
Durante un panel de discusión en la Cumbre Mundial de Radio en Los Ángeles el 15 de abril pasado, el moderador le preguntó a Jim McGuinn, un programador veterano de Filadelfia, por qué la FM ya no es tan relevante entre los oyentes de 20 años o más. “Yo culpo a la radio comercial por haber hecho cagadas –dijo McGuinn, que actualmente programa una estación pública en Minneapolis que pasa cosas como My Morning Jacket y Coldplay–. A veces parece que estuviéramos compensando los pecados cometidos por la radio comercial”.
Semejante sentimiento en contra de la radio corporativa se escucha más fuerte mientras compañías como iHeartMedia y Cumulus Radio agregan comerciales y echan empleados para hacerle frente a esta deuda que está cortando cabezas. IHeart- Media (ex Clear Channel) es la compañía de radio más grande del mundo, con 861 estaciones y un servicio de streaming fuerte, pero está en riesgo de caer en default por los USD 3000 millones en préstamos. Cumulus, la segunda más importante, tiene deudas por 2500 millones, por lo que estuvo cerrando estaciones icónicas como la KFOG de San Francisco, que perdió a todo su staff en abril.2
«A veces parece que estuviéramos compensando los pecados cometidos por la radio comercial», Jim McGuinn, programador veterano de Filadelfia.
CBS radio, con sus 117 estaciones, reportó una pérdida del 5 por ciento en el último trimestre del año pasado. Justo semanas después de poner la radio en venta, CBS decidió encarar una oferta pública.
Mientras las compañías de radio tradicionales mantuvieron un rating equilibrado los últimos 20 años, esos números bajaron recientemente. Hoy, la audiencia pasa 14 horas por semana escuchando radios viejas, según la Oficina de Publicidad de Radio de los Estados Unidos; en 2007, eran unas 20. Incluso, el 21 por ciento de los estadounidenses no escuchan una radio en especial, contra el 4 por ciento del 2008, según reportó el Edison Research, una reconocida consultora norteamericana.
Pero el CEO de iHeartMedia, Bob Pittman, cuenta una historia muy diferente. “A nuestro negocio le está yendo extraordinariamente bien –dice Pittman (62), que trabaja en la compañía desde 2011–. El año pasado, nuestra audiencia creció un 10 por ciento. El alcance de la radio se mantuvo como una roca sólida”. Otros no están tan seguros. “Esto es iHeart tratando de contarle una historia a Wall Street”, dice una persona informada de un sello, quien sostiene que no desmiente que “están agobiados por esas deudas tremendas”.
«La gente de 50 años o más no va a dejar de escuchar radio, pero los adolescentes que nunca la oyeron, nunca lo van a hacer”, dice el fundador de Tommy Boy Records, Tom Silverman.
Pittman dice que los problemas son independientes de la fortaleza de iHeartMedia. Los ingresos de la compañía aumentaron en 123 millones en 2015, según su reporte anual, en parte gracias a los eventos patrocinados en televisión. En enero, la aplicación de iHeartRadio conquistó 80 millones de usuarios. Según Nielsen Music, la radio continúa alcanzando al 93 por ciento de los consumidores adultos –unos 240 millones por semana–. Daniel Glass, fundador del sello indie Glassnote Records, dice: “Es la fuente Nº 1 de exposición para nuestros artistas”.
Sin embargo, iHeartMedia está lidiando con deudas de USD 20.000 millones que corresponden a la compra de la compañía –tasada en 26.000 millones– en 2006 en manos de Bain Capital y Thomas H. Lee.
En abril, iHeartMedia intentó transferir acciones de la compañía; algunos acreedores menores, que acumulan 3000 millones de la deuda, dijeron que la transferencia violaba sus condiciones. Todo devino en demanda judicial; el juicio empezó el 16 de mayo, y así como la quiebra es una posibilidad, un arreglo sería lo más probable.
La preocupación por la deuda de iHeartMedia se extiende al futuro de la radio en general. “Un problema es el tratamiento de la deuda actual, y el otro es la caída gradual de los oyentes –dice el fundador de Tommy Boy Records, Tom Silverman–. La gente de 50 años o más no va a dejar de escuchar radio, pero los adolescentes que nunca la oyeron, nunca lo van a hacer”.