Con letras vulnerables y sonidos que van del bolero al folk, la artista celebra la emoción genuina y la conexión profunda con su público.
En un mundo donde la velocidad es la norma, Zoe Gotusso elige detenerse, respirar y celebrar la esencia del amor con Cursi, su nuevo álbum, que abraza lo sentimental sin reservas. Tras el éxito de Mi primer día triste (2020), Gotusso regresa al estudio con una obra que funciona como un diario íntimo, donde sus letras la revelan "sin filtros", compartiendo pensamientos, afectos y reflexiones en una mezcla de temas propios y versiones de canciones que le son especiales.
Luego de “tanto, tanto trabajo”, según sus palabras para Billboard Argentina, Gotusso describe el lanzamiento del disco como una experiencia "intensa". Este segundo álbum representa para ella no solo el fruto de un esfuerzo, sino una recompensa en sí misma: “Sacarlo, elegir una fecha y presentarlo en el show de Paul McCartney fue un regalo”, comenta. Aunque es oficialmente su segundo disco, Cursi encierra el espíritu de un primer esfuerzo verdadero, volcando en él sus emociones más personales.
"Cursi es el resultado de mi primer disco. Aunque sea el segundo, refleja lo que construí con ese primer proyecto. Es especial porque, mientras estaba tocando en vivo, ir al estudio a grabar fue como un recreo, mi forma de devolver amor", explica sobre el proceso de grabación, que describe como un refugio y un espacio de libertad.
El amor también se extiende hacia su audiencia, con la que ha creado una conexión especial. “Siento que tengo un público muy amoroso; quizá soy yo la amorosa también. Aunque no quiero hacerme la que irradia amor, porque tengo mis cosas, mi música es un mimo”, señala.
Las canciones: explorando los matices del amor
El álbum abre con “Vivir”, un tributo a su madre y a la relación especial entre madre e hija. Aquí, Gotusso introduce una técnica vocal que define como una “voz trompeteril”, otorgando un toque distintivo al álbum. Cursi abarca una variedad de géneros que van desde el bolero y la bossa nova hasta el folk, reflejando la exploración artística de Gotusso. En su versión de “Pensando em você” de Paulinho Moska, Gotusso profundiza en la idea de que reinterpretar una canción puede enriquecer el propio repertorio. Otros temas como “Amor de mis ojos”, con un nostálgico bandoneón, y “Noche azul”, compuesta junto a amigos en el Tigre, subrayan el espíritu auténtico y personal de la obra.
La elección de músicos también fue fundamental en Cursi. Zoe trabajó estrechamente con el guitarrista Diego Mema, su "socio musical", y contó con el baterista Diego López de Arcaute y el tecladista Ariel Polenta para darle forma al sonido final. Para Gotusso, fue un trabajo colectivo y “super cursi”, donde cada músico dejó parte de sí mismo en el proyecto.
Con Cursi, Gotusso se propone revindicar la emoción sincera en un mundo que suele ir en piloto automático. Al final, Cursi nos invita a encontrar belleza en la vulnerabilidad y a celebrar nuestros propios momentos "cursis" como una faceta esencial de nuestra humanidad.