Recién llegado de los Latin Grammy organizados en Las Vegas, donde se alzó con el premio a la Mejor Canción Rap/Hip Hop con "Fresh", Trueno ya está listo para su próximo movimiento: el próximo jueves 11 de diciembre se presentará por segunda vez en el Estadio de Ferrocarril Oeste para presentar la versión deluxe de su álbum El último baile.
Y al igual que el año pasado, se prevé que tendrá un marco familiar, transgeneracional. Algo de lo que el rapero de La Boca -nacido como Mateo Palacios Corazzina- se hace cargo con orgullo.
"Eso me lo hacen llegar mucho las familias que me encuentro en la calle y me piden una foto. Me hacen comentarios como: 'Mi hijo me mostró tu música y vi que colaboraste con 2 Minutos y yo era fan de 2 Minutos'. Y así es como que todo se termina reencontrando, en cierto punto. Para mí todo se trata de eso, de seguir construyendo ese camino y siempre voy a agradecer lo que pasó antes que apareciera yo, porque por eso y por ellos estamos donde estamos. Arriba del escenario somos una familia también: está mi viejo (Pedro Peligro), mi mejor amigo (KMI 420), así que se comparte totalmente", comenta de un tirón en charla con Billboard Argentina.
La conversación ocurre en un estudio de grabación de ubicación secreta, en algún lugar de la provincia de Buenos Aires. Trueno se encuentra trabajando en su próximo movimiento. "Siempre que estoy girando por un disco, me pongo a trabajar en el que le siga. Lo trabajo durante un año y medio, dos años. A la vez, la gira me acompaña como soporte para desplegar esa energía. Esto que viene va a ser importante desde lo numerológico: va a ser mi cuarto disco y le estoy dando una connotación muy seria a eso", dice.

Siempre hacés el gesto con los cuatro dedos para reivindicar a la Comuna 4, el lugar de donde venís. Ahora quizás le des otro significado a eso, ¿no?
Seguro, para mí es muy importante. Cuatro discos, de por sí, en una carrera, me parece que representa un camino bastante empezado. Le doy importancia a ese número que me acompaña desde que nací, entonces siento que es uno de los discos que más me emociona mientras lo estoy haciendo, el que más como loco me tiene día y noche, pensando, metiéndome más en la música, dándole otra connotación a las letras. Siento que vamos a hacer una entrega muy piola.
¿Qué va a tener de nuevo este disco?
Siento que es la consolidación de todo lo que vinimos haciendo. Obviamente, un disco alimenta al próximo, pero en este traté de adquirir todas las herramientas, todos los poderes, todo lo que hicimos y darle un trasfondo mucho más personal. Contar lo que a mí me pasa, lo que le pasa a Mateo, cómo me llegan las cosas. Y también reflexionar sobre el camino que se generó y lo cambiante que elijo ser disco a disco, con un foco diferente. Por eso digo que es el más importante, el que más me emociona, el que más pelos de punta me pone.
¿Cómo sentís que se te dio ese crecimiento en público y arriba de escenarios cada vez más grandes?
Hermoso. En un principio era re loco, porque era un pibe súper tímido abajo del escenario, pero me ponían 50 mil personas adelante y me las comía en dos panes. Con el tiempo, entendí de que ese era mi lugar en el mundo y quizás me sentía más cómodo en un estadio lleno, un festival, en una batalla donde nos estábamos humillando con otra persona delante de miles personas, que estando solo o con pocas personas o caminando por la calle tranquilo y viviendo la vida normal. Y eso es lo que me convenció para decirme a mí mismo: "Yo nací para hacer esta mierda, para estar en el escenario, para compartir". Desde chiquito que hice teatro y me exterioricé artísticamente frente al público. El show es lo que más me gusta hacer, lo que más disfruto. Escribo pensando en los shows, grabo pensando en los shows.
Hablando de este crecimiento en lo personal, me interesa saber cómo sentís que evolucionaste como rapero. Del pibe que hacía freestyle a este que ahora hace canciones.
Siempre flasheé con no cerrarme en ningún tipo de concepto. No es que solamente voy a rapear. Lo hablábamos mucho con Tatool, mi productor, con mis viejos, a medida en que fueron pasando los discos: "En este quiero cantar más", o "en este quiero rapear más", o "ahora quiero mejorar la poesía" o incluso, "en este quiero meterme más en la producción". Y siento que, también, abriendo el abanico del enfoque, se expande un poco más todo.
Si yo me quedaba solamente en la composición y no le daba pelota a la música, me iba a encerrar en eso. Lo mismo con las melodías, con el rap... Entonces me doy el gusto de no encerrarme ni de autoclasificarme en una categoría puntual. No digo ni que soy un rapero consciente o que soy un artista melódico. Trato de hacer lo que me pida la canción, el momento. Y mandarle para terminar de conformarme como artista, para consolidar mi proyecto, sabiendo que tengo un background y una estructura armada por el hip-hop y la historia que viví, que es irreversible e irrompible. Esa seguridad también me da la libertad de poder hacer lo que se me cante, cuando quiera.

Bueno, eso se notó bastante cuando sacaste El Último Baile. Venías de un disco un poco más combativo, con una mirada social, como Bien o Mal. Y con este último fuiste para un lado más celebratorio, festejando los primeros 50 años de historia del hip-hop.
Siempre quise desacostumbrar a la gente y sorprenderla, de que no sepa por dónde carajo iba a seguir mi proyecto, por dónde va a venir mi próximo disco. Lo tuve claro desde un principio. Después de hacer Atrevido, mi primer disco, dije: "No quiero hacer un Atrevido 2, no quiero volver a hablar de mi barrio, eso ya lo hablé". Y mientras estaba haciendo Bien o Mal, con un enfoque desde la protesta, sabía que el siguiente iba a tener más alegría, más ganas de festejar después de todo lo que habíamos protestado.
Y así se van construyendo los conceptos y los próximos álbumes, siempre con el fin de no repetirme. El día de mañana quisiera escuchar todos mis discos y tener uno para cada día, para cada sensación. Me gusta que la gente sienta que el proyecto sea impredecible, que esto no tenga una etiqueta. Creo que de eso se trata también la libertad de expresión que tanto defiendo.
¿Te sentís referente de los próximos 50 años del hip-hop?
Yo flasheo mucho con el lugar que me da la gente, con el recibimiento del público y que siempre agarran un tema y lo vuelven archi mega escuchado. Nunca sé qué va a pasar con un disco que saco, con un tema nuevo, si lo van a interpretar, si lo van a dejar pasar... Obviamente siento que el proyecto está en una cúspide hermosa desde que empecé y que estamos, como siempre, llegando a cosas que parecían muy lejanas. Pero seguimos llegando y soy consciente de que en unos años voy a mirar para atrás y voy a estar muy orgulloso, así que me llena el alma. Pero no lo hago con ese fin y le agradezco mucho a la gente que está haciendo la segunda siempre. Así sean 10 o 10 millones, voy a estar acá molestando hasta que me muera.
Hablando de llegar lejos, estás en el próximo disco de Gorillaz. ¿Cómo fue grabar "The Manifesto"?
Es un flash. Estuve tocando en Europa en marzo de este año y se enteraron de que iba a estar en Inglaterra, setearon una sesión de grabación, me invitaron al disco, grabamos, sumaron la voz de Proof. Hicieron un show en Londres ahora en junio de este año y me invitaron, conocí artistas increíbles. Después me invitaron a otro show en Madrid, tocamos el tema por primera vez... Fue una escalera de cosas súper locas y ahí en Madrid me propusieron que salga como adelanto, que querían hacerle video, que les gustaba el concepto del tema. Y ahí fue que me propusieron que les abra la gira del año que viene. Fue todo muy genuino y desde el respeto musical y artístico.
Contame la cocina del tema. ¿Es todo freestyle lo que grabaste o lo escribiste?
Me contaron de qué va el disco, por qué se llama The Mountains, de qué va "The Manifesto", de qué querían hablar de la trascendencia entre la vida y la muerte, el lado positivo que se le puede ver a eso. Obviamente, un verso post mortem de Proof también suma un montón a la canción y la hace demasiado sensible. Y cuando me dan todo tan en bandeja, por así decirlo, fue fácil de entender, de poder transmitir e interiorizarme en la letra.
Tengo algo muy claro: la pasión, el disfrute, el aprender, el ser un alumno. Y también dejo que las cosas se den de manera genuina, por la energía que le ponemos. El tema habla de la vida y de la muerte, de la trascendencia. Pero es un mensaje positivo que se puede interpretar de mil maneras.
Me salieron 17 versos de un tirón. Grabamos estribillos, melodías rapeadas, todo. Y no me censuraron una sola palabra, me dejaron explayarme las veces que quería, los beats que quería. Eso habla también de ellos, de cómo colaboran, cómo se interesan en la música, cómo scoutean en países diferentes. Yo, agradecidísimo.
¿Cómo fue escuchar tu voz en una canción de Gorillaz?
Fue un flash. Damon obviamente es un productorazo. No solamente canta, hizo el estribillo y todo, pero estuvo muy metido en todo el concepto del disco, que se hizo en Asia, en la India. Buscó sonidos de otro continente súper diferente a Inglaterra y a la Argentina también. Compartir con él, estar en su estudio lleno de sintes, fue súper loco, aprendí mucho. Es un prócer de la música.
¿Cuál sentís que fue el mayor aprendizaje de esta experiencia?
Noté que el chabón se divierte. Va al estudio y toca el piano, la pasa bien, tiene una humildad de la puta madre. Ahí te das cuenta de que los más grandes se manejan así y después hay otros que no lograron ni el cuarto y lo ven de otra forma. La única manera de que te vaya bien, de ser "exitoso", que un público te quiera, es hacerlo genuino, es compartir, es no tener ego, no tener prejuicios, no separar entre países, entre géneros y seguir aprendiendo. Lo vi disfrutando como yo rapeaba, de la melodía que yo hacía grabando lo que se me cantaba, compartiendo con mi productor. Fue todo tan carnal lo que pasó y tan desde el disfrute que, al fin y al cabo, a la edad de Damon, yo quiero ser así, quiero estar contento haciendo música con mis amigos.
También participaste del álbum de Milo J, en la canción "Gil". ¿Cómo es tu vínculo con él?
Fuera de lo musical también con el Cami nos encontramos mucho en los valores que tenemos. Somos dos pibes de barrio, de familia, que nos gusta jugar a la pelota, comer asado, tomar mate, estar con los amigos, disfrutar de la música, escuchar, aprender... Él es como un hermano menor y es mucho más chico que nosotros, se crió escuchando lo que hacemos nosotros. Es la cara de la nueva generación que está empezando a aparecer y a mí me da mucho orgullo.
Yo, como un guachín que sigo siendo, me impresiono cuando un artista con más años me avala, así que lo que más me va a nacer cuando aparecen artistas nuevos -que comparten conceptos, valores y miradas conmigo-, es abrazarlos y hacerlos sentir cerca, generar una unión. En cuanto a lo músical, me parece que es de lo más nuevo y disruptivo que tiene no solo la Argentina, sino América Latina, el habla hispana. Tiene una mirada súper loca en cuanto a la producción, en cuanto a las melodías... Va a hacer historia. Ya con este disco lo hizo, pero sé que no va a ser lo único que vaya a sacar. La va a seguir rompiendo.
Puntualmente en esta canción, ¿cómo fue subirte a eso? ¿Qué te propuso él y qué sentís que le aportaste vos?
Él quería hablar de la traición. Me vino perfecto porque estaba justamente transitando una situación muy similar, entonces se lo agradecí también (Nota: ambos fueros estafados por sus anteriores equipos de trabajo). Pasamos por situaciones parecidas, con personas diferentes, pero muy similares. Y sentimos la responsabilidad de hablar de eso, en una industria tan frívola, tan peligrosa, con tantos tiburones.
Queríamos dejar muy en claro que los sueños de unos pibes, que el arte y la pasión son intocables. Nosotros, como referentes de otros guachines que vayan a venir en un futuro y quizás puedan pasar por situaciones parecidas, mostramos que con fuerza, con amor y con pasión, todos esos muros y esas trabas se rompen. Siento que es un mensaje positivo para la industria en general. Para que los pibes sepan que, si se la aguantan y le siguen metiendo sin perder el foco, ninguna turbulencia hará que se termine el vuelo
Está bueno que Milo te dio espacio y cuando aparecés, parece una canción tuya, porque hablás muy directo de lo que te pasó con tu sello anterior, con tus anteriores socios.
Sí. Me acuerdo que cuando estaba escribiendo el verso, me agarró y me dijo: "Tranquilo, amigo". Lo mismo que me pasó con Gorillaz: cuando me dejan tan servido el concepto de la canción o lo que quieren explayar en la letra, a mí se me hace mucho más fácil amoldarme y dar mi visión de las cosas, mis experiencias personales. Él me mostró muchos temas, pero me dejó en claro que quería que fuera ese, porque hablaba de algo que a él lo representa y que sentía que a mí también. Entonces le dije: "Si vos querés que sea este, vamos con este". Y así salió.