
Algunos artistas trabajan con pinceles. Otros, con intuición y memoria. Nannette Mariela usa todo eso, pero también carga con una copa invisible en la que mezcla nostalgia, identidad, salsa, color y cariño por su tierra. Nacida y criada en Puerto Rico, esta artista visual es la mente creativa detrás de la nueva campaña gráfica de Johnnie Walker para el lanzamiento del Bad Johnnie, un cóctel que celebra el espíritu cultural de la isla con maracuyá, agua de coco y whisky escocés.
Pero lo que la trajo al centro de esta celebración fue su participación en la campaña Huellas Boricuas, en la que diseñó una serie de ilustraciones para Johnnie Walker que reinterpretan el ícono del caminante con estética caribeña. “Le hice un Johnny dandy boricua con gardenia, en tributo a Daniel Santos. También un Johnny jíbaro y un carrito de piragua antiguo que lleva el Bad Johnnie adentro. Era clave representar a todos”, cuenta a Billboard Argentina.

Cada imagen está empapada de referencias visuales locales: desde chinchorros típicos con murales que dicen “aquí se baila salsa” hasta pleneros, bartenders y escenas cotidianas de fiesta popular. “Quería que se sintiera lo nuestro, que tuviera sazón, color, que fuera alegre, pero con historia”, sintetiza Nannette.
Nannette estudió arte desde pequeña y encontró en la ilustración —particularmente en la acuarela y la caligrafía— un medio para plasmar su universo. “Viví un tiempo en Italia, en la Toscana, rodeada de caballos, alpacas y gallinas. Eso me inspiró a reconectar con el arte. Pero fue al volver a Puerto Rico que lo vi todo distinto. Me di cuenta de lo hermosa que es mi isla. Empecé a mirar los detalles, a valorar lo cotidiano”.
Su conexión con la música también es profunda. Creció escuchando boleros, jazz, rock en español y salsa. Y cuando dibuja, siempre hay una playlist acompañando la pincelada. “Depende del día y del ánimo. Pero nunca falta música. Y eso también se ve en lo que hago”.
No es la primera vez que su arte forma parte de grandes momentos culturales. Fue también la responsable del afiche oficial del último show de Bad Bunny en Puerto Rico, una pieza que circuló masivamente entre fans y que reforzó su lugar como voz visual de una nueva generación de artistas puertorriqueños.
“Puerto Rico tiene un talento increíble. Y aunque somos una isla pequeña, hemos llegado muy lejos”, dice. “A veces me preguntan de dónde sale tanto artista acá. Y yo creo que tiene que ver con el calor humano, con esa alegría colectiva, con cómo enfrentamos las adversidades unidos. Hay algo muy especial en esta comunidad.”

Antes de despedirse, Nannette comparte una recomendación para cualquier turista que llegue a la isla: “Además del Viejo San Juan, les diría que se aventuren al centro. Orocovis, los ríos del sur del Yunque, son lugares menos transitados pero hermosos. Y que vayan al Museo de Arte de Puerto Rico. Hay murales, esculturas, piezas de artistas nuevos. Y si tienen suerte, quizás se crucen con alguna obra mía”, cuenta con la alegría a flor de piel.
El arte de Nannette no necesita traducción. Es color, emoción y orgullo boricua. Es la prueba de que el Caribe también se dibuja. Y que hay historias que se cuentan mejor con una copa en la mano, un ritmo de fondo y mucha, mucha identidad.