Trece discos en vivo para recordar el rock de los 70 y 80

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Eternos, legendarios y sorprendentes, una selección de grabaciones que van desde Peter Frampton hasta Serú Girán.

Hay álbumes que inmortalizan el pulso de una época en la que el rock se transformó en una experiencia visceral y compartida. Durante las décadas de 1970 y 1980, la escena musical estaba impregnada de un espíritu de experimentación y virtuosismo, marcado por la llegada de nuevos sonidos y movimientos que redefinieron el género. Estos años fueron testigos de una explosión creativa, donde los trabajos en vivo se convirtieron en el escenario perfecto para inmortalizar la magia efímera de las presentaciones en directo y reflejar el fervor de una audiencia entregada.

A continuación, algunos álbumes que evocan las experiencias de años anteriores:

At the Fillmore East - The Allman Brothers Band (1971)

Considerados los maestros de la improvisación que fusiona el blues con el jazz-rock, The Allman Brothers Band alcanzaron su máximo esplendor en 1971 con el lanzamiento de Live At Fillmore East, un doble álbum en vivo que es a menudo citado como una de las mejores grabaciones en directo de la historia. Esta obra capturó a la banda en su apogeo, justo antes de la pérdida de su guitarrista y líder, Duane Allman, y del bajista Berry Oakley, quienes fallecieron jóvenes en accidentes de motocicleta.

En ese momento, Allman era conocido como uno de los guitarristas más sobresalientes del rock, fusionando el carácter crudo del blues de Muddy Waters con la intensidad del soul de Aretha Franklin y Etta James, todo ello impulsado por su admiración por John Coltrane y Miles Davis. Su compañero Dickey Betts no se quedaba atrás, aportando una gracia melódica con su distintivo sustain, mientras que el órgano Hammond B3 de Gregg Allman impregnaba la música con el estilo de Jack McDuff. A pesar de posteriores versiones que restauran los conciertos sin cortes, esta edición original de las sesiones en la sala de conciertos Fillmore East de Nueva York sigue siendo la cúspide de la banda y un pilar del rock sureño.

Frampton Comes Alive! – Peter Frampton (1976)

Frampton Comes Alive! es un fenómeno cultural, alcanzando el primer lugar en las listas de Billboard y vendiendo más de 11 millones de copias sólo en Estados Unidos. Lanzado en 1976, llevó a Peter Frampton a convertirse en una estrella del rock. Aunque musicalmente es un viaje entre lo predecible y lo innovador, destacando la habilidad del guitarrista y su uso del talk box, su éxito también se basó en su atractivo visual y su conexión con el público, especialmente las jóvenes admiradoras. Sin embargo, la fama repentina tuvo un costo: el artista, en retrospectiva, expresó su lucha por mantener credibilidad como músico, algo que tardó décadas en recuperar. Entre los temas más destacados se encuentran "Show Me the Way", "Baby, I Love Your Way" y "Do You Feel Like We Do".

En el Opera - Los Abuelos de la Nada (1985)

En el Ópera (1985) plasma a Los Abuelos de la Nada en su mejor momento, demostrando porqué son una de las bandas más llamativas del rock argentino. Grabado en vivo durante cinco noches en el Teatro Ópera, refleja la evolución musical y la energía de un conjunto en pleno apogeo, a pesar de las tensiones internas que llevaron a la salida de Gustavo Bazterrica y la incorporación de Gringui Herrera y Juan del Barrio. Con una alineación renovada, el grupo ofreció versiones de sus grandes éxitos y estrenó dos nuevos temas, "Zig Zag" y "Costumbres argentinas", en un recital que muestra la sofisticación de su sonido. Las voces de Miguel Abuelo y Andrés Calamaro se combinan, mientras la instrumentación, enriquecida por la doble sección de vientos y teclados, llama la atención en cada tema. Este disco, el último de la formación más célebre de la banda, es un cierre glorioso para una era dorada del rock argentino.

Live After Death - Iron Maiden (1985)

Durante la era dorada del heavy metal en los años 80, Iron Maiden se posicionó como una de las bandas más influyentes del género con su gira World Slavery Tour. Live After Death es un fiel registro de esta etapa. Con 18 temas que abarcan sus primeros cinco álbumes, el disco, grabado en el Long Beach Arena de California y el Hammersmith Odeon de Londres, refleja la potencia musical del grupo. Desde el inicio de "Aces High" hasta la épica "Phantom of the Opera", la obra ofrece una interpretación intensa y precisa. La portada, obra de Derek Riggs, destaca como una pieza maestra del arte de los álbumes, reforzando la imagen mítica de Eddie. A pesar de su estatus como clásico del rock el disco presenta limitaciones en su captura del ambiente en vivo, con una mezcla que no logra transmitir la completa intensidad del concierto, dejando el sonido de la audiencia apenas perceptible.

Ruido Blanco - Soda Stereo (1987)

Ruido Blanco (1987), el primer álbum en vivo de Soda Stereo, es un ejemplo de lo que generaba en sus shows a mediados de los años 80, cuando lideraba el rock en español. Grabado en diversas ciudades de América Latina, el disco ofrece versiones de temas como "Signos", "Sobredosis de TV" y "Persiana Americana". A pesar de los desafíos técnicos durante la gira, la banda logró un sonido pulido gracias a la mezcla realizada en Barbados. La obra destaca por la colaboración con The Supremes y una sección de vientos que enriquecen las interpretaciones.

Exit... Stage Left - Rush (1981)

En el marco de su tradición de lanzar un álbum en vivo tras cada cuarteto de discos de estudio, Rush presentó en 1981 una muestra sublime de su trayectoria con Exit... Stage Left. El doble álbum reúne lo mejor de sus cuatro trabajos de estudio, desde A Farewell to Kings hasta Moving Pictures. Contrario a su anterior álbum en vivo, All the World’s a Stage, que mostraba a la banda en su forma más cruda y espontánea, este contiene una producción más pulida y calculada, destacando la técnica y la sincronización del trío. Desde la apertura con "The Spirit of Radio" hasta la versión extendida de "YYZ", cada pista demuestra la química de Geddy Lee, Alex Lifeson y Neil Peart. A pesar de algunas críticas sobre la fidelidad del sonido en vivo, el disco continúa siendo un favorito entre los fans.

If You Want Blood You've Got It - AC/DC (1978)

El título If You Want Blood You've Got It no podría haber sido más adecuado. Grabado durante la gira de “Powerage" en 1978, gran parte del material proviene de su concierto en Glasgow, la ciudad natal de los hermanos Young. Lanzado un viernes 13, el álbum incluye los clásicos que definieron a AC/DC, como "The Jack", con sus letras crudas capturadas por primera vez en disco, y "Whole Lotta Rosie", que inmortalizó el grito de “Angus! Angus!” en la conciencia colectiva de los fans. Los encores de "Let There Be Rock", con la ovación real del público al ver a la banda con camisetas del equipo de fútbol de Escocia, y "Rocker", editada para ajustarse a los tiempos radiales, destacan la energía y el carisma de la banda en su apogeo. El disco no sólo rivalizó con álbumes como Live And Dangerous de Thin Lizzy y No Sleep 'Til Hammersmith de Motörhead, sino que también abrió las puertas del Top 20 del Reino Unido para el grupo, alcanzando el puesto 13.

Still Life - Rolling Stones (1977)

A finales de los años 70 y principios de los 80, cuando los Rolling Stones recuperaban su impulso comercial, era lógico que la banda decidiera grabar su gira de 1981 para su cuarto álbum en vivo, Still Life. Publicado en 1982, este disco llegó menos de un año después de Tattoo You, el cual había otorgado a la banda su octavo álbum consecutivo en el número uno en Estados Unidos y producido el exitoso sencillo “Start Me Up”. Sin embargo, a pesar de su éxito comercial, el disco reveló un problema subyacente: se construyó a partir de material residual de la década anterior, montado de manera apresurada para respaldar la gira de 1981.

La estrategia comercial que impulsó su lanzamiento para las fechas europeas de 1982 se hizo evidente en el álbum, que no logró capturar la esencia vibrante del espectáculo en vivo. A solo cinco años de la publicación de Love You Live, Still Lifeofrecía únicamente tres canciones nuevas —“Shattered,” “Let Me Go” y “Start Me Up”— entre una colección de clásicos de los Stones y versiones como “Twenty Flight Rock” y “Going to a Go-Go”.

Alive! - Kiss (1975)

Alive!, lanzado en 1975, captura la esencia cruda y explosiva de la banda en su elemento más auténtico, y se convierte en una representación de la energía que caracterizó sus actuaciones. Kiss, con su despliegue de pirotecnia y plataformas, supo ganarse a su audiencia a través de una exuberancia inigualable. A pesar de que sus primeros álbumes de estudio no habían logrado el impacto esperado, este trabajo representó un cambio radical al presentar a Gene Simmons como el "Demonio" en el bajo, Paul Stanley como el "Star Child" con sus acrobacias de guitarra, Ace Frehley como el "Space Ace" y Peter Criss como el "Cat Man". Aunque musicalmente el álbum puede parecer homogéneo, lo que realmente destaca es la fiesta que la banda logra transmitir.

Live at Leeds - The Who (1970)

En 1969, después del fenómeno de Tommy, The Who se encontraba en la cúspide de su poderío musical. En lugar de simplemente repetir el éxito de su álbum conceptual, el grupo decidió capturar la esencia de su frenética gira en un álbum en vivo. Así nació Live at Leeds. Con una duración de poco más de 30 minutos, el disco inmortaliza la crudeza y la intensidad de la agrupación en su mejor forma. Grabado durante su concierto del 14 de febrero de 1970 en la Universidad de Leeds, destaca por su energía y su autenticidad, a diferencia de las producciones más pulidas de su época.

La selección de temas es una muestra de su repertorio: desde la versión de "Young Man Blues" hasta la interpretación de "Summertime Blues". La banda despliega una fuerza implacable, con la guitarra de Pete Townshend, la batería de Keith Moon y el bajo de John Entwistle en su máxima expresión. La versión extendida de "My Generation", que fusiona fragmentos de "See Me, Feel Me" y "Sparks", junto con una versión de "Magic Bus", demuestran el virtuosismo y la pasión en su interpretación en vivo. Aunque la obra no incluyó la totalidad de su setlist, ni la complejidad de su disco anterior, ofrece una experiencia visceral que ejemplifica la maestría de la banda en el escenario.

Live Killers - Queen (1979)

Lanzado en 1979, Live Killers captura a Queen en un punto crítico de su carrera, justo antes de alcanzar el estrellato global que vendría con The Game y Live Aid. Grabado durante la gira europea que siguió a la publicación de Jazz, el álbum es un testimonio de la banda en vivo. Aunque el disco obtuvo un éxito comercial respetable y fue elogiado por su autenticidad, su recepción crítica fue mixta. Algunos lo consideraron una muestra del talento de la banda en el escenario, destacando la potencia de su interpretación y la dinámica de su actuación. Sin embargo, también fue criticado por su falta de pulido y por la comparación inevitable con otros discos en vivo de la época.

Presenta una selección de temas representativos de la gira, incluyendo versiones de "We Will Rock You" y "Bohemian Rhapsody", pero también muestra signos de una banda en transición, buscando consolidar su estilo mientras se alejaba del glam rock hacia un sonido más diversificado. La falta de una edición visual acompañante y la crítica interna sobre la presión para lanzar el álbum contribuyen a una percepción ambivalente de la obra.

Vivo - Virus (1986)

Grabado durante una serie de presentaciones en el Estadio Obras de Buenos Aires, los días 14, 15 y 16 de mayo, el disco demuestra la vitalidad de Virus en su momento más álgido, tras el éxito de Locura (1985). No solo revisita clásicos de su primera etapa, como "Densa realidad" y "Wadu Wadu", sino que también incluye "Imágenes paganas", un tema inédito que se convertiría en uno de los emblemas del rock en español. Aunque Vivo se enfrentó a críticas por la ausencia de algunos de sus mayores éxitos como "Una luna de miel en la mano" y "Carolina", Federico Moura defendió la autenticidad del registro, argumentando que el álbum ofrecía un testimonio fiel del grupo en ese período.

No llores por mí, Argentina - Serú Girán (1982)

No llores por mí, Argentina (1982) sobresale en la discografía de Serú Girán, ya que es el último trabajo de una era dorada antes de la partida de Pedro Aznar. Grabado durante dos recitales en el Estadio Obras, marca el adiós a Aznar, quien partió para unirse a la banda de Pat Metheny, y el cierre de un capítulo fundamental en la historia de la música nacional. El disco, que se diferencia de sus predecesores por una mayor inclinación hacia el rock, presenta una colección de temas que van desde grandes éxitos como "Cuánto tiempo más llevará" y "Seminare" hasta la inédita pieza titular "No llores por mí, Argentina", que inmortaliza el sentimiento de despedida y reflexión de la banda. Con una interpretación vibrante y una emotividad palpable, la obra ofrece un último adiós a sus seguidores antes de un largo receso.

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