El lanzamiento en mayo de 2019 del cuarto álbum del cantante marcó un cambio en su estilo musical y lírico en comparación con sus trabajos anteriores.
Hace cinco años, el mundo de la música fue testigo de un momento crucial en la carrera de Tyler, The Creator, con el lanzamiento de su álbum IGOR. El disco marcó una nueva fase en la evolución creativa y emocional del artista, que ya había comenzado a tomar forma con su álbum previo, Flower Boy. La obra llevó esta transformación a un nuevo nivel, presentando un lado más maduro y reflexivo del artista.
El cantante se hizo conocido en la escena musical por su estilo provocativo, su humor negro y su tendencia a no tomarse la vida demasiado en serio. Sin embargo, con el lanzamiento del disco de 2017, vimos un cambio notable en su enfoque artístico. El álbum mostró a un Tyler más vulnerable, explorando temas de identidad, amor y crecimiento personal.
IGOR continúa esta exploración emocional de una manera aún más profunda - cuando creíamos que era imposible -. El álbum presenta a un nuevo alter ego, "Igor", a través del cual el cantante canaliza sus experiencias y emociones más íntimas. Con su característica peluca rubia y trajes monocromáticos, el personaje se convierte en el vehículo a través del cual el compositor invita a adentrarnos en los rincones más oscuros de su corazón y mente.
Uno de los aspectos más destacados de la obra es su narrativa cohesiva, que sigue el arco emocional de un amor no correspondido. A lo largo del álbum, Tyler explora temas como la posesión, perdón y aceptación. La primera mitad del disco establece el tono con canciones como "EARFQUAKE" y "I THINK", donde canta sobre su deseo desesperado de retener a su amante y convencerla de que lo ame.
A medida que avanzamos en el álbum, el compositor se sumerge aún más en la reflexión emocional con canciones como "RUNNING OUT OF TIME" y "NEW MAGIC WAND". En estas pistas, Tyler muestra una vulnerabilidad rara mientras reflexiona sobre el paso del tiempo y la inevitabilidad del final de una relación. La segunda mitad del disco continúa esta exploración emocional con canciones como "A BOY IS A GUN *" y "PUPPET", donde el músico se enfrenta a la manipulación y el control en su relación.
El clímax emocional llega con la épica "GONE, GONE / THANK YOU", una canción dividida en dos partes que captura la intensidad y la ambigüedad del amor perdido. En la primera parte, "GONE, GONE", Tyler habla sobre la lucha para superar un amor que se ha ido, mientras que en la segunda parte, "THANK YOU", reflexiona sobre lo lejos que ha llegado y agradece a su pareja por las experiencias compartidas.
El álbum llega a su conclusión con "I DON'T LOVE YOU ANYMORE" y "ARE WE STILL FRIENDS?", donde el artista confronta el final de su relación y la posibilidad de seguir adelante como amigos...