La historia detrás de la obra maestra de la música gótica y el rock alternativo.
El paso del tiempo puede ser un poderoso motor creativo. David Bowie, John Lennon y Jimi Hendrix son solo algunos de los artistas que, al llegar a los 30 años, alcanzaron nuevas alturas en su carrera. Sin embargo, cuando se trata de madurez artística, pocos lograron capturar la esencia del correr de la edad como Robert Smith. En 1989, el vocalista atravesaba una encrucijada personal y profesional, obsesionado por la fugacidad de la vida y su legado como músico. En ese contexto, nació una de las obras más reconocidas del rock alternativo: Disintegration. Hoy, 35 años después, recordamos el álbum que consolidó a The Cure como una de las bandas más influyentes del mundo.
Previo al lanzamiento, el grupo atravesaba una situación interna complicada. Smith se vio obligado a despedir a su amigo de la infancia y cofundador de la banda, Lol Tolhurst. El pionero, que había sido relegado a tecladista debido a su falta de destreza en la batería, tenía problemas con el alcoholismo que dificultaban la dinámica de trabajo y, muchas veces, ponían en riesgo la armonía del grupo. A pesar de esta decisión, el vocalista le concedió al músico un reconocimiento en los créditos originales del disco, donde se le atribuye como autor e intérprete de "otros instrumentos".
Ya habían establecido una reputación sólida en el mundo de la música para cuando el disco fue concebido. Sin embargo, la banda estaba en búsqueda de regresar a sus raíces, a un sonido más oscuro y melancólico, alejándose del pop más accesible de trabajos anteriores como The Head on the Door (1985) o Kiss Me, Kiss Me, Kiss Me (1987). Este cambio de dirección estuvo influenciado en parte por las inquietudes personales de Smith y su miedo a envejecer. La introspección y las dudas existenciales se convirtieron en motores para crear un álbum introspectivo, crudo y emotivo.
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Disintegration se caracteriza por una atmósfera sombría que permanece en las 12 piezas del repertorio. Desde la primera pista, "Plainsong", los oyentes son sumergidos en un mundo sonoro envuelto en melancolía, con capas de sintetizadores y guitarras atmosféricas. El disco es un gran fusionado de estilos: desde baladas líricas hasta temas de rock alternativo más enérgicos. No obstante, el hilo conductor en todas las canciones es la profundidad emocional de las letras de Smith y la complejidad de las composiciones musicales.
"Creo que soy viejo y siento dolor, dijiste
Y todo se está acabando como si fuera el fin del mundo, dijiste
Y hace tanto frío, es como el frío si estuvieras muerto
Y luego sonreíste por un segundo",
"Plainsong", The Cure
En un principio, la discográfica Elektra Records, rechazó el álbum. Argumentaron que la banda estaba cometiendo un "suicidio comercial deliberado" y consideraron las letras de Smith como "innecesariamente sombrías". La realidad del álbum fue muy diferente a la catástrofe que percibió la productora: no solo fue un éxito comercial y de crítica en su lanzamiento, sino que cambió la historia de la música popular. Llegó a la posición 12 en el Billboard 200, y sus sencillos "Lovesong" y "Fascination Street" se convirtieron en los favoritos en las radios.
El impacto de Disintegration se extiende más allá de su éxito comercial. El álbum es considerado una obra maestra dentro del género gótico y fue un gran influyente para generaciones de músicos y bandas posteriores. La profundidad emocional y la riqueza de sus composiciones inspiraron a artistas de diversos estilos a explorar temáticas más oscuras y a experimentar con sonidos atmosféricos.
Y para tranquilidad de Smith, al conmemorar los 35 años del lanzamiento, es evidente que el álbum fue la prueba del tiempo. La universalidad de sus temas, como el amor, la pérdida y la introspección, sigue conectando con la gente de todas las edades, y el disco sigue siendo considerado una pieza fundamental en la discografía de The Cure.