
El 30 de octubre de 1983 Raúl Alfonsín resultó electo presidente, tras siete años y siete meses de Dictadura militar. Trece días antes, un 17 de octubre, se editaba el primer disco de Los Twist, La dicha en movimiento.
La banda se había formado el 30 de abril de 1982. Pipo Cipolatti lo tiene claro porque recuerda que ese día en que se reunió con Daniel Melingo -cuando decidieron unir fuerzas cada uno con sus canciones- él vio en el piso un diario que contaba que era el cumpleaños de Martin Karadagian.
La conjunción fue explosiva y ya los primeros comentarios de sus shows en vivo daban cuenta de su fórmula infalible y necesaria. Sobre los iniciáticos conciertos las reseñas en los medios reflejaban el espíritu de la época. “La cuestión es divertirse y olvidarse de las pálidas”. “Los Twist tienen la propuesta rotunda e hilarante para sacudir la tristeza y poner un poco de sana alegría en la gente”, podía leerse.
La irrupción de Los Twist se dio en un contexto de renovación de la escena musical local. Virus, Los Abuelos de la nada, Los Redondos, Los encargados, Los enanitos verdes, Soda Stereo, Sumo, se diferenciaban con sus propuestas de casi una década dominada por el miedo y la represión.
Poco más de un año después de recorrer escenarios del under porteño llegaría el primer disco de Los Twist, banda que además de Cipolatti (guitarra y voz) y Melingo (clarinete, guitarra rítmica y voz) integraban Fabiana Cantilo (voz), Gonzalo Palacios (saxo y coros), Polo Corbella (batería) y Eduardo Cano (bajo). La Dicha se convirtió en un signo de los tiempos. Sus letras irónicas, bailables y sumamente alegres hablaban del cambio de época.
La idea del disco se gestó una noche en el Café Einstein, un bar de Córdoba y Pueyrredón, regentado por Omar Chabán. Allí tocaban Los Twist cuando los escuchó Charly García quién, de inmediato, pensó en producirlos y grabarlos. De esa noche había quedado registrada, además de las canciones, una pelea. Cuando luego del concierto escucharon la cinta, Charly les dijo: “Esto hay que grabarlo”. Y así fue.
Fue en julio de 1983 cuando el grupo entró a los estudios Panda y en tres días tan frenéticos como creativos, estuvo cocinando el álbum. Amilcar Gilabert fue el ingeniero de sonido y Mario Breuer, su asistente. Con Charly como productor, la tríada era imbatible.
“Charly cumplió una tarea muy buena logrando un concepto de lo que queríamos poner en el disco. Él encontró los sonidos y le dio los planos. Él nos tomó como una cosa en bruto y nos armó dentro de un estudio con un concepto de producción que nos satisfizo”, coincidieron Los Twist luego de la grabación.
Bastaron 72 horas (viernes, sábado y domingo) para que La dicha en movimiento sea un hecho. El nombre del álbum, contarían sus integrantes, salió de la definición de “cocaína” de un manual de toxicomanía de la Policía que Cipolatti tenía siempre encima.
En tres meses el disco vendió 120 mil copias y se convirtió en uno de los debuts más exitosos del rock argentino con canciones que no sólo abarcaban la música twist, sino también el reggae, el ska, el rock y hasta algunos ribetes disco.
«En tres días hicimos todo. Les pedí que tocaran todo el repertorio de corrido, un tema atrás del otro. Una vez que terminaron, les dije ‘váyanse’. Ahí lo mezclé, llamé a los que hacían falta. Yo puse un tecladito, alguna viola. Fabi (Cantilo) cantó divina. Les censuré un par de cosas: en el último tema metían algo de chilenos, judíos. Era medio heavy, por eso lo saqué», dijo Charly al ser consultado sobre la grabación.
El corte de difusión fue «Cleopatra, la reina del twist», pero La dicha estaba cargado de hits: “Jugando Hulla Hulla”, “Pensé que se trataba de cieguitos”, “El primero te lo regalan, el segundo te lo venden.
La portada del disco es fácilmente reconocible y transmite también la alegría del momento. El artista Rubén Vázquez (Nebur) explicó: «Ese amarillo lo saqué de una promoción de Pepsi que había en ese momento en un supermercado».
Se supo, contado por Pipo, que la idea de tapa había sido otra: «La tapa era una foto de una fiesta, tipo un asalto, con un sofá, músicos con bonetes, serpentinas, copas de Martini y algunas chicas.
La presentación del disco se hizo en el cabaret Marabú. Antes del show, Daniel Grinbank -quien según Pipo no aceptó grabarlos porque no le pareció que fuera a pasar nada con la propuesta- ofició de DJ. “Ahora que se fue Charly, con algo me las tengo que rebuscar”, bromeó el empresario, según publicó ese año la Revista Pelo. Charly se había ido a Nueva York con la idea de vivir un poco la ciudad y trabajar en un álbum que se convertiría en Clics Modernos.
En ese show presentación de La dicha, estuvieron Willy Iturri, Cachorro López, Julio Moura y Miguel Abuelo, entre otras personalidades claves de los ´80s. Nadie quería quedarse afuera de una propuesta tan divertida como irresistible.
Se sabía, las presentaciones del grupo eran diversión pura y no tenían grietas. Hay una anécdota que circula entre los habitués de la noche de los ´80s que da cuenta de esto. El martes 22 de noviembre de 1983 Charly y Pappo coincidieron en la disco Electric Circus de Quilmes para ver a la banda. Compartieron una botella de champagne y se divirtieron hasta altas horas de la madrugada. La década del ´80 recién estaba comenzando.
Lista de temas:
Lado A:
- Jugando Hulla Hulla
- 25 estrellas de oro
- S.O.S. sos una rica banana
- Salsa
- Lo siento
- En el Bowling
- Es la locura
Lado B
- Ritmo colocado
- Pensé que se trataba de cieguitos
- Cleopatra, la reina del twist
- Quién puso el bomp
- El primero te lo regalan, el segundo te lo venden
- Jabones flotadores
- Mocasín
