
Durante mucho tiempo, el management musical fue un territorio casi exclusivo de hombres. En un ámbito en el que las decisiones se toman en reuniones donde los códigos de camaradería se construyen en un lenguaje casi críptico. Y las mujeres parecían estar destinadas a ocupar roles secundarios. Solo unas pocas lograron entrar en ese círculo viscoso, impulsadas por la tenacidad de quienes entienden que cada pequeño avance es, en realidad, una batalla ganada. En Argentina, Carmen Castro, mejor conocida como la Negra Poli, fue pionera al tomar las riendas de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, abriendo una grieta en el muro de la hegemonía patriarcal. A nivel global, Niamh Byrne, desde Inglaterra y años más tarde, demostraría que la gestión artística no entiende de géneros, liderando a Blur y Gorillaz. Sin embargo, estos nombres siguen siendo excepciones.
En un terreno donde el poder aún se debate entre viejas estructuras y nuevas visiones, aparece la imagen de Agustina Ruiz Teira, conocida como Gutty, quien encarna una nueva generación de mujeres managers. Su inicio en el mundo de la música fue casi accidental, cuando en 2009 comenzó a trabajar en una agencia de prensa sin experiencia previa. Aprendió desde cero y, sobre todo, lo hizo con curiosidad y atrevimiento, dos cualidades que aún hoy la acompañan. Así comenzó un trayecto que la llevaría a ocupar puestos clave en agencias nacionales, hasta decidir abrirse camino como independiente.
Ese gesto fue un salto al vacío, y no solo por el miedo económico que supone dejar atrás la estabilidad de un salario fijo. Para ella, el verdadero desafío fue demostrar que podía gestionar el destino de artistas con la misma firmeza y profesionalismo que cualquiera de sus colegas hombres. "Recuerdo una vez que alguien me preguntó: '¿Estás segura de que vas a poder manejar a esa banda de chicos?', lo cual me pareció absurdo", relata con una mezcla de ironía. Hoy, esa pregunta parece casi un chiste frente a su realidad: trabaja codo a codo con algunos de los artistas más pujantes de la escena actual, como Bandalos Chinos y Barbi Recanati. En el pasado, lideró estrategias de prensa para artistas de alrededor del mundo.
¿Creés que existen diferencias en cómo se espera que se muestren o construyan las imágenes de mujeres frente a hombres en la industria musical?
Definitivamente. Actualmente trabajo con dos proyectos muy diferentes. Por un lado, Bandalos Chinos, un grupo compuesto mayormente por hombres, y aunque poco a poco se están sumando más mujeres al equipo, la mayoría sigue siendo masculina, tanto en lo técnico como en la banda. Por otro lado, con Barbi, una artista solista y mujer, el equipo está formado mayoritariamente por mujeres, tanto en lo técnico como en lo musical, lo que genera una dinámica de trabajo distinta.
En el caso de Barbi y, en general, con las mujeres en el escenario, siempre parece que deben bailar, vestirse de cierta manera: si están "muy sexys" las critican, pero si llevan ropa más tapada también comentan. En cambio, a un cantante hombre nadie le dice nada si usa siempre el mismo par de zapatillas. Hay una expectativa mucho mayor hacia ellas.
Entonces, ¿considerás que el feminismo en la industria sigue siendo una lucha activa?
100%. Pero no solo en la industria musical. Creo que es una lucha vigente en todas las industrias y en el mundo en general. Sin embargo, noto que cada vez hay más mujeres ocupando espacios de poder. En mi caso, tengo muchas colegas que antes no tenía, especialmente en el ámbito de la prensa, donde hay más mujeres que hombres. Pero en cuanto a los roles de managers, si bien hay cada vez más mujeres asumiendo ese poder, sigue siendo un ámbito mayormente masculino.
Y en las discográficas, los hombres siguen ocupando los puestos clave y los espacios de toma de decisiones. Conozco muy pocas mujeres que lideren áreas estratégicas, como negocios internacionales. A nivel internacional, la situación es aún más compleja; en Argentina estamos bastante avanzados en comparación con otros países.
¿Cómo definirías tu relación con otras managers? ¿Sentís que predomina la competencia entre ustedes?
No, al menos yo no lo percibo así. Al contrario, cada vez veo más unión entre nosotras. Por ejemplo, el año pasado Spotify organizó un encuentro de mujeres de la industria, donde participaron alrededor de 50 o incluso 100 profesionales de distintos ámbitos: editoriales, discográficas, managers y músicas.
De ese encuentro surgió un grupo de WhatsApp que sigue creciendo. Hace dos semanas organizamos una reunión y asistieron unas 50 mujeres, y hoy ya somos más de 200 en el grupo. Siento que se está consolidando una verdadera red de apoyo. Muchas colegas se convirtieron en amigas gracias a este espacio.
Desde mi experiencia, no hay competencia, sino todo lo contrario. Nos ayudamos mutuamente, compartimos contactos y favores para crecer juntas.
¿Alguna vez sentiste que tu profesionalismo fue cuestionado por ser mujer?
Todo el tiempo, y por parte de hombres. Recuerdo una vez que alguien me preguntó: "¿Estás segura de que vas a poder manejar a esa banda de chicos?", lo cual me pareció absurdo. También me ha pasado que un dueño de un boliche me tiró en la cara la plata del cachet que habíamos cerrado y me dijo: "No te gastes en contarla, ya la conté yo". Viajo mucho y suelo estar muy cerca del productor técnico de la banda. Sin embargo, casi siempre hablan primero con él, aunque yo sea la responsable. Es frustrante. Nunca viví una situación así con una mujer.
Pasa hasta en las situaciones más cotidianas, tanto en reuniones laborales como en restaurantes. Muchas veces asumen que el hombre en la mesa es quien toma las decisiones y se dirigen a él para entregar el menú, la cuenta o cualquier consulta.
Es algo muy arraigado, pero trato de no darle demasiada importancia. Trabajar con mujeres suele ser más sencillo, incluso a la hora de negociar. En cambio, con algunos hombres parece que siempre están buscando sacar alguna ventaja. De todos modos, he trabajado con muchos hombres que jamás me cerraron las puertas y siempre me dieron libertad para proponer ideas. Managers y artistas hombres con los que trabajé me respetaron mucho. El ambiente es mixto: hay momentos hostiles y otros más amigables, sobre todo en contextos nuevos.
¿Existe una falta de comprensión sobre lo que realmente significa el feminismo?
Sí, totalmente. Muchas veces se lo explico a los hombres. No es solo algo personal, pero hablo bastante con ellos porque muchas veces no entienden lo que es ser mujer, ya que no lo viven ni lo experimentan. Creo que eso pasa en todos lados: para ellos todo parece más fácil.
Es muy difícil comprenderlo si no se vive en carne propia.
Es como intentar explicar el dolor de parir. Si no lo viviste, es complicado comprenderlo plenamente.
¿Qué cambios esperás ver en relación con el papel de la mujer en la industria musical?
Me gustaría que haya cada vez más mujeres en puestos de decisión y que se siga abriendo camino para ellas en la industria. Que crezca la cantidad de artistas femeninas sería un ideal. Creo que es importante que se respete la ley de cupos hasta que llegue el momento en que ya no sea necesaria. Entiendo que la idea de "tener que poner mujeres por ley" puede parecer injusta, pero fue un paso necesario para corregir desigualdades históricas. Ojalá llegue un día en que todo sea realmente por igualdad de condiciones, donde las oportunidades se den por talento y no sólo por género, porque hay muchísimo talento femenino. Cuando los espacios de poder están mayormente ocupados por hombres, todo tiende a ser muy masculino.