Entre las distintas definiciones que la Real Academia Española acuña sobre el término "quimera", hay una que es la que parece ajustarse más al título que Maria Becerra eligió para su nuevo álbum. "Organismo que resulta de la unión de células genéticamente distintas y procedentes de diferentes cigotos", dice el diccionario de nuestra lengua y algo de eso hay en el tercer larga duración de la cantante argentina.
Para darle concepto a estas 17 canciones, Becerra inventó cuatro alter egos que, a la vez, dialogan con lo más profundo de su personalidad. Shanina, Jojo, Maite y Gladys, personajes que, según ella misma revela, "me ayudaron a sanar en el ctamino".
Quimera es "un viaje personal, emocional y profundo, con sus luces y sus sombras, con todas las versiones de mi". A continuación, un extenso Track x Track con Maria dando detalles de este trabajo que cuenta con colaboradores deluxe como Tini, Paulo Londra, Karina, El Alfa, Taichu, Jay Wheeler y Rei, su pareja, a quien le dedica varias de las canciones.

1. "Ramen para dos"
Nació de una forma muy espontánea. Estábamos en el estudio con Xross, mi productor, hicimos un vivo de Instagram y empezamos a componer ahí mismo, como solíamos hacer antes, jugando, dejándonos llevar. En cuestión de minutos tomó forma y la gente que estaba mirando el vivo empezó a pedir que la saquemos, que querían que tuviera una colaboración con Paulo Londra. Fue muy lindo porque se sintió como volver a las raíces: a ese vínculo directo con el público, a crear desde la energía del momento.
Además, es el primer tema del álbum y también el inicio de la trilogía de Shanina, así que tiene un peso simbólico fuerte. Representa a este alter ego que es la que da el primer paso, la que enciende todo este universo. Y compartirlo con Paulo lo hizo aún más especial. Teníamos pendiente encontrarnos en el estudio hacía mucho. Siempre nos mostrábamos canciones, nos mandábamos cosas, pero nunca coincidíamos. Esta vez se dio de manera perfecta: se captó la esencia, se sintió genuino, y el resultado fue hermoso.
2. "Infinitos como el mar"
Marca un cambio de tono dentro del disco. En esta parte, Shanina se empieza a volver un poco loca. Lo que al principio parecía amor, se transforma en una obsesión. Todo se vuelve más emocional, más intenso, más oscuro. Creo que fue en ese momento cuando confirmé que este proyecto tenía que seguir una línea más cinematográfica, más conectada con lo actoral. Me metí de lleno en los personajes, en cómo se sentían, cómo pensaban. Y eso también me llevó a involucrarme mucho más con la producción visual, a pensar los videoclips como parte del relato.
3. "Hasta que me enamoro"
Es el cierre de la trilogía de Shanina. Es la parte más intensa, emocional y sincera de este viaje. Además, marca un reencuentro muy especial: volver a compartir música con Tini después de más de cuatro años. Las dos sabíamos que queríamos hacer algo juntas otra vez, pero estábamos esperando la canción correcta, la que de verdad nos representara. Y cuando apareció, todo fluyó desde un lugar súper honesto. Le conté lo que venía viviendo, lo que estaba atravesando… Y ella lo entendió desde un lugar muy profundo. Me emociona que esta canción signifique tanto para mí y que, además, me haya regalado volver a crear con una amiga y una artista a la que quiero y admiro tanto.
4. "Corazón vacío"
Marcó un antes y un después para mí. Además, es la primera parte del alter ego Maite, el momento donde nace esta niña interna que aparece en Quimera para contar su historia desde la vulnerabilidad, la inocencia y el aprendizaje. Desde el primer día, muchas personas conectaron profundamente con la canción y la hicieron propia de una manera increíble. Siento que ya no es solo un tema, es un sentimiento. Fue muy especial cuando salió y lo sigue siendo hoy, cada vez que la canto.
Con el tiempo, también se convirtió en un abrazo para muchas madres y personas que sostuvieron solas a sus familias, que criaron, que sanaron desde el dolor y siguieron adelante, aun cuando la vida fue injusta. Muchas madres se acercaron a contarme que la sintieron propia, que la cantan desde un lugar muy personal, y eso es inmenso. Que esta canción pueda acompañar, contener y dar fuerza es el regalo más grande que me dio la música. Y a la vez, es el punto de partida de Maite: esa nena que nace desde el dolor, pero que a lo largo del álbum aprende, se reconstruye y sigue adelante.
5. "Que tu me quieras"
En este punto del álbum, Maite empieza a mostrar su lado más vulnerable y honesto. Acá se siente esa necesidad tan humana de ser vista, de ser amada, de recibir aquello que tanto faltó. Esta canción representa una etapa clave de crecimiento: el momento en el que empezás a entender que no podés obligar a nadie a quererte, pero sí podés empezar a aprender a quererte a vos misma. Y ese es el viaje que Maite empieza a transitar a partir de acá.
6. "Recuerdo que nunca existió"
Es el cierre de la historia de Maite. Después de pedir amor, de esperarlo y de dolerlo, llega un momento distinto: el de la aceptación. Ya no es la niña que suplica, ni la que sostiene algo que la hiere. Es el momento en el que entiende que extrañaba algo que, en realidad, nunca fue suyo. Que idealizó un amor que no existió como ella lo sintió, y que tenía que soltar esa versión para poder avanzar.
En esta parte de la historia también aparece la figura de su padre, ya hacia el final de su vida, buscando una última conversación, una última posibilidad de ser escuchado. Y Maite —con el corazón lleno de heridas, pero también de crecimiento— elige despedirse, perdonarlo y aceptar la realidad: que no estuvo, que le dolió, pero que también la enseñó a ser quien es. Esta canción es ese abrazo final a lo que no fue, para por fin soltar sin rencor y empezar a sanar desde la verdad.
7. "7 vidas"
Es la carta de presentación de Gladys. Ella es una joven de barrio, fuerte, impulsiva, y profundamente humana, que termina enfrentándose a situaciones extremas por intentar ayudar a quien era su pareja. Esa decisión la cambia para siempre y la deja en un lugar donde la vida le exige madurar de golpe, porque en medio del caos tiene que sostener algo mucho más grande que ella: la maternidad y el amor por su hijo. La canción atraviesa la bronca, la traición y el desengaño, pero sobre todo muestra a una mujer que, incluso desde el dolor, lucha por proteger lo que más ama. Gladys no es solo rabia ni despecho: es resistencia, es instinto, es el intento de no romperse cuando todo empuja a hacerlo. "7 vidas" habla de levantarse una y otra vez, de cargar cicatrices, y aun así seguir eligiendo el amor como motor para seguir adelante.
8. "Ahora que estás con él"
Acá, la bronca y la lucidez ya hablan más fuerte que el dolor. Es la canción donde deja de romantizar y empieza a decir la verdad sin filtro: la que aprendió a los golpes, la que sanó desde el barrio y la que hoy advierte a otras con una mezcla de cumbia, ironía y corazón curtido. También es un tema muy personal en lo sonoro: me dí el gusto de trabajar con músicos de la banda de Marc Anthony, y eso le da una fuerza y una verdad musical que venía buscando para este momento del disco.
Además, tiene un sello muy íntimo: las voces y risas que se escuchan en la canción son de mis sobrinas, que son parte de mi vida, de mi raíz. Y esa esencia familiar y barrial no podía faltar, porque Gladys también es eso: La Plata, Quilmes, el conurbano, Latinoamérica… Es hablar de donde vengo, con orgullo y sin pedir permiso. Esta canción es desahogo, advertencia y celebración de supervivencia: un recordatorio de que incluso cuando duele, también se puede sanar desde la fuerza, la música y la identidad
9. "Vuelves triste"
Es el tema donde por fin se termina el ciclo de Gladys: ya no hay rencor, no hay súplica, no hay nostalgia. Hay dignidad. Es la decisión definitiva de no volver a un lugar que dolió, de recuperar la voz y plantarse desde otro lado. Tuve el honor de colaborar con Karina la Princesita, una artista enorme a la que admiro desde siempre. Crecí con su música sonando en mi casa, mi familia es muy fan, así que grabar juntas fue un sueño hecho realidad. Esta canción es, sobre todo, un acto de amor propio: aprender a decir que no, a elegirnos, a cerrar la puerta con la frente en alto y a recordar que, cuando una se ama de verdad, nadie puede volver a quitarnos lo que ya recuperamos.
10. "JoJo"
La primera del alter ego JoJo, que creo que es mi preferida. Ella es magnética, sensual, provocadora. Es la que entra a un lugar y nadie necesita preguntarse quién es, porque su presencia lo dice todo. Disfruté muchísimo ponerme en su papel, jugar con esa energía libre, atrevida, sin filtros, donde el deseo no es vergüenza sino poder. Siento que esta canción es una especie de manifiesto. Con ella aparece el lado más provocador y lúdico del álbum, el que celebra el cuerpo, el goce y el control propio desde un lugar de disfrute, no de carencia.
11. "Frutilla del pastel"
Es una de las canciones donde más disfruté ponerme en la piel de JoJo, porque tiene su energía sensual, provocadora. Mezcla español y portugués — es la segunda vez que puedo darme el gusto de mezclar ambos idiomas— pero acá tiene una vibra caliente, de movimiento, de juego. Ella se permite divertir, seducir y dominar todo al mismo tiempo. Es puro disfrute.
12. "Hace calor"
El video lo pudimos grabar en República Dominicana. Tener al Alfa en este tema fue un sueño. Mi hermana es muy fanática, nos encanta desde hace un montón. Una vez compartimos line-up en un festival, me quedé para ver su show… Y flashé mal con la energía que tiene en vivo. Así que cuando pensamos quién podía acompañar el cierre de JoJo, él fue uno de los primeros nombres que surgió, y realmente tenía todo el sentido. Grabar juntos allá fue hermoso, y me encantó que entendiera tan bien lo que yo quería transmitir con esta canción. Es fiesta, picardía, exceso… Es JoJo llevada al máximo.
13. "Slow It Down"
Es la primera de las cinco canciones del álbum que vienen de un lugar mucho más íntimo y honesto. Hay un video mío cantándola hace muchos años, pero nunca la había podido terminar. Me pasaba que estaba incompleta porque yo también lo estaba; sentía que todavía no había llegado esa persona que realmente me inspirara lo que la canción necesitaba decir. Todas las canciones de esta parte del álbum vienen del corazón, son puro amor, y ésta en particular es una forma de desnudar lo que siento. Es una carta hecha canción para mi novio Juli, que es una de mis máximas inspiraciones. Cuando lo conocí, todo encajó: las piezas, las palabras, la emoción, el final que me faltaba. Recién ahí la canción se escribió sola y cobró sentido. Este tema es eso… Encontrar el amor que te pausa, te ordena y te inspira a terminar lo que estaba pendiente.
14. "Pierdo la cabeza"
Es muy importante haber podido compartirla con Taichu, que es mi amiga y una artista que admiro muchísimo. Ir al estudio juntas, componer, escucharnos y construir la canción fue algo muy especial. Todo fluyó de una forma súper natural, nos divertimos muchísimo haciéndola, y eso se siente en el resultado. Fue una colaboración que nació desde la admiración mutua y el cariño, y eso para mí la hace todavía más valiosa. La canción habla de ese amor que te descoloca, que te deja sin explicación, que te hace perderte y encontrarte en la misma persona. Ese que por momentos te deja vulnerable, inocente, sin respuestas, pero llena de verdad. El romance en su estado más honesto, más lindo, más real… Cuando el corazón habla más fuerte que cualquier intento de entenderlo.
15. "Romántica"
Acá entra mi lado más "María". Y así como se escucha, es una salsa que literalmente es una declaración de amor. Me entrego de una forma súper sincera y conectada con lo que siento: despertarte al lado de la persona que amás, esas cosas simples que te llenan el corazón y que hacen que todo valga la pena. Poder hacerla con Jay Wheeler fue hermoso, porque él también tiene esa sensibilidad para cantar desde el amor, y sentí que nuestras voces se encontraron re bien. Esta canción es uno de los bonus del álbum y la van a poder escuchar desde el 10 de diciembre, unos días antes del River. Estoy con muchas ganas de que la escuchen y también de que vean el video, porque pudimos hacer algo muy lindo juntos.

16. "Tatu"
La estrenamos por primera vez en febrero, en una fiesta en el sur de Argentina, en Neuquén, frente a una multitud impresionante. Es una balada romántica que, con el tiempo, se convirtió en uno de los himnos de este álbum: un himno al amor eterno. Siento que es de las primeras veces en mucho tiempo donde me animé a mostrarme así de vulnerable, a corazón abierto, haciendo una declaración de amor. Esta versión que forma parte del álbum es en vivo, la de esa primera noche, y decidimos dejarla así porque tiene magia: se escucha al público cargado de emoción, de pasión, y eso la vuelve única. Y también tiene otro componente muy especial, que es que en el video aparece Juli, que es mi amor. Ahí se puede ver esa complicidad y esa conexión que tenemos, que siento que trasciende el tiempo y cualquier circunstancia.
17. "Mi amor"
Nació en Miami como una canción muy íntima, casi un mensaje personal para Juli. Hacía más de un mes que no nos veíamos y al principio hablaba solo de la distancia y de cuánto lo extrañaba. Pero con el tiempo me di cuenta de que esa letra se me quedaba chica, porque nuestra historia es mucho más grande que eso. Después de cuatro años juntos, de todo lo que vivimos y atravesamos, la distancia es casi un detalle en nuestra relación. Hay tantas otras cosas que pesan, enseñan, duelen y fortalecen mucho más que un mes lejos.
Entonces decidí reescribirla entera, desde un lugar más real, más profundo, y le propuse hacerla juntos. Y la verdad es que él la rompió: lo que sumó a la canción es increíble y muy emotivo. Terminó siendo un mensaje de resiliencia, de sostenerse incluso cuando las cosas se ponen difíciles, de elegir el vínculo por encima de todo. Creo que muchas parejas que están atravesando momentos fuertes pueden sentirla como propia, porque habla justamente de eso: no del amor ideal, sino del amor que resiste, que transforma y que elige quedarse.