Divididos, Los Auténticos Decadentes, Ratones Paranoicos y el tributo de Hilda Lizarazu a Charly García fueron los protagonistas de la primera jornada del festival.
La lluvia y el calor en Santa María de Punilla no tuvieron piedad. Apenas unas nubes ofrecieron respiros pasajeros. Pero ni los 35 grados marcados por el termómetro, ni la tierra resbaladiza que dificultaba cada paso, lograron frenar el ánimo de las más de 100 mil personas que llenaron el Cosquín Rock 2025 en su primera jornada. Porque acá, bajo este cielo despiadado, lo que importa es la música y la comunión de generaciones que se dan cita en este ritual del rock.
El sábado 15 de febrero, el aeródromo se llenó de emociones. Los veteranos, con remeras de sus ídolos descoloridas por los años, se acomodaron en su hábitat natural, listos para corear los himnos de Ratones Paranoicos y sentir el vértigo de Divididos. A su lado, una nueva camada de seguidores, ansiaba la llegada de Dillom y Wos. No hubo grietas ni tensiones. Al contrario, en este festival cada vez más heterogéneo, el mestizaje musical es el verdadero protagonista.
La inmensidad del predio acogió seis escenarios. A las 16:30 horas, un aplauso tímido comenzó a elevarse desde el Escenario Sur. Los Tipitos empezaron su set con una propuesta que celebraba sus 30 años de trayectoria, y los 25 de Armando Camaleón. Mientras tanto, en el Escenario Norte, el rock nacional latía más fuerte que nunca. Hilda Lizarazu, recibía a una audiencia que buscaba revivir clásicos y rendir homenaje a una de las estrellas más queridas del género: Charly Garcia.
En el epicentro del ritual, Los Auténticos Decadentes desplegaron su festividad melódica, sumando al escenario a Diilom, quien se unió para caNTAR "Los Piratas". Mientras que Las Pastillas del Abuelo, con su furia, encendieron el pogo más fuerte de la noche.
El final de la jornada llegó con muchos cuerpos exhaustos, pero con el espíritu intacto. Aún con las zapatillas cubiertas de barro y la garganta rota, nadie quería marcharse. Porque Cosquín Rock es un rito. Y la primera jornada de esta edición dejó en claro que, año tras año, la llama del rock sigue ardiendo con la misma intensidad (o más fuerte).
A continuación, 5 momentos destacados:
1. Hilda Lizarazu rinde tributo a Charly García
Lizarazu convirtió el Escenario Norte en un homenaje a uno de los grandes del rock nacional: Charly. Con su "propio circo" montado en el festival, la música y amiga del prócer del rock reinterpretó sus canciones más memorables. "Somos todos raros”, afirmaba la artista dando pie a una de las primeras canciones de la tarde “Raros Peinados Nuevos”. El público bailó, cantó y lloró. De la mano de su esposo Lito Vitale, demostró que está a la altura de uno de los más grandes del rock.
2. Babasónicos y un setlist sin sorpresas, pero infalible
El Escenario Sur se transformó en una pista de baile cuando Babasónicos tomó el control. Sin grandes innovaciones en su setlist, la banda apostó por lo seguro y acertó de lleno. "Cómo eran las cosas", "Yegua" e "Irresponsables" fueron cantadas por una multitud que encontró en la banda el soundtrack perfecto para una noche cargada de romance. A pesar de su conocida obsesión por la puesta en escena, esta vez el protagonismo recayó en la música misma.
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3. Airbag y la energía del rock contemporáneo
Mientras Babasónicos tocaba en el Sur, Airbag encendía el Escenario Norte, obligando al público a dividirse entre dos de las bandas más convocantes del festival. Con un show explosivo, los hermanos Sardelli reafirmaron su posición como una de las grandes apuestas del rock actual.
4. Dillom: la irreverencia hecha show
Dillom es un amante de lo disruptivo. Y su show en Cosquín Rock no fue la excepción. Con un recital que osciló entre el trap y el rock psicodélico, deslumbró con una narrativa deconstructiva que alcanzó su clímax en "Post Mortem". La puesta en escena fue acompañada por la actuación del artista que dejó a Dylan León Masa de lado para entrar por completo en personaje.
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5. Ratones Paranoicos: el ritual del rock
El cierre de la primera noche en el Escenario Sur estuvo a cargo de Ratones Paranoicos, quienes demostraron que el rock de estadio sigue vivo. Con las banderas en alto y el público en modo ritual, la banda entregó un show cargado de clásicos.
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