Trueno: El hip-hop en las venas

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El rapero estrenó su tercer álbum de estudio, El Último Baile y sigue llevando el rap argentino a otro nivel

El origen 

La Boca, tierra de poetas, pasión y artistas; reconocida mundialmente por su gastronomía, coloridos pasajes y dos puentes que recuerdan una Argentina próspera e industrial. “Barrio de los Inmigrantes”, desembocadura de culturas y cuna de uno de los mayores referentes que tiene nuestro país hoy en día dentro de la industria musical, y, casualmente uno de los que mejor la sabe usar: Mateo Palacios, a.k.a, Trueno.

Aquellos que siguen el camino de Trueno desde sus inicios pueden comprender cómo el éxito no se gestó de la noche a la mañana. De familia artística y con su papá, Pedro Peligro, como uno de sus mayores referentes, Mateo no sólo se crió entre rap y hip-hop, sino que demostró que la música es una rama del arte que recorre sus venas desde mucho antes de aquel 25 de marzo de 2002, fecha del comienzo de una historia que por el momento parece no tener fin.

Las primeras incursiones de Mateo dentro la industria se pueden observar en referencias a lo largo de toda su trayectoria, como la que podemos escuchar en el outro de su éxito “Mamichula”, dónde un Trueno de apenas cuatro años rapeaba frente a la cámara con referencias a su barrio y a un futuro que estaba por llegar. “Yo soy Trueno niño, soy el rey de esta área. Y cuando canto mi rap me aplaude toda la primaria. Yo soy Trueno niño, mi rap no es cualquiera. Yo soy de la Boca y de acá de la Bombonera”, se lo escucha rapear en el final de esta producción - de la que hablaremos más adelante -.   

Si destacamos este fragmento como el “comienzo de Trueno” podemos notar que el freestyle siempre fue una parte importante en su vida, utilizado como herramienta de desahogo y forma de expresión, para tiempo más tarde volverse su estilo de vida. “Nací acompañando a mi papá a shows y veía desde adentro la escena del Hip-Hop argentino. Él es un pilar dentro del movimiento y me enseñó todo lo que sé”, recuerda Mateo.

Luego de varios años donde el hip-hop siempre fue protagonista, llegó el turno de que Trueno empezara a forjar un camino por sí mismo, y El Quinto Escalón fue la llave que abriría esa puerta. 

A través de batallas históricas, un joven de apenas 13 años comenzó, paso a paso, a convertirse en la estrella; en el freestyler que todos querían enfrentar para demostrar su nivel; en aquel artista que vivía por y para las batallas, como si el espíritu de los raperos estadounidenses de la época dorada viviera en su interior. En ese momento se podía ver un Mateo dedicado 100% al rap y a lo que ello conlleva también fuera de las batallas: un estilo de vida protagonizado por hermandad, valores, pasión y sobre todo, legado.

Trueno por Matías Delacroix (@tutedelacroix)

Trueno cantando, Mateo escribiendo

Mientras se convertía en un referente en el freestyle, la espina de la industria musical seguía clavada como un sueño pendiente.

K.I.N.G” - con la participación de Peligro - y “En La Ola” son las dos canciones más antiguas que podemos encontrar hoy en día en su canal oficial de YouTube. Al repasar estos tracks, uno destaca que Trueno no cambió su estilo, sino que logró perfeccionarlo y modificarlo hasta lograr llevarlo al máximo nivel. 

Transmitir un mensaje siempre fue primordial para Mateo; que las letras no estuvieran vacías y que alguien pudiera sentirse identificado con ellas, fuera el contexto que fuera, es por lo que escribía y por lo que sigue escribiendo a día de hoy. Bajo esta premisa podemos encontrar canciones como “Rain”, un track con ritmo tranquilo y de bajos BPM, pero con un poderoso mensaje que gracias al tiempo logró convertir en una serie que ya cuenta con tres versiones: La primera, lanzada en mayo de 2018 y con 54 millones de reproducciones; “Rain II”, presente en su álbum debut Atrevido, de julio del 2020; y finalmente “Rain III”, incluida en su último trabajo, de 2023 El Último Baile

El hilo conductor de estas producciones y de la gran parte de los trabajos de Trueno es la conexión entre el mensaje y el delivery del mismo. Si entendemos “delivery” como la manera de interpretar un verso, Trueno es el que mejor interpreta el mensaje que Mateo quiere dar. Desde muy chiquito, y con referencias de históricos del género como 2Pac, T-Nutty, Ol’ Dirty Bastard o Mobb Deep - por recordar aquellos que Mateo menciona a lo largo de su trayectoria -, el nacido en la Comuna 4 entendió que con escribir bien no era suficiente, debía creérselo, querer ser el mejor y manejar un lenguaje corporal digno de un número uno. “Intento que no haya diferencia entre Mateo y Trueno, pero el escenario es mi lugar en el mundo, hace que la energía cambie por completo y saque todas mis versiones”, refleja.  

Es en este momento, 2019, donde todo empieza a cambiar. 

Con el apoyo de su familia y la gran cantidad de fanáticos que reunió a lo largo del tiempo, Trueno estaba listo para dar un golpe en la mesa del Hip-Hop argentino. En 2019 se consagra Campeón Nacional de Red Bull Batalla Argentina tras vencer a Wolf y logra callar las bocas de quiénes insinuaban por aquel entonces que “no tenía lo necesario”. Así como el Hip-Hop fue la banda sonora de múltiples movimientos revolucionarios a lo largo de la historia, ese campeonato fue el principio de un movimiento que cambiaría la forma de ver el rap, y Peligro lo supo reflejar en la intro de “Hoop Hoop” algunos años más tarde:

“Entre flores y lluvia de veneno. Tanto hater te atacaban por ser nuevo. Entre batallas de freestyle encontraste tu terreno, transformando algo malo en algo bueno. Blanco, negro, caigo, vuelvo, mato, muero. Tantas horas dedicadas desde cero, el barrio necesitaba tu voz como vocero. Así que es hora de enseñarles lo que en el barrio aprendemos, desde el amor de tu madre hasta la historia de tu abuelo, exportando al mundo el sonido del riachuelo. Levantate de esa esquina y mostrales cómo lo hacemos…”

Camino al oro

Si hay algo que nadie puede reprocharle al joven de 24 años a lo largo de su carrera es que lleva los valores del movimiento como bandera desde el principio y parece que no hay nada ni nadie que pueda cambiar su visión. En 2019 Trueno logró cumplir el sueño de Mateo, y ahora llegó el turno de cumplir el suyo.

Por aquel entonces, junto con su equipo ya estaba trabajando en su álbum debut, Atrevido, y como avance para su público, en febrero del 2020 lanzó el primer adelanto, el single homónimo “Atrevido”. 

Esta canción fue un antes y un después en su carrera, sin duda, no sólo por las más de 100 millones de reproducciones que logró en su canal de YouTube, sino porque demostró que el juego había cambiado; el Hip-Hop había llegado al país para quedarse y él era la persona que lo iba a llevar a otro nivel. 

Si bien el freestyle vivía su etapa de gloria en la Argentina - con millones de reproducciones y referentes de nivel internacional -, todavía faltaba que el rap se volviera moneda corriente entre el público masivo. Existía una base muy fuerte de oyentes que amaban el rap en español y que su playlist se basaba en éxitos de Kase-O, Residente, Vico C o Tego Calderón, pero que necesitaba un nuevo referente que llegara para demostrar que lo clásico no era tan clásico, y Trueno era el indicado. 

Con Atrevido pudimos ver todo el despliegue lírico que aquel joven venía recabando desde hacía tanto tiempo. De alguna forma, en 10 canciones, Trueno logró reunir el sonido del Hip-Hop clásico con la novedad y el estilo argento, algo que no fue para nada fácil. En compañía de Tatool, Yesan, Evlay, Taiu y Bizarrap en producción y Alemán, WOS y Nicki Nicole dando sus voces en “G.P.S”, “Sangría” y “Mamichula” respectivamente, el “wacho Atrevido” lo había logrado.

Con este álbum demostró que el hip-hop, aquel género que en 1973 vio la luz en el Bronx, no estaba destinado únicamente para esos rebeldes sin causa que buscaban en la música una forma de liberación, sino que le dio un nuevo horizonte disponible para todos. Desde ese joven que conoció el Trueno de las batallas hasta el padre que lo llevaba hacia el famoso Parque Rivadavia - lugar donde se realizaba El Quinto Escalón -, todo el mundo podía escuchar al renovado Mateo Palacios. 

Ahí comienza el camino hacia el oro. 

El último baile de Gardel

Si con Atrevido se presentó al mundo, con Bien O Mal lo conquistó. 

Después de haber estrenado su álbum debut, el objetivo de Trueno estaba claro: seguir creciendo. Para lograrlo, él sabía que no podía dejar de lado sus raíces, es más, debía reforzarlas e indagar todavía más profundamente en ellas, y su segundo álbum de estudio fue la solución.

Bien O Mal fue estrenado en mayo del 2022 y se convirtió en un éxito instantáneo entre la comunidad. Este trabajo, a diferencia del primero, se presenta como una montaña rusa de sentimientos por parte de Trueno, donde se pueden encontrar verdaderos homenajes al Hip Hop, - como en “Dance Crip” - pero también podemos ver un lado sentimental que pocas veces antes se había dejado ver - en canciones como “Argentina” o “Tierra Zanta”, junto a Nathy Peluso y Víctor Heredia respectivamente -.

En este disco Trueno mostró sus raíces y demostró que puede estar influenciado por el rap estadounidense, pero que nunca podría olvidarse del lugar que lo vio nacer. “La fuerza de Argentina está caminando a mi lado no estoy solo; los golpes de la vida ya me tienen preparado ready para todo; los wachos de la esquina son soldados caminando por arena y lodo…”, se lo escucha cantar en “Argentina”, canción que tiene también uno de los finales más sentimentales de su repertorio, mencionando todas y cada una de las provincias de nuestro país.

Esta diversidad de emociones, o quizás la manera que tuvo Trueno de interpretar todas y cada una de las quince canciones que conforman este álbum - divididas en tres discos - hicieron que en mayo de 2023, el pequeño rapero que iba a comerse el mundo, lograra el primer paso para ello: ganar un Gardel de Oro. “Este disco es para mi país, mi tierra y mi gente”, dijo Mateo luego de ganar el tan ansiado galardón.

En ese momento parecía que no había nada que el pequeño joven criado entre mate y sonidos del Bronx por igual no pudiera hacer. Vivía un auge muy difícil de igualar. 

Sin embargo, con el paso del tiempo demostró que no había gastado todos sus cartuchos y que todavía tenía mucho más que transmitir: El Último Baile es la prueba. Este álbum, su último trabajo hasta la fecha - estrenado en mayo de 2024 - es algo que nunca habíamos escuchado de Trueno. Un disco sin colaboraciones, centrado en la producción y en la búsqueda de sonidos renovados, pero claro está, con la misma esencia Hip-Hoppa.

Canciones con nombres en inglés como “The Roof Is On Fire”, “Pull Up!”, “Night” o el éxito global “Real Gangsta Love” hacen que Trueno refleje su evolución. Al momento de hablar de esta particularidad del idioma expresa: “Busco el inglés para no repetir palabras en las rimas, pero también para hacer que el país progenitor del movimiento sepa cómo lo hacemos en el sur”. 

Lo mejor para demostrarle al “país progenitor” cómo se hace en el sur es redoblar la apuesta con el manifiesto que refleja en cada álbum. Lo que “Manifiesto Freestyle” fue en Bien O Mal, “Intro” es en El Último Baile:  “I keep it real, esto es lo que represento. A todos los raperos que forman parte del cuento. A todos los B-boys que están girando como el viento. A todos los grafiteros que la poli tiene adentro. Si no hay caja de sonido, me la invento. Si no, los DJs pinchan dos vinilos al mismo tiempo”. Este es un manifiesto que habla del movimiento, de la cultura, de cada pieza que forma el rompecabezas del Hip-Hop, pero sobre todo, de cada elemento que vive dentro de Trueno. 

Durante esta entrevista, Mateo recorrió sus éxitos envuelto en su manifiesto realizado a punta de aerosol. Se creó un aura que respiraba Hip-Hop y nadie mejor que él para representarla.     

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Pasaron cuatro años desde nuestra primera portada con vos, ¿qué recordás del Mateo de aquel momento?

Me acuerdo que fui de mis primeras grandes entrevistas. Antes era muy raro porque cuando batallaba no era normal hacer entrevistas. Sacamos fotos en la casa de mi abuela, en La Bombonera… Fue una de las primeras oportunidades que tuve para poder mostrar mi mensaje al mundo. 

¿Sentís que hubo cambios en vos desde entonces?

Totalmente, hay muchísimas diferencias. Pasó poco tiempo pero a la vez pasaron muchas cosas, buenas y malas también. Siento que tanto Mateo como Trueno cargan con esa experiencia y ese aprendizaje que le dio el tiempo, tanto musical como personal. Mi vida cambió mucho desde mi primer disco hasta el tercero. 

¿Qué significa para vos el Manifiesto?

En cada disco trato de hacer un manifiesto que refleje al 100% lo que quiero decir en el disco. En Atrevido no era ni un track, era solamente un audio que mostraba qué era ser atrevido para mí. En Bien O Mal hablaba del por qué surge la protesta en ese álbum y con el agregado del freestyle, que salió mientras lo estaba grabando. Finalmente, el de El Último Baile me parece muy importante porque siento que trato de especificar el Hip-Hop, y es quizás algo más inclusivo dentro del movimiento.

¿Crees que es un movimiento del que el público general está desinformado?

Creo que el rap como género llegó demasiado lejos y es algo que es una parte del hip-hop, de lo que es el movimiento completo. Es un componente que te muestra dónde nace el rap, bajo que contexto y con qué referentes. Siento que hay gente que conoce el rap pero no conoce el hip-hop; o quizás conoce los graffitis que están en las calles pero no sabe de dónde vienen.  

¿Qué opinás del rap como herramienta para las tiraderas?

Realmente el rap no nace de canciones grabadas. Surge todo de improvisaciones o shows en vivo llevadas posteriormente a fiestas por los DJs… De ahí nacen las confrontaciones de las pandillas y tratar de esquivar los problemas más de la calle y violentos y pasarlos a ver quién rapea mejor. En cierto punto tiene su grado de diversión y también de respeto. No es algo que yo suela hacer, por eso también me alejé del ámbito de las batallas, pero forma parte de la cultura, formó a muchísimos raperos.

        

Si no fueras rapero, ¿qué otra rama hubieras explorado?

Intenté realmente todo. Mi primer acercamiento fue con las batallas y la improvisación, desde que era chiquito, porque siento que es el espectáculo más divertido para ver. También intenté bailar breakdance, miraba tutoriales de beatbox, veía a mi papá pintando las paredes de La Boca… Nací entre el hip-hop completo, pero me quedé con el micrófono.

Tu papá en “Hoop Hoop” te dedica una introducción realmente emotiva. ¿Qué pensás hoy al escucharla?

Esa canción para mí significa mucho. Es la terminación de las vueltas de la vida que hizo que termináramos juntos en un tema. Él fue el que me enseñó todo; con el que aprendí los verdaderos valores del hip-hop y crecí con él siendo un pilar del hip-hop argentino. Cuando me puse a hacer música, fuera lo que fuese, sentía que tenía que hacer un tema con Peligro hablando de nuestra historia. Él habla como lo que es, mi papá, mi entrenador y mi gurú…

Ese fue el disparador también para que vuelva a escribir bajo Pedro Peligro. Se tomó tan en serio el papel de referente y profesor que había olvidado lo bueno que es, así que me puso muy contento que esta canción lo haya activado de nuevo. 

¿Existe una mesa chica en el hip-hop argentino históricamente?

No sé si una mesa chica, pero sí pioneros que siempre serán recordados. Es algo realmente de nicho, que se manejó en el underground sin mucha gente, cámaras o carteles. Te diría que hay 15 personas que hicieron el cambio realmente en el Hip-Hop argentino, que le metieron para delante en Buenos Aires, y sin duda Peligro es uno de ellos. 

¿Por qué crees que la viralidad y el público masivo llegó con vos? 

Creo que pasaron muchas cosas en paralelo. Las batallas de freestyle le dieron gran visibilidad a los artistas urbanos de la Argentina, cada uno representando su estilo. Salimos todos del concepto del Hip-Hop y es un fenómeno que creo que ninguno de los que fuimos partícipes te podríamos explicar bien por qué pasó.


Personalmente me llevó a impulsar mi carrera musical, que era mi sueño desde chiquito y se pudo cumplir. Las batallas nos acercó público, herramientas, facilidades de aprender a rapear más rápido, mejorar nuestros flows… Siempre doy el consejo de freestylear para escribir porque hace que las letras salgan más fácil a veces. 

¿Extrañas la época de las batallas?

Sí, se extraña… Lo asocio un poco con el potrero, cuando jugabas en la calle porque sí, porque estaban tus amigos e ibas a demostrar lo que sabías. Hoy por suerte estamos viviendo de esto, recorriendo el mundo con el mensaje y disfrutando cada uno de los momentos. Siempre recordaré esa época como algo muy lindo.

En “PLO PLO!” hacés referencia a tu “Freestyle Session” con Bizarrap, ¿cómo fue esa relación?

Le escribí cuando se me ocurrió la idea, tenía que preguntarle qué le parecía a él. Siento que es lo que vino después de las batallas, la “Freestyle Session” fue el puente entre la plaza y mi primer disco. Ahí me di cuenta de lo profesional que tenía que empezar a ser. Grabar en un estudio, al micrófono, escucharme después para ver cómo había salido, aprender a tocarlo en vivo… En ese momento, con 17 años me di cuenta lo mucho que me gustaba hacerlo. Fue clave. 

¿Sentís la responsabilidad de que te llamen el “vocero del pueblo”?

Trato de que esa responsabilidad no sea un peso, pero uno con el paso del tiempo y con el público que se va sumando, se va dando cuenta que el mensaje cada vez llega más lejos. Me pasa con mis hermanos menores, que veo que se visten como nosotros y quieren rapear, que también es lo que me pasaba a mí con mi padre.

Siempre tuve el lema de no hacer nada para nadie ni deberle nada a ningún público. Lo que hago es ir por el mensaje que siento que tengo que dar e ir por lo que me surge en el momento. 

¿Qué consejos les das a tus hermanitos?

Les digo que lo más importante es la pasión que uno tiene, y perseguir los sueños que te hacen vibrar sin que sea una presión ni un trabajo. El éxito no tiene fórmula, es hacer lo que te gusta y vivirlo con tu gente.  

¿Cómo fue para vos representar La Boca en una Tiny Desk?

Fue muy bueno que nos hayan dado la oportunidad de hacerlo nosotros en nuestro barrio. Justo fue una época donde estaban implementando ese formato. Fue con el disco ideal, con el mensaje claro que quería dar, en el mes latino de las Tiny Desk… Cuando nos mostraron todas esas ventanas que teníamos abiertas dijimos “es nuestra oportunidad”. Lo hicimos en un conventillo muy cerca de la casa de mi familia, tratamos de hacerlo lo más real posible.

Te acercaste al inglés, ¿cómo llevás el idioma?

Bien, de a poquito, mi amigo traductor está siempre presente. No hablo nada todavía, siento que más allá de las rimas y de tratar de no repetir palabras, por eso trato de usar el inglés, es una forma de acercar el rap hispano al público anglosajón. Mientras se pueda, un poquito y un poquito es la clave.

¿Llegar a ese público es una búsqueda en tu presente?

Si llega será bienvenido y estaré siempre agradecido, pero no es el foco principal. Lo que sí me emociona un poco es mostrarle al país progenitor del Hip-Hop cómo lo hacemos acá abajo.

¿Cuánto hay de Mateo dentro de Trueno?

Trato de que haya poca diferencia, pero hay una realidad, que es que mi vida cambia demasiado cuando estoy en la Argentina con mi familia y viajando arriba de los escenarios. Hay una energía que cambia porque el escenario también lo siento como mi lugar en el mundo, el espacio donde realmente puedo sacar todas mis versiones. 

Detrás de eso hay una persona súper tranquila que sigue viviendo la misma vida de antes, o al menos eso intenta. Por ahora se llevan bastante bien. 

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