Twilight Override de Jeff Tweedy

Una vez Andrés Calamaro dijo: "Si ustedes escriben una nota por día, nosotros tenemos que hacer lo mismo con las canciones. Es una forma de respeto al oficio". Y es verdad. Twilight Override tiene referencias, por duración y contenido, al álbum blanco de The Beatles y al narcótico Self Portrait, el doble LP de Bob Dylan de 1970. Pero también a El Salmón. Sin entrar en las medidas exactas, da la sensación que Jeff Tweedy estaba preparando este festín de canciones hace largo tiempo. Son treinta, paralelas a Wilco, que sirven para un viaje en auto de casi dos horas. En un comunicado oficial, dijo: "Lo que realmente quiero hacer es que mi corazón crezca lo suficiente como para amar a todos. Y si quiero un corazón lo suficientemente grande como para estar a la altura de este momento, se requiere algo expansivo". Más inmersivo que delirante, este disco triple no debería asustar a nadie. A fin de cuentas, fijate en tus rendimientos: estás más tiempo en una red social que escuchando un disco así. Y si se trata de mirarnos a nosotros mismos, Tweedy canta en la genial "Mirror": "Eres un espejo y la cara. / Eres un objeto y el espacio".
Play de Ed Sheeran

Para la música pop, con compositores que basan su obra principalmente en lo que dicen, no es necesario estar izando la bandera de lo que tiene que hacer su público generacional. Y menos un artista como Ed Sheeran, que busca descansar en la cima. Es más, si el compositor está tranquilo no debe llamar la atención en términos peyorativos. Sheeran puede ver a la distancia las necesidades de un pop maduro de Taylor Swift y Madonna. Además, también puede ser un gran mensaje para su generación: la tranquilidad después de la paliza es posible. Las canciones de este octavo álbum van en ese tono. Un juego regular, los colores más vívidos y algunos estribillos entradores para que los hits no sean otra ausencia. Para que los hits sean parte, también, de esa tranquilidad. Una que Sheeran tiene después de una década y media de carrera masiva y gloriosa. O como dice en la balada mundialista titulada "Azizam": "No me importa lo que digan, podemos hacerlo a nuestra manera".
Rainy Sunday Afternoon, de The Divine Comedy

Rainy Sunday Afternoon tiene la textura de una película de Tim Burton. Puede ser una comedia oscura y también una de acción dramática. Si bien hay un sonido pop con un hilo narrativo de principio a fin en los once tracks, el disco también se presta a distintos estados de ánimo. Podés estar en un funeral o en navidad, las situaciones son extremas aunque Brian Hannon –el capitán de toda esta historia- no pierda la línea. En el plano real del mundo onírico del LP, se puede escuchar una descripción cruda del alzheimer de su padre y también las bondades de un domingo a la tarde con lluvia. A su vez, este duodécimo disco es el más íntimo e introspectivo de su carrera. Se asume que un compositor británico y culto se va a mover sólo por ese escalón de la cultura pero Hannon siempre introduce sabores populares que también hay que descifrar. En ese marco puede ser punk por su simpleza, como en la canción "I want you" que dice que si lo querés, podés tenerlo. Y que si lo necesitás, andá y conseguilo. Un modo "corta la bocha" británico que justifica un poco también su sentir contemporáneo.
El almacén existencial, de Lucas Finocchi

Dicen en La Plata que las canciones de este compositor local están ligadas a la raíz del líder de Wilco. También de Luis Alberto Spinetta, en efecto. No se puede escuchar a Lucas Finocchi con la guardia baja porque te podés quedar sin obra social para la terapia semanal. Es como un monje cotidiano lleno de estribillos redondos afincado en el barrio, lindero y fundacional, de Tolosa. El LP es amoroso y sensible, cotidiano y pacífico. En "Aire gris", dice: "Soy un hombre de lo más común, extrañando a su mujer". Llevar una vida tranquila, rodeado de amor, parece algo contra hegemónico hoy en día. Todo cuesta tanto, hasta ir al almacén. Finocchi es uno de los compositores, guitarristas y cantante de Mostruo! Una banda de rock que supo recomendar Gustavo Cerati y que Richard Coleman, siempre que puede, toca o graba con ellos. Como Tweedy o Calamaro, Lucas tiene, además, otro disco solista (La velocidad, 2017) y ahora mismo está participando de Un Desastre, un proyecto comandado por los ex Guacho. Si nosotros no paramos de hacer notas, ellos no van a parar de hacer canciones.