Alesso, Steve Aoki, Fisher, Paco Osuna y Marcel Dettmann tomaron el escenario principal.
Tras una espera de casi una década, Creamfields, el festival de música electrónica, volvió a conquistar Buenos Aires con una propuesta que combinó beats frenéticos, escenografía impresionante y una diversidad generacional pocas veces vista en eventos de este tipo. El Parque de la Ciudad, escenario elegido para el evento, se transformó en un verdadero santuario del techno y el house, atrayendo a 35.000 asistentes.
Desde las 13 hasta la medianoche, el predio vibró al ritmo de un line up de lujo que combinó talentos internacionales y nacionales. Alesso, Steve Aoki, Fisher, Paco Osuna y Marcel Dettmann encabezaron los escenarios principales. También hubo espacio para los exponentes locales de la electrónica, con destacados sets de Bad Boy Orange, Diego Ro K, Mariano Trocca y la revelación de los platenses Peces Raros, quienes sumaron un toque diferente al ofrecer una experiencia más cercana al indie electrónico.
El diseño del evento no dejó lugar al azar. Cuatro escenarios, cada uno con su identidad propia, albergaron los diferentes estilos y géneros que Creamfields busca reunir. Las luces de neón, las pantallas LED gigantes y la escenografía inspirada en un parque de diversiones abandonado crearon un ambiente inmersivo que fue tanto un espectáculo visual como musical.
El regreso de Creamfields a Buenos Aires no solo fue una oportunidad para disfrutar de música electrónica de primer nivel, sino también un recordatorio de la historia y la relevancia del festival en el país. En sus primeras ediciones, Creamfields Argentina no solo trajo a los mejores DJ del mundo, como Calvin Harris y David Guetta, sino que también posicionó a Buenos Aires como una de las capitales más importantes para la música electrónica en América Latina.