
Sabía que lo tenía todo, lo escribió en su carta de despedida antes de quitarse la vida. Reconocía haber perdido la pasión. Sufría dolores crónicos de estómago, era adicto a la heroína y, por sobre todas las cosas, no era feliz.
A tres décadas de su muerte, son pocos los músicos que representan una época con tanta claridad y de manera tan icónica como Kurt Cobain. Su figura se convirtió en leyenda, su música en influencia.
Cuando Kurt Cobain editó “Nevermind” a sus 24 años junto a sus compañeros de Nirvana, Krist Novoselic y Dave Grohl, nadie hubiera imaginado la explosión que le seguiría: el álbum no solo fue un éxito masivo, sino que se convirtió en un signo de los tiempos que corrían. Todo el vendaval posterior le significó a Cobain la entrada a una agitada realidad que desembocó en depresiones varias y su repentina y trágica muerte el 5 de abril de 1994, con solo 27 años. La eternidad en el selecto panteón de estrellas inmortales del rock lo recibió de inmediato.
Oriundo de la ciudad de Aberdeen, en Washington, Cobain vivió una infancia difícil signada por el divorcio de sus padres. Si bien Kurt empezó a mostrar interés por la música a sus cuatro años, fue cuando cumplió 14 que su tío le regaló una guitarra eléctrica. Cuatro años después dio sus primeros pasos con su grupo Fecal Matter, hasta debutar bajo el nombre Nirvana en 1988.
La banda se estableció en la emergente escena de la música grunge, un subgénero del rock alternativo que tenía a la ciudad de Seattle como su epicentro. El sello independiente Sub-Pop editó su álbum debut “Bleach” en 1989, que tuvo buena respuesta de público y atrajo la atención de Geffen Records, un sello que en esa época tenía un agudo olfato para el éxito de ventas y que decidió fichar al grupo.
Antes de empezar a grabar su segundo álbum, “Nevermind”, y luego de un elenco inestable de bateristas, Cobain y Novoselic decidieron sumar a Dave Grohl para ocupar el lugar tras los parches, y así nacía la formación definitiva que a fines de 1991 logró una sorpresiva fama mundial.
El mismo Kurt explicó en aquel momento a la revista Sounds el cambio del sonido punk de “Bleach” al más accesible de “Nevermind”: “Las primeras canciones tenían más bronca… Pero con el tiempo, las canciones se están volviendo más y más pop porque cada día estoy más contento. Ahora tratan sobre conflictos en las relaciones, cosas emocionales con otros seres humanos”.
El éxito de ‘Smells Like Teen Spirit’, el primer single del álbum, sacudió la presencia inicial de “Nevermind”, que había debutado tímidamente en el puesto 144 del Hot 100, vendiendo 6.000 ejemplares, y terminó 1991 en lo alto, con 374.000 ejemplares vendidos solo en la última semana. El grupo estaba por aquel entonces de gira por Europa, donde se llenaban todos los lugares donde tocaban. El single se transformó en el himno de la llamada “Generación X”, formada por personas nacidas entre 1965 y 1980, y caracterizada por su descreimiento hacia las instituciones y su desilusión con las estructuras sociales y económicas.
“Cuando estás constantemente bajo la mirada pública no te queda otra que ser violado una y otra vez. Te sacan hasta la última gota de sangre hasta que quedás exhausto. Espero al futuro con ansiedad. En un año seguro todos seguramente se olviden de esto”, le decía Kurt, algo ingenuo, al fanzine LA Flipside en aquel momento. Muy a su pesar, la atracción por el grupo no disminuyó, y los singles “Come As You Are”, “In Bloom” y “Lithium” mantuvieron el impulso inicial de Nevermind, que vendía aproximadamente 300.000 unidades por semana y se mantuvo en el Billboard 200 por casi dos años.
La figura de Cobain no solo se valió del éxito musical, sino que además desafiaba constantemente las convenciones de la industria de la música y a toda la cultura popular en general. El rechazo de Kurt por su tan preciada fama y la atención mediática que recibía lo convirtió en un símbolo de auténtica rebelión. Las historias que lo involucraban con adicciones a las drogas y su mediática relación con su futura esposa Courtney Love solo amplificaron el interés mediático por su persona.
Si bien el período de actividad de Nirvana fue relativamente corto, el legado de Kurt Cobain sigue con una vigencia latente, aún en un mundo tan diferente como el actual. Aquella fabulosa interpretación en el Unplugged para MTV, tan solo cinco meses previa a su fallecimiento, aún sigue generando conmoción y suele ser votada como la mejor del famoso ciclo de conciertos acústicos. A 30 años de su partida, el impacto de su obra y su influencia en la historia de la música aún marca a Kurt Cobain como un emblema indiscutido de la música del siglo veinte.