
Su nombre refleja esa eterna lucha entre el deseo de no crecer, de no perder la esencia de la niñez, y la necesidad de evolucionar, de enfrentar los miedos y el amor a través de la música. ¿Qué significa seguir jugando después de tanto tiempo? ¿Cómo se mantiene viva esa chispa que dio vida a su música en los primeros años y que hoy sigue siendo el motor de su carrera? Nicolás Grosso, cantante de El Síndrome de Peter, invita a transitar su historia, a comprender los dilemas del crecimiento artístico y personal, y a descubrir qué significa para ellos el verdadero éxito.
Llevan 15 años en la industria desde que comenzaron en 2011. ¿Cómo fueron esos primeros años? ¿Les costó llegar hasta donde están hoy?
Los primeros años fueron como un juego. Hacíamos canciones porque nos gustaba, sin pensar demasiado en lo que podíamos lograr, sino simplemente plasmando lo que sentíamos en ese momento. Con el tiempo, las ganas de crecer fueron apareciendo y empezamos a buscar lugares más grandes, conectando con un público que se iba sumando a nuestro arte. Al principio, no fue tan difícil, pero luego el camino se fue afinando y hubo que definir por dónde avanzar, desde las líricas hasta la composición y el armado de la música. Ha sido un desafío hermoso y, sobre todo, un camino que elijo recorrer todos los días.
¿De dónde surgió el nombre de la banda y qué significado tiene para ustedes?
El nombre surgió en una sesión de la poética cuando a uno de los chicos le dijeron que tenía "el síndrome de Peter". Un día vino y dijo: "Che, me dijeron esto. Está bueno el nombre". Nos gustó a todos, sonaba bien.
Al principio me costó entenderlo, pero después le encontré el sentido. El síndrome de Peter Pan dice que no queremos crecer, pero yo creo que en la vida no hay que dejar de jugar. Aprendemos y nos desarrollamos jugando. Obviamente, con responsabilidad, sabiendo que podemos hacerle daño o bien a otros. Pero la idea es seguir jugando y hacerlo bien.
En la historia del rock vimos muchas bandas separarse por conflictos internos o diferencias artísticas. ¿Qué es lo que los une a ustedes después de tantos años?
Ha habido muchas transformaciones. Se han ido muchos integrantes, pero lo que mantiene unido a un grupo son los ideales, hacia dónde vas y lo que te pasa en la vida. A veces alguien en la banda no está pensando en la música, sino en sus problemas personales.
Para mí, la música siempre fue un juego y una terapia. Me ponía con la guitarra, pasaba una hora y me sentía mejor. Lo que nos mantiene es sentir que lo que hacemos nos hace bien, que hay un mundo por descubrir y una ilusión por conquistar. Siempre hay una "zanahoria" por ir a buscar, algo que nos motiva a seguir adelante, más allá de los cambios y transformaciones del camino.
"Para mí, la música siempre fue un juego y una terapia"
¿Qué significa el éxito para ustedes?
Me parece que el éxito es estar bien, mente y corazón. Estar contento, estar feliz. Obviamente, es un horizonte que se va corriendo a medida que das un paso. Pero es parte de decir: “Bueno, ahora, ¿qué vamos a conquistar?”. Es tener un deseo, algo para seguir adelante y cuidar a los nuestros, a nuestra familia. Poder mirarnos a los ojos con las personas que queremos y saber que no hay nada que nos afecte. Que lo que nos interpele sea el amor, el querer el bien para el otro.
Para mí puede ser una mamá, una pareja, una hija, un hijo, un primo. Me parece que el éxito está ahí. Y uno de los motivos más importantes de la vida, que considero un éxito, es encontrar el motivo de existir. Encontrar el punto por el cual estás acá y decir: “Este es el sentido de la vida, este es el vehículo a través del cual voy a transitar”. Me parece que es uno de los puntos más importantes, porque si encuentras ese vehículo, te vas a subir todos los días a recorrerlo.
Compusiste "A Pasos Cortitos" inspirada en Messi… ¿Qué fue lo que te motivó a dedicarle una canción a él y cómo nació esa idea?
En 2018, cuando se hablaba de Messi, había opiniones divididas, algunos lo defendían y otros lo criticaban, y yo no lo podía entender. Yo fui futbolista hasta 2011 o 2012, tuve dos años de contrato y entrené en Primera, aunque no llegué a debutar. Por eso, sé cómo funciona el fútbol, tengo 12 años de carrera.
Viendo lo que Messi hace dentro y fuera de la cancha, me saco el sombrero. Gane o pierda, es la gloria. Creo que juzgarlo solo por un resultado es perder el foco. Eso fue lo que me inspiró a escribirle una canción.
Lo que me dijeron es que le llegó a través de su madre, pero no sé si la escuchó o si la recibió. La verdad, no tengo idea. Si algún día le llega y la escucha, para mí sería un lujo. Pero mi intención desde el principio fue hacer una canción que dejara una huella, porque Messi representa humildad, arte puro en el fútbol, y es un gran padre de familia. Son muchas cosas que me inspiraron para escribirle.
En abril del año pasado lanzaron Vértigo, un disco que parece abordar temas como el amor y el miedo de manera muy conceptual. ¿Qué representa para ustedes este trabajo musical?
Vértigo lo es todo. La banda estaba en una especie de quiebre. Íbamos para otro lado. Hasta que nos juntamos con Pablo Macklin, nuestro manager, empezamos a hablar y decidimos hacer un disco. Yo ya tenía varias canciones, nos reunimos con el baterista, hablamos y comenzamos a transitar ese camino. Siempre tengo canciones y empiezo a buscar, y en este caso creo que Vértigo es el nombre perfecto porque todo fue muy vertiginoso. Un día nos sentamos con Pablo, dijimos "vamos a hacer un disco", hablamos con Sebas Percal, que nos produjo, y empezamos a tocarlo. Íbamos a La Plata todos los días, fue una locura.
Íbamos con el baterista, armábamos las estructuras, volvíamos, luego iba toda la banda, y en dos semanas ya estábamos tocando 12 temas. Obviamente, el proceso tardó más, pero en dos semanas con la banda completa teníamos las canciones. Fue difícil dejar temas afuera, pero el productor nos dijo: "Hagamos algo, yo les voy a regalar uno porque no puede quedar afuera este tema". Así que fueron esos 12 y fue una experiencia hermosa, muy vertiginosa.
Había partes de las canciones que terminábamos de crear en el ensayo, letras que surgían ahí mismo con los chicos. Fue una experiencia hermosa. Y sí, como decís, habla mucho del miedo, del amor. La imagen de la cuerda floja en la portada representa eso: el equilibrio entre la cabeza y el corazón. La cuerda es nuestra creación, así como la estabilidad que intentamos mantener.