El productor terminó el 2023 como uno de los artistas más escuchados de Spotify, el mayor número de #1 en el Billboard Argentina Hot 100 y el éxito consolidado de su serie “CROSSOVER”
Por: Julián Mastrángelo y Agustín Contepomi
Para recorrer el camino de Ismael Real debemos remontarnos a la década del 90’ en la ciudad costera de Necochea, provincia de Buenos Aires, donde un joven rodeado de música y arte empezaba a forjar la historia de uno de los productores del momento. Con un abuelo fanático de Queen y otro apasionado por el folklore, las influencias que recibió de pequeño marcaron un estilo que se refleja en las producciones que hoy recorren el mundo. “Siempre tuve muchas influencias musicales que no tenían relación entre sí. Eso hizo que abriera mi cabeza y pudiera entender la música desde otro lado”, comparte Big One.
También pasaba grandes momentos con su abuelo Víctor, que tenía por hobbie coleccionar revistas de alienígenas y compartía curiosidades e información con el pequeño Ismael. Tiempo más tarde, cuando le regaló todas sus revistas, comenzó una pasión que hoy podemos ver detrás del nombre “Los Del Espacio”, el estudio Fifty One, su creación más preciada (nombrada por el Área 51), o las pequeñas referencias a extraterrestres que se pueden encontrar en sus producciones.
Avanzada la adolescencia, llegó el momento de tomar una decisión que cambiaría su vida para siempre: mudarse a Buenos Aires. “En Necochea hice muchos amigos dentro del mundo del freestyle. Formé parte del club de rap Senadores, donde hacía los beats y fue el comienzo de mi carrera en el trabajo para otros, pero sabía que tarde o temprano tenía que irme”, recuerda con nostalgia.
El viaje lo emprendió con su amigo Enzo Sauthier, conocido desde aquel entonces por las batallas de freestyle como FMK. Juntos llegaron a la gran ciudad y empezaron un camino de aprendizaje y crecimiento que los llevaría a realizar obras de la talla de “Perdóname”. Esta canción consiguió cruzar fronteras que ninguno de los dos imaginaba, ya que la crearon el día que se conocieron y la publicaron únicamente como audio, algo que por aquel entonces, donde los videoclips comenzaban a tomar mucha fuerza, jugaba a priori como un punto en contra.
“Enzo es un hermano, fue con el que más cosas viví, sobre todo al principio, al salir de Necochea. Ese cambio es lo más difícil para alguien de una ciudad chica, y nos tocó vivirlo juntos. El primer día que nos conocimos y nos juntamos hicimos un tema, que fue “Perdóname”, y es una locura porque era la primera vez que hacíamos música y lo terminó escuchando todo el país. Le fue muy bien y nos abrió un montón de puertas a los dos, fue una señal de que teníamos que ir por ahí”, remarcó.
Su familia también jugó un papel muy importante en el proceso de mudanza de la costa a la ciudad, ya que su mamá y su hermano participaron de la creación de Fifty One para poder trabajar de lo que les gustaba: la dirección y manejo de artistas. Su sueño cada vez estaba más cerca.
En sus inicios, el sello se dedicaba a distribuir las canciones que el propio Big One producía, pero con el paso del tiempo y a los éxitos, la empresa empezó a verse cada vez más como un label 360º, dedicando cada recurso a encontrar nuevos artistas y ayudarlos a crecer en la industria, con todo lo que eso significa. Lejos de querer verse como un sello más, Big mantiene a día de hoy un lema en la cabeza: “Queremos hacer que cada uno de los artistas comunique su música de la mejor forma posible y siempre de forma orgánica. Nunca sabemos qué va a pasar, pero es parte de la carrera y nuestro estilo de vida”.
Una vez formado el sello, Big se instaló en la ciudad y empezaron a llegar los frutos de su siembra. La unión con FMK creció hasta puntos inimaginables y trajo consigo la conexión con otros referentes de la escena que necesitaban encontrar y establecer su lugar, como María Becerra o Rusherking, a quiénes Big One produjo en sus inicios. Por el lado de La Nena de Argentina, Ismael fue el responsable de la producción de 222, el EP con el que se lanzó al mundo con canciones como “Tu Lady”, “Dime Cómo Hago” y “Nada de Amor”. A Rusherking lo ayudó a crear sus primeras canciones, abriéndole el estudio a horarios impensados y acompañándolo como a un hermano.
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BIG ONE EN SU ESTUDIO DE PRODUCCIÓN:
Eras un chico que tenía la posibilidad de pasar el día en la playa y el mar en Necochea pero prefería encerrarse en casa de su abuela a producir. Explicame eso…
En verano está lleno de actividades al aire libre, pero en invierno es una cueva, literalmente, puede que eso haya ayudado a que me encerrara a hacer música.
Sabemos que tu bisabuelo es tu contacto con todo, con la música y los aliens. ¿Cómo recordás esos primeros contactos?
Mis abuelos escuchaban música todo el tiempo. Por parte de mi viejo era muy internacional, recuerdo muchísimo a Creedence o Queen; y por parte de mi abuelo materno era mucho más folklore y esa rama, por lo que siempre tuve muchas influencias musicales que no tenían relación entre sí. Después, como dijiste, mi bisabuelo coleccionaba revistas de aliens y me las regaló, y ahí empezó mi fanatismo. Es como un tesoro que tengo guardado.
Está muy presente en todas tus canciones, con los chicos, con lo del Espacio... hay marcada una verdadera influencia. ¿Podrías revelar alguna curiosidad de esa conexión?
Sí, un poco lo que intentamos hacer con Los del Espacio es primero, fidelizar el grupo que teníamos de amigos, que hacíamos música. Por otro lado, yo en las producciones y en las canciones siempre trato de meter alguna batita, algo que haga referencia. Por ejemplo, en el tema del espacio, metí un FX muy característico de la canción “I’m Blue”, de Afer 65. Y cositas así, como lásers y… siempre cuidando la canción, pero metiendo alguna referencia sutil. Siempre me gusta hacer alusión a eso.
Estando en Necochea, ¿no te surgió tener una banda de punk o de ska?
Bueno, en allá había mucha movida de reggae y de rap también. Sí, tuve mi club de rap, que era Senadores. Yo hacía los beats y medio un poco así empecé a hacer música. Ese fue mi primer acercamiento a hacer música con gente y con cantantes.
¿Y cómo te llevas con las composiciones? ¿También aportás en las letras?
El productor es el responsable a veces de que el artista sea prolífico y saque cosas. Con el tiempo, me ha pasado también de convertirme más en compositor que en productor, de hecho hoy me siento más compositor que productor en el sentido de que me meto en la construcción de las canciones y bastante en las letras también. Eso es algo que he adquirido con el tiempo porque al principio sí era simplemente poner la pista y que el artista sacara lo que quisiera sacar. Hoy tenemos la tarea de hacer juntos una canción y te diría que es mitad-mitad, o a veces hasta yo un poquito más.
Con tus “CROSSOVER” encontraste una nueva forma de producir. ¿Cómo lográs llevar a artistas a géneros que no les son propios?
Es convencer de la idea del tema a todas las partes y a veces traer a terrenos que el artista nunca experimentó. Nos pasó con “Mentiras” y con Ulises, que él es de cuarteto, imagínate que le resultaba raro, es como que hasta ahí hay una lucha, ¿viste? Y bueno, está buenísimo, es un poco el desafío de Crossover. Los artistas se copan, les cabe y está buenísimo cómo rompen barreras.
¿Y cómo es el proceso?
Cada tema nace a su forma y su manera. Algunos nacen pensando quién podría caber en este beat, por ejemplo. Y otros nacen de proponerle a los artistas juntarse, como pasó con Emilia y con Calle. Ellos acceden y bueno, ya si dijeron que sí, algo bueno tiene que suceder. Nos juntamos en el estudio y ahí empezamos a hacer cosas. Cada tema tiene su vida. Cada junte también tiene su forma de que se dé, no todos se dan iguales. Es un poco también respetar el proceso de cada tema y cada artista que se sienta cómodo con el tema.
¿Nos podés contar la anécdota de Callejero y Emilia?
¡Fue muy gracioso! Cuando le dije a Calle “vamos a hacer un tema con Emilia”, me dice: “Emilia, ¿qué Emilia?”. Le pasé el link de Instagram y le digo: “Esta Emilia”. Se sorprendió muchísimo, no lo podía creer, fue una flasheada. En el estudio cada uno intentaba unirse, meterse en el mundo del otro, y eso está buenísimo, como Emilia trató de ser un poco más Calle y Calle un poco más Emilia.
¿Y la unión de FMK con Emmanuel?
Eso fue tremendo porque yo quería hacer algo con Emmanuel, lo venía escuchando bastante, quemando sus canciones. Le propuse hacer un Crossover y me dijo que sí, pero que tenía que ser con FMK porque había escuchado “Bandido” y le había gustado mucho. Él sabía que Enzo trabajaba conmigo, así que los conecté de una.
A partir de 2020 pasamos de un Big One productor de canciones para otros a un productor con sesiones propias, muy buscado por los artistas. ¿Cómo fueron estos años de cambios y números uno en charts?
Ante todo, gracias. Siempre digo que soy medio privilegiado en el sentido que me tocó ver el inicio de muchos artistas, entre ellos Mari, es zarpado ver todo su crecimiento. Fue medio un conjunto, creo que crecí de la mano con ellos y me parece zarpado haber tenido números uno en los charts, con ellos y sin ellos. Ahora, con mi proyecto es todo parte de un camino que estamos construyendo, vamos a ver dónde termina.
¿Cómo sentís el crecimiento de la escena argentina en estos últimos años?
Siento que la tecnología es parte responsable del crecimiento de la escena acá y también a nivel mundial. Creo que le da la oportunidad a muchos artistas de empezar a hacer música. Un pibe en Necochea con una compu ya podía aprender música. Yo no fui a ninguna escuela, nada, es todo YouTube... Esto de que cualquiera se pueda grabar en su casa es algo que antes no existía y que a muchos músicos antes les hubiese gustado hacer. Nosotros tenemos el privilegio de eso, una locura.
Las plataformas digitales acompañan ese movimiento también.
Bueno, es un poco lo que nos pasó con “Perdóname", dónde tiramos un tema sin video y con una portada que hice yo en Photoshop en el estudio, imagínate. El tema, sin nosotros hacer nada, llegó a donde llegó y eso es una locura. Nunca pasó en la historia y te da noción de la parte buena de Internet.
¿Podrías guiarnos por tu proceso de creación en este estudio?
Siempre trato de mantener todo bastante minimalista, no me gusta tener muchos equipos ni teclados por todos lados ni equipos analógicos. Trato de tener todo siempre, mi compu o mi notebook, que es la que llevo a todos los camps. Para hacer música tenés que tratar de evitar las barreras de tener tantas cosas y tantas opciones e intentar resolverlo lo más rápido posible, por si te bajó una idea.
Cuando vienen los artistas hablamos un poco de lo que quieren hacer, o si ya lo habíamos hablado antes por lo que sea, les muestro algún beat que tengo guardado o empiezo a hacerlo acá. Lo más común es que lo empiece a hacer acá para que fluya y para que al artista le vaya gustando lo que se está creando. Voy viendo más o menos las caras que pone y por ahí sigo adelante o doy marcha atrás. Lo principal es la filosofía de tratar de mantener todo lo más minimalista posible.
¿Qué programas usás para grabar y para trabajar?
Arranqué cuando se llamaba Fruity Loops y hoy en día es FL Studio. Es la plataforma principal, y después se agregan un montón de plugins ya conocidos. Lo que me costó aprender con el tiempo es que no había ninguna herramienta secreta ni nada que te haga sonar de una u otra forma. Las cosas más simples son las que más alcance dan o las que te permiten conseguir el sonido que uno escucha en canciones ajenas. Bueno, eso siento que es algo que aprendí con el tiempo también.
¿Cómo describirías un Big One en un camp de composición?
Trato de ser el director general del camp: si me tengo que sentar a escuchar al artista, me siento, hablamos y no hacemos música. No soy el que empuja todo el tiempo a hacer cosas, si sale, sale, si no, no. Es como el espacio y el momento para el o la artista. Está bueno entender eso de los camps, son para eso. Son tres, cuatro o cinco días para que el artista saque sus canciones. Es a su ritmo.
https://www.youtube.com/watch?v=YgrwMV6DT5Y
BIG ONE EN FIFTY ONE
¿Cómo definís Fifty One?
Fifty One es nuestra casa. Empezó todo cuando vinimos para Buenos Aires con Enzo, Silvi, mi vieja, y Nata, mi hermano. Empezamos a armar un grupo para contener un poco el crecimiento que veníamos teniendo y también un poco para cuidarnos de todo lo que está dando vueltas ahí. Decidimos investigar un poco más y construir una empresa, que es más una familia que una empresa, la verdad. Fuimos creciendo, incorporando nuevos artistas, creciendo en la estructura y nos hicimos management. Es una gran familia que nos contiene a todos los artistas y trata de llevar todos los proyectos a buen camino.
De alguna forma resuelve todo a 360°, ¿no?
Sí, medio sin saberlo al principio nos fuimos metiendo en las diferentes áreas que lleva la carrera de un artista y logramos establecernos bien en la parte del label, distribuir las canciones, hacer campañas digitales o campañas más clásicas. También la parte de publishing y de los derechos de las canciones. Aprendimos mucho sobre eso y tratamos de darle un formato más serio para poder incluir nuevos artistas y nuevas obras. Hoy en día somos una familia gigante con muchos artistas, muchos managers y muchas canciones adentro.
¿El nombre también va relacionado con tu fanatismo por los aliens?
Es por el Área 51, que es una zona en los Estados Unidos donde pasan cosas alienígenas. De alguna forma también tiene que ver con mantener esa estética.
¿Cómo es la dinámica en el día a día de 51? Cada día se suman talentos nuevos, como Estani o Emanero, por ejemplo.
Estani fue uno de los primeros también, ya conocía a Enzo en esa época y también necesitaba un poco de orden en la cantidad de propuestas que estaba recibiendo y de oportunidades que estaba teniendo por su música. Fue uno de los primeros en sumarse a la familia y hoy en día está laburando con todos en la Argentina, está con los mejores, haciendo proyectos gigantes, apareciendo en Movistar de repente... Siento que es un logro colectivo, todos juntos trabajando y pensando, refleja un poco de lo que hacemos acá.
Rusherking también forma parte de Fifty, ¿cómo viviste su crecimiento?
Exacto, Rusher también está con nosotros. Cuando me conoció, estaba muy en la nada, viendo qué hacer, si seguir con la música o no. Le dije: “Amigo, vos tenés que hacer música”. Él tenía muchas ganas, siempre recuerdo que venía a mi estudio en bici, hace un montón de tiempo, y un día cayó como a la una de la mañana, llovía mal y ahí dije: “Este chabón quiere hacer música en serio…”. Por las ganas que le ponía. Tener tanta gente cercana sin un norte tan claro y tal vez sin un equipo fue lo que me llevó con la familia a armar 51 y darle orden a cada uno de sus proyectos.
Hace poco se sumó Ángela Torres.
Angelita... Súper talentosa, mal. Una de las voces más privilegiadas acá en la Argentina, por lejos, y encima es muy buena performer en vivo. Cuando se acercó y quiso colaborar con nosotros, todavía estábamos creciendo, no sabíamos si empezar a sumar más gente al equipo o no, pero estaba la oportunidad de colaborar con ella y dijimos, “hay que hacerlo, es ahora o nunca”. Así que lo agarramos y seguimos adelante.
Tienen muchos reconocimientos, cuadros de Oro, Platino, cuádruple Platino… ¿Cuáles fueron los primeros con los que dijiste “wow”?
En la entrada de Fifty tenemos una pared gigante con los cuadritos, con muchos de los temas que hemos laburado. No están todos, faltan muchos cuadros, pero hay bastantes. Y sí, creo que el primero que recibimos fue el de “Perdóname”, si no me equivoco. También recibimos el de Billboard, me acuerdo como si fuera hoy. Tenemos un montón de cuadros, un montón de temas y ahora este cuádruple Platino, que creo que es el primero que tenemos. Súper contento porque también fue un poco de los Crossover, un proyecto personal que también arrancó en Fifty este año.
¿Se imaginan un festival de 51?
Sí, hubo un momento en Uruguay, hace un tiempo, que estuvo bueno y fueron varios artistas. Es una buena idea, tenemos que hacer algo grande. La rompemos. No te voy a decir qué fecha, pero lo vamos a hacer.
¿Tienen un techo ya marcado de lo que quieren hacer en 51 o se imaginan que esto pueda seguir creciendo?
La cuestión del crecimiento es un tema porque tenemos que estar bien seguros de crecer, porque crecer es una responsabilidad. Abrir de repente una oficina o sumar gente no es tan sencillo, pero siempre estamos apuntando arriba y siempre nos llegan más oportunidades que nos incitan a crecer. Además de todos los proyectos que ya tenemos con los artistas que están dentro de la compañía, queremos seguir sumando gente, queremos seguir yendo a nuevos lugares, de repente España, México, Chile…
¿Qué proyectos tienen para el 2024?
Me voy a estar tomando más tiempo para hacer cosas, para tomar vacaciones y cuestiones a las que antes no les daba importancia. Espero que este año sea un poco más light en ese sentido, pero también con muchos proyectos que ya están ahí gestándose y otros que tengo en mente, espero que se cumplan y sucedan.