", dice Aylahli.
Más allá de su carrera musical, Aylahli también es poeta y diseñadora de tatuajes, y su trabajo creativo se centra en capacitar a las mujeres para que se sientan cómodas con sus deseos y den prioridad al placer femenino.
Aylahli tiene claros sus objetivos: crear música atrevida, hermosa y sexy sin complejos, sin concesiones. "No quiero encajar en las expectativas de nadie. Sólo quiero hacer música que se sienta como yo y si la gente conecta con ella, aún mejor", concluye.