Laura Esquivel vivió una noche mágica en La Trastienda, donde presentó oficialmente su primer álbum homónimo, en un show cargado de emociones y nostalgia. Rodeada de familiares, amigos y una audiencia entusiasta, Esquivel demostró que su trayectoria artística ha alcanzado una nueva dimensión, consolidándose como una de las voces más versátiles y queridas del país.

El concierto comenzó con los temas "Ya no me duele" y "Un día a la vez", dos de las canciones que forman parte de su reciente trabajo discográfico. El público, completamente entregado, acompañó cada estrofa, creando una atmósfera de complicidad entre la artista y sus seguidores. La energía positiva que emanaba del escenario marcó el tono de la noche, mientras Esquivel desplegaba su inconfundible talento vocal y carisma.

Uno de los momentos más destacados del show fue el homenaje que Laura rindió a algunos de los hitos de su carrera. Con su interpretación de "My Heart Will Go On", la artista recordó su participación en el programa conducido por Marcelo Tinelli, donde se dio a conocer al público masivo como una joven promesa. No faltaron las lágrimas de emoción cuando interpretó "I Will Always Love You" de Whitney Houston, una pieza que evocó su memorable participación en "Tu Cara Me Suena", demostrando nuevamente su habilidad para enfrentar grandes desafíos vocales.

El público vivió un momento de profunda nostalgia cuando Esquivel revivió su etapa en la exitosa serie juvenil "Patito Feo", interpretando versiones acústicas de "Y Ahora qué" y "Sueño de amor". Estas canciones, que marcaron a toda una generación, provocaron un estallido de aplausos y cánticos entre los presentes, quienes agradecieron la oportunidad de volver a conectar con aquellos momentos.

La velada también contó con la participación de artistas invitados que enriquecieron aún más el espectáculo. Nico Zuviría subió al escenario para interpretar junto a Laura el tema "Quédate", mientras que Daniela Herrero aportó emoción a la noche con los dúos de "Cómo te explico" y "Sólo tus canciones", que destacaron por su profunda carga sentimental y química entre ambas artistas.

El concierto alcanzó su punto culminante cuando Esquivel entonó "Girasol", una canción que simboliza su crecimiento personal y artístico. Con su interpretación, la cantante logró conmover a los asistentes, reflejando su evolución no solo como artista, sino también como persona. Para finalizar, el tema "Vivo la vida" desató una celebración en la sala, con el público de pie y ovacionando a la intérprete.