Quince años después de su fundación, Arcade Fire logró su primer N°1 en un chart de Billboard con su quinto álbum, Everything Now. Y los motivos están a un play de distancia. Es que los liderados por Win Butler han decidido pausar el lado dark de su pop orquestal para preferir los bombos en negra, los beats pegajosos y el estribillo como obsesión compulsiva. Desde el vamos, la elección de los productores es una declaración de intenciones: Thomas Bangalter (Daft Punk), Steve Mackey (Pulp) y Geoff Barrow (Portishead) se sumaron al trabajo de Markus Dravs, tradicional productor de los canadienses. La premisa fue conjugar los sonidos dance de los 80 con la languidez oscura de los 90 y con el único objetivo de hacer bailar a cualquiera que los pueda escuchar. Pero, después de todo, lo que hizo grande a Arcade Fire sigue allí: la tecnología en franco encuentro con la madera, la obsesión barroca por encontrar siempre un arreglo más y la sensibilidad pop en cada compás. La diferencia es que ahora pueden sonar más fuerte en las radios.
El álbum fue grabado en Boombox Studios en New Orleans, Sonovox Studios en Montreal, y Gang Recording Studio en París. El 15 de diciembre se presentarán en Argentina bajo el marco del festival BUE. Las entradas se pueden conseguir a través de sistema Ticketek.
The Killers debería hacer una bandera que diga «perdón Arcade Fire». Que debería hacer una bandera que diga «Gracias Talking Heads».
— Dany Jimenez (@danyjimenezreal) 28 de julio de 2017
Ya escuché 7 veces el disco de Arcade Fire pic.twitter.com/stjlmKt28b
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