Sal Ojeda creció rodeado de micrófonos, cables y grabadoras de carrete en el 'home studio' que su padre, músico profesional, había montado en la bahía de San Francisco y después en Guadalajara, México.
A los ocho años ya lo acompañaba con ritmos de batería en un teclado y, pocodespués, recibió la promesa de que tendría una batería real si se comprometía a estudiar música de manera formal… y cumplió.
"Tomé clases particulares varios años mientras tocaba con él y con una banda de amigos de la escuela. Al cumplir 18, mis papás ya me dejaron tocar con bandas de covers en bares, bodas y eventos. En esos años también construimos juntos un estudio en casa, con puertas y vidrios dobles. Tengo recuerdos muy bonitos de esa época colaborando con mi papá", dice Sal Ojeda, hoy tres veces nominado al Emmy
y uno de los nombres más respetados de la postproducción de sonido en Hollywood.
El salto llegó con una beca en Berklee College of Music en Boston. Allí descubrió que su vocación no solo estaba en tocar, sino en musicalizar las historias en cine y televisión. Fue también la puerta de entrada a Los Ángeles, ciudad en la que construyó una red de contactos clave y empezó desde abajo, asistiendo a ingenieros y compositores antes de instalarse en la postproducción.
Con el tiempo, su talento lo llevaría a colaborar en proyectos tan diversos como RuPaul's Drag Race, Dear Mama: The Saga of Afeni and Tupac Shakur o documentales dirigidos por H.E.R. y Morgan Neville.
Uno de sus trabajos más recientes lo conectó con un ícono indiscutible: el líder de la banda U2. Se trata de "Bono: Stories of Surrender", un proyecto que al principio se presentaba intimidante por la magnitud de su legado musical y los altos estándares del artista, y aunque el plan estaba claro, las cosas cambiaron en el camino.
"Con Stories of Surrender el plan original era editar por nuestra cuenta unas semanas
y luego reunirnos con Bono para empezar la mezcla. Pero en la primera semana nos avisaron que su agenda cambió y estaría en Los Ángeles la semana siguiente para regrabar líneas de diálogo y escuchar cómo veníamos tratando la música. Tuvimos que correr antes de caminar y preparar material que no teníamos previsto. Esa primera semana con él fue intensa pero muy productiva. Bono es un tipazo, con gran sentido del humor, amable y siempre con una anécdota interesante que contar. Sabía exactamente lo que quería en cada minuto de la película, pero al mismo tiempo estaba abierto a colaborar e integrar ideas del equipo".
La producción, que terminó estrenándose en Apple TV+ y también como experiencia inmersiva para el Apple Vision Pro, le permitió experimentar con una narrativa sonora íntima y épica al mismo tiempo "Desde el primer día Bono nos pidió crear tres espacios sonoros: a veces le habla al público en el teatro, otras al espectador en casa y en otros momentos se vuelve introspectivo, hablándole a su padre o a sí mismo".
Ojeda también ha trabajado con artistas como Pink, Olivia Rodrigo, Billie Eilish y Lenny Kravitz. Sin embargo, hay un sueño cumplido que lo marcó: un documental sobre Paul McCartney. "He tenido la suerte de trabajar con tres directores ganadores del Óscar y con músicos talentosísimos, pero siempre quise hacer algo relacionado con The Beatles. A finales del año pasado tuve la fortuna de trabajar con el director Morgan Neville en un documental sobre Paul McCartney y sus años al frente de Wings, en el mismísimo Abbey Road Studios de Londres. Fue un sueño hecho realidad porque, además de ser fan, mis primeros intentos de tocar batería fueron con un álbum de éxitos de Wings. Se podría decir que fui fan de Wings antes que de The Beatles, así que ya puedo morir en paz".
En su vitrina brillan reconocimientos como el MPSE Golden Reel Award por "Echo in the Canyon" y el Canadian Screen Award por "Once Were Brothers: Robbie Robertson & The Band." Pero lo que más valora Sal no son los premios, sino el equipo humano detrás de cada proyecto. "Lo primero es la gente. Pasamos muchas horas encerrados en estudios y prefiero hacerlo con equipos y clientes divertidos, amables y colaborativos, con quienes al final del proyecto puedas decir que son tus amigos.
También busco proyectos honestos y creativos, que tengan algo que decir y no estén dictados únicamente por el presupuesto o por la búsqueda de popularidad". A pesar del trabajo con Paul McCartney, aún quedan colaboraciones pendientes para Sal Ojeda, quien anhela trabajar con músicos como John Mayer o Bruno Mars, y con directores como Guillermo del Toro, Paul Thomas Anderson, Tim Burton o Wes Anderson.
Su agenda inmediata incluye el estreno de "Man on the Run," el documental sobre Paul McCartney and "Wings" que verá la luz en el Telluride Film Festival antes de llegar al streaming en 2026, así como "Mistura", película del peruano Ricardo de Montreuil protagonizada por Bárbara Mori y Christian Meier.
Más allá de los títulos, Ojeda mantiene claro su norte: mantener un balance entre proyectos musicales, cine de estudio y cine independiente. "Es el punto medio entre mis dos pasiones", confiesa.