
Chencho Corleone es, sin lugar a dudas, un miembro selecto de la historia del reggaetón y la música latina. Desde que comenzó su carrera en 1999 con el grupo Plan B, no dejó de trabajar en un estilo vocal propio y un formato que continúa siendo muy difícil de igualar.
“He podido identificar que la gente me ve y se transporta al pasado, sienten la esencia del reggaetón”, remarca el músico nacido en Guayama, Puerto Rico en una entrevista con Billboard Argentina. Y, agrega: “Tengo un control de calidad muy exigente. Al momento de elegir las canciones necesito que se sienta y yo pueda verme en ellas llevándolas a otro nivel”.
Ese control de calidad se evidencia en colaboraciones como “Desesperados” y “El efecto” con Rauw Alejandro, y “Me porto bonito” con Bad Bunny. Las tres ingresaron al chart Billboard Argentina Hot 100, pero el éxito de su unión junto al “Conejo Malo” no tuvo precedentes: llegó a lo más alto de la lista Hot Latin Songs de Billboard, donde pasó 20 semanas en el No. 1, y alcanzó el No. 6 del Billboard Hot 100. Hace poco superó 1.400 millones de streams en Spotify, y su video musical suma más de 760 millones de vistas en YouTube.
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La posibilidad de elegir colaboraciones y con quién trabajar llevó a Corleone a hacer dupla, también, con una de las figuras históricas del reggaetón en el mejor momento de su regreso, Don Omar, quien lo invitó a participar en la canción “Podemos repetirlo” de su álbum Forever King, lanzado en junio.
“Don Omar cruzó la línea de ser un artista del género por siempre, un artista establecido, un artista que hizo mucho y sigue haciendo mucho. Entonces, para mí, ser parte de esta producción es súper importante”, dice Corleone. Siempre he tenido una buena relación con él, siempre hemos tenido buena química al momento de grabar. Esto fue una idea que él me trajo, yo de igual manera la trabajé, la grabé, le di el 100% como siempre suelo hacer y ahí la gente ha hablado muy bien de la canción”.
Al hablar sobre el camino recorrido, hay un factor que Corleone (cuyo verdadero nombre es Orlando Javier Valle Vega) menciona en varias ocasiones: su esencia, que en parte se traduce en una voz distintiva. Es una característica que no todos los artistas logran desarrollar y que marca la posibilidad de un futuro en esta industria. La suya — aguda pero dulce, con una sonoridad que sale de la garganta — quedó reflejada en sus más recientes sencillos, “Un cigarrillo” y “Hora de salir”, que serán parte de su primer álbum como solista. El artista trabaja en su nueva producción, de la que no reveló título ni fecha de lanzamiento, bajo Sony Music, sello al que se unió el pasado mayo.
“Chencho ha demostrado ser uno de los líderes en su género con su estilo propio y colaboraciones poderosas, reafirmando su posición a nivel mundial”, dijo Alex Gallardo, presidente de Sony Music U.S. Latin, en un comunicado. “Estamos comprometidos junto a su equipo de llevar su carrera a nuevos mercados y establecerlo como uno de los artistas más importantes de la música”.
¿Qué nos puedes adelantar de tu primer álbum en solitario?
En este álbum he integrado elementos esenciales del reggaetón para que todos lo que han seguido el género, mi trayectoria, escuchen algo que los haga transportarse y a la misma vez identificarse con las temáticas de los temas que estarán incluidos en este nuevo proyecto. Cada tema relata una historia que te invita a la imaginación o a recordar una vivencia. Mi esencia será notable y mi objetivo solo es ponerlos a bailar y a cantar.
¿Cómo definís tu esencia?
Creo que cuando uno lleva mucho tiempo en esto de la música vas identificando exactamente qué es lo que le gusta a tu oyente de ti. He podido identificar que la gente me ve y se transporta al pasado, sienten la esencia del reggaetón. Desde mi punto de vista, puedo decir que la música tiene un toque de sensualidad porque cuando estamos cantando buscamos que las parejas, las mujeres y los hombres también se identifiquen. Creo que algo que puede describir mi estilo es la sensualidad, por las temáticas, las historias y el ritmo bailable que siempre acompaña cada una de mis composiciones.
¿Te da miedo la vara tan alta que dejó “Me porto bonito” a la hora de sacar más música?
No, para nada. Nunca he sentido miedo a no poder superar algo que ya he hecho en el pasado. Siempre he ido para el frente, incluso no me gusta ni al momento de la composición repetir historias que ya he hecho, siempre busco hacer cosas nuevas. Entiendo que Bad Bunny es un artista que obviamente está en su mejor momento, es un gran artista y más allá de que me dé miedo, yo creo que me ayudó mucho, le dio mucha credibilidad a lo que estoy haciendo. Es una canción que hizo grandes cosas, pero cada vez que voy al estudio voy con la misma mentalidad, que es a dar el cien por ciento y explotarla. Al final, el resultado es el resultado, de lo que pase uno nunca sabe. Yo siempre estoy complacido con los resultados de cada canción, porque cuando voy al estudio sé que di todo.
Recibís premios, los artistas te eligen para hacer colaboraciones, seguís soñando… ¿Qué creés que hay en vos para que la gente te elija?
Yo creo que es la combinación de muchas cosas: primero es un control de calidad que tengo, incluso con mi equipo, donde somos muy exigentes. Al final busco, sin importar el tiempo que me tarde, una colaboración que esté al nivel que quiero y sentirme complacido con eso. Las personas están escuchando algo que evalué mucho, desde un principio hubo un control de calidad y eso va amarrado a todo el plan que se tenga con la canción, cómo puede llegar a los fanáticos. Es que al final, muchas de esas canciones se convierten en éxitos que son parte de los eventos y las fiestas, por lo que los artistas sienten eso y dicen: “Estuve en esta fiesta y pusieron tres canciones de Chencho Corleone. Estaba prendido, son tres palos”. Entonces, a lo mejor sacan una canción, tienen una idea y me consideran. En ese momento, yo vuelvo a pasar por el mismo proceso de evaluar si la canción me conviene, si me visualizo, si está buena y si las personas la escucharon. Hay muchas canciones a las que yo les digo que no porque no me visualizo, porque no creo que vaya a pasar exactamente eso de lo que hablamos.

Antes sacabas una canción y pasaba mucho tiempo hasta presentar otra. ¿Qué crees que cambió en la gente y en los músicos para que ya no sea así?
Creo que, de un tiempo para acá, hay tanto contenido que los fanáticos y los oyentes de esta música quieren más y más, porque cada viernes sale algo nuevo y hay algunas canciones que van quedando guardadas. Si uno tiene el plan de antes, de hacer canciones en tres o cuatro meses, prácticamente te puedes estar quedando un poco atrás porque ya los fanáticos, al mes, sienten que la canción es vieja. Sacas una canción y a las tres semanas te preguntan cuándo viene lo nuevo y tú dices: “!Guau, pero si todavía faltan personas que escuchen esta canción!”
La industria se ha acostumbrado al lanzamiento constante de música. Yo busco un balance en lo que es tirar música: soy muy selectivo de con quién voy a grabar en las producciones que vayan a salir y me gusta trabajar el timing. La competencia es tan fuerte que cuando el artista siente que su tema se estabiliza, que no sigue en ascenso, ya siente que tiene que tirar algo porque a lo mejor no quiere bajar o siente que otra persona le va a sacar la posición. Eso ha empujado un poquito a lo que es este estilo competitivo. Yo creo que en este género, y en la música en sí, hay mucha competencia. Creo también que los fanáticos están acostumbrados y quieren más y más, pero a mí me gusta que los fanáticos puedan apreciar lo que uno hace, darle su tiempo, buscar la manera.
¿Cómo ves al género urbano argentino y cómo los artistas colaboran entre ellos?
Creo que colaborar ha sido uno de los elementos más importantes para que el género siga vigente, porque cuando un artista llega a un cierto nivel se estabiliza y, de ahí, ya sigue corriendo y todo va a depender de cómo se maneje para seguir con su vigencia. Entonces aparecen nuevos artistas con nuevos fanáticos, donde el nuevo respeta a quien se ha mantenido y está vigente, hacen una colaboración y crean algo nuevo.
El género salió de Puerto Rico, pero más allá de eso, cada país ha creado su propia plataforma, sus propios artistas, donde también hacen esto de las colaboraciones y prácticamente esa es la clave del éxito. Yo creo que tú tienes que tener lo que es la fundación. Ellos seguramente se criaron escuchando la música, como yo también me crié escuchando la música de los que estaban antes de mí, y eso se te va metiendo en la mente.
Creo que al final todo es un solo género. No importa de qué país sea, creo que cada país tiene los artistas que siguen contribuyendo y, lo más importante, es que además de estar representando un país, están contribuyendo a lo que es un solo género, porque al final todos somos uno.