
En la industria musical, los reflectores suelen apuntar a los artistas sobre el escenario, pero detrás de cada gran disco hay talentos técnicos que hacen que todo suene como debe sonar. Uno de esos nombres es el de Ryan Yang, ingeniero de sonido nacido en Taiwán y actualmente radicado en Nashville, que este año logró dos nominaciones al Grammy por Mejor Álbum de Gospel gracias a su trabajo en Covered Vol. 1 de Melvin Crispell III y Choirmaster II de Ricky Dillard.
Desde Nashville, su base desde 2024, Yang conversó con Billboard Argentina sobre sus inicios, sus influencias y los desafíos técnicos de una industria tan exigente como fascinante.
“La primera vez que usé un micrófono fue en una competencia de a cappella en la secundaria”, recuerda. “Mi profesor ajustó algunos perillas y de repente mi voz sonaba increíble. Ahí supe que quería dedicarme a esto”.
Fue durante su segundo año en la Tainan National University of the Arts, en Taiwán, cuando su amigo Zion le mostró un álbum del artista de gospel Jason Nelson. “Me enamoré de inmediato del género y de todo el disco”, cuenta Ryan. “A partir de ahí empecé a escuchar muchísima música gospel”.

Más adelante, profundizó su formación académica con una maestría en Music Technology en la Universidad de Nueva York (NYU), una de las instituciones más prestigiosas del mundo.
Su salto profesional vino con un internship en Nashville en 2023 con el ingeniero de grabación Danny Duncan. Luego conoció al productor Dana Sorey en una grabación en vivo en Durham, Carolina del Norte.
La vida a veces da vueltas inesperadas: Ryan, que había descubierto el gospel gracias a un álbum de Jason Nelson cuando estudiaba en Taiwán, terminó grabando con él años más tarde. “Ese verano grabamos el nuevo disco de Jason Nelson. Esa experiencia me abrió la puerta al circuito del gospel. Aprendí de los mejores”.
Este 2025, su trabajo como ingeniero de grabación en Covered Vol. 1 y Choirmaster II le valió una doble nominación al Grammy. “No me lo esperaba. Participar en dos álbumes nominados en el mismo año… si existe una palabra más grande que ‘increíble’, la usaría”.
Sobre los retos técnicos de trabajar con artistas como Oh Curt Curt, Deon Kipping, and Eric Roberson, Ryan es preciso: “Hay veces en que recibimos muchísimas capas de instrumentos y voces. El reto es lograr claridad sin perder emoción. También hay que estar listos para capturar la energía de un ensayo como si fuera un show en vivo”.
Pero Ryan no se limita al estudio. Como playback engineer ha trabajado con Adam Blackstone. “Normalmente, el archivo de un espectáculo en vivo puede modificarse en cualquier momento, algo muy distinto a una grabación de estudio. Tenés que pensar como ingeniero de mezcla y grabación al mismo tiempo. En vivo, todo puede cambiar en el último segundo. Hay que ser rápido, flexible y creativo”.
Finalmente, para quienes sueñan con estar donde él está hoy, deja un consejo: “Estudien, practiquen y aprendan de los mejores. Pero lo más importante es estar listo. Porque cuando llega la oportunidad, no podés dudar”. Ryan Yang se ha convertido en una de las voces invisibles más influyentes del sonido gospel actual.