California fue la gran sede norteamericana donde el rocanrol comenzó a tomar caminos más arriesgados luego de la Invasión Británica. La psicodelia se ponía en boga y se sumaban nuevas sonoridades e instrumentos como el sitar o el armonio, que curiosamente proponían un avance de espaldas: eran elementos del pasado que invitaban a avanzar hacia el futuro. Jefferson Airplane fue uno de los emisarios clave de San Francisco al fusionar diversos géneros en una lectura actualizada, pero sin olvidar el germen: incluso su nombre es arrancado del bluesman Blind Lemon Jefferson.
Marty Balin, además de ser el guitarrista fundador y cantante, se encargó de llevar adelante The Matrix, un espacio contracultural en el que toda esta nueva ola de grupos como Grateful Dead y Quicksilver Messenger Service, entre otros, tenían la posibilidad de presentarse y comenzar a desarrollar un público. Jefferson Airplane debutó en agosto de 1965 dentro de las cuatro paredes de The Matrix, convirtiéndola en una de sus locaciones predilectas donde ensamblaron su sonido que culminó en su primer álbum, Jefferson Airplane Takes Off. Luego del éxito que promulgó esa placa, su baterista Skip Spence abandonó el proyecto para sumarse a Moby Grape. Esa no fue la única pérdida que sufrió el proyecto de Balin: Signe Anderson, la cantante original, también decidió marcharse. Pese a que pudo haber sido el desmoronamiento absoluto, estos cambios jugaron a favor, ya que se sumó Spencer Dryden en batería y la cantante Grace Slick, consolidando así la formación clásica de la banda. Esta nueva entidad fue la que registró Surrealistic Pillow, su obra más festejada, editada el 1º de febrero de 1967. A medio siglo de su lanzamiento, el álbum sigue teniendo una vigencia absoluta. Una de las razones de su frescura fue el aporte de Slick con dos canciones de su exbanda, Great Society, que se convirtieron en los hits y singles del disco: Somebody to Love y White Rabbit. La primera logra mostrar a Slick con todo su potencial, desplegando su voz fantasmagórica que llegaría a tener impacto en cantantes como Siouxsie Sioux, de géneros absolutamente alejados, como el postpunk. La segunda canción fue prohibida en varias estaciones de radio por su supuesta apología al consumo de drogas, situación por la que pasaron infinidad de bandas en esos años.
La grabación del disco fue veloz, pero no por eso poco elaborada. Si bien las canciones funcionan desde la lógica del pop, tiene detalles que las acomodan en diversos géneros, dando así una pluralidad sonora intrigante y heterogénea, lo que hizo que Surrealistic Pillow llegara al Nº 3 del chart de LP de Billboard (el embrión del Billboard 200). Funcionó como uno de los grandes discos en difundir el sonido psicodélico mezclado con folk hacia un público masivo, junto a otras bandas de San Francisco como Grateful Dead –Jerry García fue una omnipresencia durante la grabación de Surrealistic Pillow–, algunas de Los Ángeles como Love y The Byrds –todas contaban con tres guitarristas: además de Balin como mente maestra en Jefferson Airplane, Paul Kanter interpretaba también la rítmica, pero los aplausos siempre iban en dirección de Jorma Kaukonen, encargado de los solos– y con la lectura psicodélica británica de The Beatles, The Rolling Stones e Incredible String Band, entre otros.
La popularidad alcanzada gracias a Surrealistic Pillow los convirtió en uno de los actos imprescindibles del festival de Monterrey, junto a nombres como The Who, Ravi Shankar y Jimi Hendrix. Pero antes del éxito comercial, Jefferson Airplane había estado ligado a la subcultura psicodélica, con una gran participación en los Acid Tests, organizados por Ken Kesey –autor de la novela One Flew over the Cuckoo´s Nest y The Pranksters–. Acid Tests era un colectivo con integrantes del movimiento beat, como Neal Cassady. Las reuniones consistían en largos viajes en camioneta ingiriendo dosis exorbitantes de ácido lisérgico, en una época en la que la sustancia todavía no estaba penada por la ley.
Surrealistic Pillow fue justamente una obra clave tanto para la banda como para la psicodelia en sí. Les permitió alzarse fuera de The Matrix y del circuito underground, y posicionarse como una autoridad dentro del rock de estadios que comenzaba a configurarse hacia finales de los 60. Hoy, sigue siendo un gran recordatorio de uno de los momentos decisivos del rock: cuando se tornó en un género policromático.
El pasaje de Jefferson Airplane a Jefferson Starship
Hacia 1969, Kaukonen y el bajista Jack Casady abandonaron el proyecto para conformar Hot Tuna, mientras que Kantner grabó un disco en solitario acompañado por gran parte de los Airplane bajo el nombre de Jefferson Starship y miembros de The Byrds, Grateful Dead y Santana. La idea quedó macerándose durante algunos años hasta la disolución de Jefferson Airplane en 1972. Hacia 1974, Jefferson Starship renació como una nueva entidad, junto a Craig Chaquico en guitarra y una postura musical diferente a la del proyecto anterior. La psicodelia ya había quedado envejecida, y esta nueva banda pretendía inmiscuirse con más fuerza en el mercado pop que se expandía con fuerza por todos los Estados Unidos, con un rock pálido que venía a conformar a la generación post-hippie. Dragonfly, su primer disco, cuenta con la curiosidad de que todos los integrantes (exceptuando el baterista John Barbata) compusieron al menos una canción del LP. Jefferson Starship fue un cambio necesario para sobrevivir a una década compleja como la del 70, con las promesas del hippismo muertas y el rock diluido y sin una intención política.