
Outro (Juan Barallobres) y Juli Tachella acaban de presentarse en el festival MUTEK de Montreal. Estrenaron allí un set en vivo que elaboraron en las Artlab Residencias Artísticas x Amplify D.A.I, un programa de MUTEK, British Council y Fundación Williams. El próximo fin de semana el productor argentino se unirá con la artista Juli Tachella para presentar un show audiovisual que se verá por primera vez mañana 30 de septiembre en MUTEK.AR. Las entradas para la Nocturne 2 se encuentran disponibles en Passline.
«Cuando me enteré de que Juli era la artista elegida salté. Era la mejor elección que podía haber. Me encanta su lenguaje, su estética y su decir. Es una artista que maneja un nivel de profundidad muy grande en su obra», expresó Outro.
Además, el segundo EP de Outro de la obra Intemperie (Episodio II), acaba de ver la luz y ya se puede disfrutar en plataformas digitales.
¿Cómo fue la experiencia de trabajar en las Artlab Residencias Artísticas x Amplify D.A.I y crear un set en vivo?
(Juli) La experiencia fue muy interesante desde lo creativo, y desde lo personal. En lo cultural siempre enriquece cruzar mundos y lenguajes sobre todo en las instancias de trabajo colaborativo donde se potencian, crecen, y se transforman aspectos de una búsqueda poética para entrar en diálogo con universos nuevos. Componer para un set en vivo involucra no solo el trabajo de composición visual, sino también la relación con el tiempo, el espacio, y los aspectos técnicos donde el ideal se pone en tensión con lo posible. El vivo también te da la posibilidad de trabajar un montaje abierto, poder reaccionar a lo que está pasando, y eso hace que sea una obra nueva cada vez que se presenta. Desarrollar este proyecto en el marco de estas residencias fue potenciador en muchos sentidos, creo que tanto Amplify como Artlab funcionan entre otras cosas como plataformas de cruce donde se abren mundos y se aprende en el intercambio con otras artistas, mientras se indaga en las condiciones de producción y circulación de los proyectos. Aprendo mucho de mis compañeras y la pulsión de trabajo que se trenza fortaleciendo redes.
(Outro) Fue una experiencia muy potente que estaba deseando hacía mucho tiempo. Es muy claro cómo se potencia una obra en el encuentro con otros creadores. Desde el primer momento encontrarse en un espacio de trabajo para explicar a un otra de qué se trata tu obra, hacia dónde crees que ve y de dónde crees que viene profundiza muchísimo la creación. El rebote y consecuencia que genera otro artista y la obra que surge es siempre inesperada, renueva lenguajes, repercute de formas nuevas. Se confirman ideas, se potencian conceptos y aparecen nuevas concepciones de lo que hacemos. A la hora de salir al escenario, todo ese trabajo previo funciona como soporte. Te da peso escénico, te hace creer de otra manera en la obra y presentarla con otra seguridad y convicción. Ya se encontró con un otro antes del público, ya se reinterpretó y modeló muchas veces. Eso da como resultado un set en vivo enraizado y profundo.
¿Cuáles fueron las inspiraciones y desafíos más destacados durante el proceso de creación?
(Juli) Creo que la relación con la música y el mundo sonoro tiene tanto de inspirador como desafiante. La traducción de frecuencias sonoras en impulsos visuales abre un campo de exploración que es infinito. Sigo aprendiendo. Creo que el desafío mayor cuando se trabaja en entornos digitales es tensar la relación con la tecnología de manera que ésta no imprima o empuje a una propuesta estética determinada que está implícita o sugerida en ciertos recursos para encontrar algo más singular. Es decir, indagar más allá de lo que la técnica propone, buscar algo distinto donde las imágenes hablen de otra manera y no se vean arrastradas a sus propios lugares comunes. Ese desafío es al mismo tiempo inspirador, porque se van encontrando cosas en el proceso, y finalmente es más interesante el trayecto que la idea de obra terminada, cerrada sobre sí misma. En ese sentido pensando en el proceso, la relación creativa con Outro y Venganzaunder fue también una inspiración grande, la forma sensible y generosa en la que me hicieron parte y abrieron el espacio para que apareciera algo nuevo del encuentro y aprender de la forma en la que ambos se relacionan con el registro, la música y la producción inspira en lo creativo y en lo humano.
(Outro) Intemperie surge de dos universos de inspiraciones muy grandes. Por un lado, Intemperie surge de la curiosidad sobre los entornos naturales, los ciclos de la naturaleza, sus “lógicas” y la tensión entre las mismas y lo humano. Surge como un intento de crear una obra en diálogo con “el afuera”, con el verdadero OTRX, el no humano. Un intento de componer con un bioma, con un clima, con un entramado natural. Por otro lado, surge de la pregunta sobre EL SONIDO como alimento, como nutrición, el sonido como “una red que vincula todo lo que existe”. Claramente componer con la naturaleza es desafiante. Los entornos son impredecibles, ingobernables y muy difíciles de entender. Finalmente, esta termina siendo la mejor parte, pero a veces suele ser frustrante intentar entrar en diálogo y que no suceda lo que uno espera. Por otro lado, es un disco mayormente compuesto con instrumentos electrónicos, llevarlos a entornos naturales fue un desafío muy divertido. Implicó cargar sintetizadores en mochilas para subir cerros, llevar baterías a cuestas en el medio del desierto, montar un estudio dentro de una carpa en una de las selvas más húmedas del continente, hacer volar un dron por la cumbre de un volcán, viajar con todo el equipamiento por rutas difíciles, lidiar con el barro, la nieve, el agua. Todo esto desafió y nutrió la obra muchísimo y sigue haciéndolo cada vez que subo a un escenario.
Tocar en la casa central de MUTEK en Montreal es un logro significativo. ¿Cómo se sintieron al actuar en un escenario tan importante en el mundo de las artes digitales?
(Outro) Fué cumplir un sueño de mucho tiempo. Tenía muchas expectativas, pero el festival superó todas. Cada detalle y cada integrante del equipo es simplemente perfecto. Hacen que la experiencia sea la mejor y que enriquezca fuertemente el camino de cada quién que participe. La programación es excelente, muy profunda y muy amplia. Ser parte de esa selección fué una emoción muy grande. Me encontré con un público muy receptivo y abierto. Eso me permitió hacer un concierto que transitó por estados muy diversos desde la experimentación y las sensaciones más introspectivas hasta los movimientos más rítmicos y de pista. Intemperie es un proyecto muy territorial, está basado en la Patagonia a nivel sonoro, visual y conceptual. Esto hizo que la presentación tuviera una emoción extra. Era como llevar algo de mi casa a un lugar muy lejano. Cómo mostrar algo de lo mejor que tenemos para experimentar de un espacio que considero “sagrado”. La montaña estaba sonando en la ciudad y Sudamérica estaba hablando en Canadá. Entre las pantallas de Juli y Venganzaunder mostrando un glaciar derritiéndose hasta la voz sampleada de Patsy Milena en su casa al lado del fuego diciendo “Estamos es un espacio natural que está vivo y que se transforma” se generó un intento de manifiesto experimental patagónico. En ese sentido se afianzó un aspecto de mi composición que ahora considero fundamental, el utilizar una herramienta estética para “decir” desde un territorio. La repercusión que tuvo en el público fue muy grande. Me sorprendió mucho. Mucha gente de distintas partes se acercó a hablar de lo que habían visto y escuchado, otros artistas y productores también se sintieron tocados por lo que hicimos. Abrir esa ventana y entender que estamos a un nivel de profundidad que puede apreciarse en cualquier escenario del mundo fue fuerte. El bosque se visita y el bosque se lleva y así seguimos.
¿Qué tipo de conexión sienten con el público en eventos como MUTEK y cómo influye en su actuación en vivo?
(Outro) El público llega a Mutek siempre con una predisposición muy grande. Es un festival que en su programación contempla un abanico muy amplio de expresiones. Te podés encontrar un set en vivo super experimental, ambience o noise y el siguiente artista es una Dj Hard Techno. Eso es muy valioso, muy nutritivo. Para mí es el ADN de Mutek y es lo que lo distingue de otros festivales. Todo esto te permite “no guardarte nada” mostrar todo lo que queres mostrar sin ese miedo a “quedar demasiado freak” o “quedar pasado”. Para quienes muchas veces nos sentimos un poco “en el medio” (ni tan
experimentales y ni tan metidos en la pista) es ideal. Podes navegar, subir, bajar, improvisar, proponer y siempre hay un paracaídas en el público. Un montón de gente con los ojos cerrados en el piso o un montón de gente bailando de un segundo al otro. En Montreal y en Buenos Aires (2022) la gente recibió muy bien lo que hicimos y apenas bajé del escenario tuve abrazos y devoluciones super sentidas de gente que no conocía para nada. Eso es lo mejor que puede pasarte después de un concierto.
(Juli) En mi caso es la primera vez que participo del MUTEK. Siendo honesta, diría que la escala del festival me produce cierto nerviosismo. Al mismo tiempo me produce mucha curiosidad ver cómo vaya a recibirse la propuesta, imaginar cómo lo recibirá el público me llena de preguntas, pero creo que lo entiendo con la humildad de saber que es un contexto de intercambio donde vamos a ofrecer una experiencia y la única ambición es que eso de alguna manera atraviese en algún lugar, aunque sea chiquito a quien mira y escucha.
¿Cómo surgió la colaboración con Artlab y qué significa para vos ser considerado un «artista de la casa»?
(Outro) Bueno, es otro de los sueños cumplidos de toda esta película. Como siempre cuento yo miraba Artlab por la ventana deseando estar adentro, viendo un puñado de mis artistas preferidxs pasar por ahí y deseando ser uno. Un día estaba tomando un café esperando que se descongele la ruta para volver de Bariloche a Lago Puelo y me llama por teléfono Marianela Baladan (ex curadora de Artlab) diciendome que me venía siguiendo y que le gustaba mucho lo que hacía y que quería que sea parte de ciclo Dialog. Realmente tardé bastante en entender lo que estaba pasando jajaj. Fue un shock y una emoción enorme. A la semana siguiente viajé a buenos aires y toqué en Artlab. En cuanto terminé se me acercó Gonza Solimano (director de Artlab) me dio un abrazo fuerte, me dijo “me encanta lo que haces, quiero que hagamos muchas cosas juntos”. Fue así, de repente. Y, sinceramente, mi vida dio un vuelco desde ese día. En menos de un año: toqué en la apertura de Mutek 2022, Ciudad Emergente, hice la residencia, grabé un disco nuevo, empecé con mi nuevo pseudónimo (Outro), Viajé a Mutek Montreal y ni me imagino todo lo que puede venir el año que viene. Se siente muy bien, se potencia lo que hacemos. Conocí muchísima gente nueva, amigues, artistas inspiradores y la confianza y potencia en lo que hago creció mucho. Estoy muy agradecido a todo el equipo de ArtLab y es muy gratificante ser parte.
Intemperie es un proyecto intrigante con una edición en tres etapas. ¿Podés compartir más detalles sobre la historia detrás de este proyecto y su evolución?
Intemperie es una obra en tres etapas: Una película, un bum y un set audiovisual en vivo. Surge como un viaje. Con Venganzaunder (artista visual, amigo) soñamos componer una obra viajando y componiendo en diálogo con lo que a ruta nos presentará. Los dos vivimos (hace dos años) en Lago Puelo (Comarca Andina) y diseñamos una ruta que nos permita recorrer otros espacios de la Patagonia. Eso nos llevó a manejar más de 6000 km por Chile y Argentina, por tierra y mar. Nos tomó casi tres meses. Fuimos en un auto, con mis instrumentos, cámara, dron, micrófonos, algunas luces, carpas y no mucho más. Desde la Araucanía (centro de Chile) hasta el sur de la Carretera Austral, pasando por varias de las Islas de Chiloe, Santa Cruz, la Selva Valdiviana, la Estepa, los glaciares, fiordos, volcanes. Todos Paisajes uno más surrealista que el otro. Fuimos imaginando una forma de componer en cada espacio que nos llamó la atención. Inicialmente hacíamos la recolección. Capturando sonidos, ruidos e imágenes de todo lo que nos captaba el interés. Conocimos mucha gente habitando espacios naturales, compartimos con ellos y los entrevistamos. Compusimos música en la naturaleza, en las casas, en las carpas. Imaginábamos escenas y salíamos a hacerlas. A veces surgía desde lo visual, a veces desde lo sonoro. Montamos sintetizadores en el medio de la nada y grabamos improvisaciones, recolectamos las sonoridades de casas de familias que vivían en el medio de la montaña y les regalábamos conciertos sólo para ellos con los ruiditos de sus espacios, piano, armonio y sintetizadores. Todo eso lo grabamos, y lo filmamos e hicimos la primera de esas tres partes que componen «Intemperie”: La película. Completamente compuesta y post producida durante el viaje. Aún no está estrenada, pero si alguien se acerca curiosamente quizás podemos compartir un poco. En medio del viaje en uno de esos eventos bien misteriosos del destino estábamos con Venganzaunder sentados en el capó del auto mirando a algún lado, casualmente con señal en los celulares, y recibimos la noticia de que ArtLab me había seleccionado para hacer una residencia. Fue una locura de alegría, tenía que hacer un disco. Empezó a crecer una idea que nos sigue habitando y cada vez más fuerte. Hacer una obra vinculada a la naturaleza no es solo “grabar pájaros o filmar el bosque”. Es más bien intentar “moverse como lo hacen los eventos naturales” apelar a la sincronía y a la mutación como forma de crecimiento. A la vuelta del viaje decidí desarmar todo el material sonoro de la película, todo lo recolectado y todo lo compuesto, lo destruí y lo volví a armar. Desde nuevas combinaciones y formas surgió un álbum que está fuertemente vinculado a la película pero que no es su “soundtrack” es más bien otro nivel dentro de una obra vinculada. Lo produjimos con Ernesto Romeo y Billy Shears en la Siesta del Fauno. Otro sueño cumplido, otro Volcán visitado pero esta vez en Constitución, el corazón de la urbe conflictiva, Buenos Aires. Esto terminó de sellar un aspecto fundamental de la obra. La tensión entre la ciudad y la naturaleza, dos energías que nos habitan con casi igual potencia a cada uno de los participantes de Intemperie. En un siguiente pase mágico del destino, estaba una mañana preparando un mate en la Siesta con Billy y recibo la noticia de que ArtLab y Amplify eligieron a Juli Manarino como artista visual de Intemperie. Inmejorable, empezaba el tercer acto, el Set en Vivo. Otra vez a desarmar la obra para volver a componer, ahora también en sentido visual.
En tu colaboración con Juli Tachella para el diseño de un show audiovisual, ¿qué aspectos creativos les inspiraron y qué pueden esperar los espectadores?
(Outro) Cuando me enteré de que Juli era la artista elegida salté. Era la mejor elección que podía haber. Me encanta su lenguaje, su estética y su decir. Es una artista que maneja un nivel de profundidad muy grande en su obra. Hay un condimento que sigue abonando a lo sincrónico y natural de esta obra: A pesar de que no participé para nada de la selección y por una “casualidad” asombrosa del destino, Juli es mi amiga hace mucho tiempo y nos queremos muchísimo. Por eso no podía creer cuando escuché su nombre. De un open call nacional donde se inscribieron muchísimas artistas justo fueron a elegir a
mi amiga!!! más suerte no se puede tener. Hacía muchos años que queríamos hacer algo juntes y no lo concretábamos. Tenemos un lenguaje muy común. Ambos hablamos de territorio, de espacios, creamos a partir del sampleo, la recolección. Juli hizo un trabajo maravilloso a partir del material visual que recolectó Venganzaunder durante nuestro viaje en la Patagonia. En Mutek Montreal el público se sintió inmerso en un paisaje Patagónico reinterpretado, reconfigurado. Esta performance es una invitación al misterio, a la contemplación, a la intriga, al movimiento; a todo ese universo infinito de sensaciones que genera el afuera, la naturaleza impredecible, lo inabarcable.
(Juli) Un primer acercamiento creativo fue tratar de traducir los procesos de síntesis sonora en procesos de síntesis de imagen. Suena a tecnicismo duro, pero en realidad fue un primer puntapié para desarrollar un lugar de encuentro y de juego. Entonces pensamos qué técnicas de manipulación de imagen hacían procesos parecidos en lo visual y en lo sonoro. A partir de ahí se fue configurando una cajita de herramientas que hicieron aparecer una estética y una cadencia de movimiento que se empezó a cruzar con una idea poética que era la de desarmar el paisaje y la relación que tenemos con él. En lo visual me interesaba desarmar la jerarquía de un paisaje preciosista, comprensible, compuesto y observado como desde afuera, para convertirlo en textura, en abstracción, en elementos sueltos que te inviten a entrar en
la materia y a perder el punto de referencia. Sugerir de alguna manera que la separación entre adentro y afuera es ilusoria. También hay otro aspecto creativo que es la contraposición entre continuidad y discontinuidad. Como en el vivo y en el disco Outro desarma un poco los sonidos y las estructuras compositivas que había desarrollado para el documental, me propuse hacer lo mismo para invitar a un viaje que no fuera fluido, lineal y continuo si no que estuviera quebrado, intervenido, donde hubiera saltos y superposiciones temporales.
El segundo EP de la obra Intemperie, «Episodio II», se publicará próximamente. ¿Qué podemos anticipar de esta nueva entrega y cómo se relaciona con el proyecto en su conjunto?
Más allá de las tres dimensiones de la obra, el disco también está dividido en tres episodios. Cada uno está vinculado a distintos espacios y personas que conocimos durante el viaje. A su vez cada experiencia que vivimos nos repercutió en distintas hendijas de nuestra sensibilidad y nuestra historia. En el caso del Episodio II (el episodio central, no por importancia sino por ubicación) cala exactamente en un eje clave de nuestro motor hacia la realización de la obra “la tensión en entre la vida urbana y la vida en la
naturaleza”. Este EP está compuesto por tres obras (Llaima, Puelo, Constitución). Llaima fue el primer volcán que conocimos en Chile. Está activo y en su última gran erupción arrasó con gran parte de Melipeuco, el pueblo que está a sus pies. Todavía se puede ver el río de lava seca (sample que inicia la música) como un recordatorio de que todo lo que no esté dispuesto a mutar no va a sobrevivir a la lógica de lo natural, de lo misterioso del movimiento. Puelo es el pueblo en el que vivo. El lugar que me enseñó que puede vivir en la montaña. Tener una vida vinculada al clima, a las estaciones, al silencio, al descanso y a la vez hacer música, gestionar cultura, producir discos. El lugar y la gente que me abrió la puerta a una vida con la que sueño desde los 17 años y recién después de visitar este lugar me animé a emprender. En este episodio habla Mirta. Abanderada de la vida en la naturaleza. Vive en la tierra que su familia habita hace innumerables generaciones en la diminuta Isla de Lemuy, en el Pacífico, Chile. Trabaja la tierra y el mar todos los días. Nos recibió una semana en su casa y nos contó muchas cosas de su vida mientras
la ayudábamos con las cosas del terreno. En la película está la entrevista completa, pero entre la música de este episodio la van a poder escuchar decir “no quiero nunca nada con la ciudad porque no me hayo…”. Constitución es una deconstrucción sonora de su voz, lo que la ciudad dejó en su política de “tierra arrasada”. La voluntad natural arrasada por un subte sin estaciones. Gracias al trabajo con un maestro amigo que me regaló este proyecto (Ernesto Romeo) pudimos componer esa pieza procesando su voz con un sistema modular Buchla y tocando con un maravilloso Prophet t8.