Tenés dos fechas en Buenos Aires, una en un teatro y otra en un boliche. ¿Los pensás como dos shows distintos?
Me llamó mucho la atención cuando toqué en la Usina; la gente se paró y parecía una discoteca, aunque fuera un teatro. Creo que en Argentina son bien desfachatados y eso me gusta; me pasó lo mismo en Mendoza cuando toqué en el Espacio Le Parc. Tal vez, en otros lugares la cosa sería muy diferente, pero acá en Argentina no importa donde toques, si tu haces música dance la gente se va a parar y va a bailar. Acá no le hago diferencia a los escenarios, en Chile son más tímidos. A mí me cuesta pararme en un teatro a bailar.
Hasta ahora, de tu próximo álbum solo conocemos Dentro de ti y que sale el año que viene. ¿En qué etapa de trabajo está el disco?
Estoy trabajando la producción. Todo lo que son letras, melodías y arreglos está todo listo, pero lo que tengo que hacer ahora es que los temas brillen. Eso es un trabajo de producción puro y duro que estoy haciendo con varios productores. No podría hacerlo sola, me volvería loca.
Dentro de ti habla de cierta introspección. ¿Es un ejercicio que hiciste en el último tiempo?
Es algo que hice y que vi en otras personas. La gente que yo admiro, en general, ha hecho este ejercicio de mirar para adentro. Por eso son tan inteligentes y con tanto temple. Las personas que tienen esas cualidades es porque en algún momento han mirado dentro suyo o ha hecho algo a nivel filosófico, espiritual o como lo llames.
¿Ese mirar hacia dentro se manifestó en las demás canciones a la hora de componer?
Sí, es algo que estuvo muy presente. Es una temática que quise trabajar en este disco y me doy cuenta mirando a las canciones que está ahí, es casi el hilo conductor del disco. También hay cierto comentario a las redes sociales, me llama la atención que estemos sacando nuestros valores de ahí. Me molesta que salgan de Twitter, de las frases de algunas personas; eso me resulta peor que la vanidad de Instagram, que hasta un poco me divierte. Pero me preocupa esa pérdida de los valores que estamos teniendo hoy en día con muchas personas.
¿Y cómo podríamos reconectarnos con dichos valores?
Mirando dentro nuestro. Ahí y estudiando a nuestros antepasados, otra cosa que estamos perdiendo. Observemos, por ejemplo, el estudio de las religiones; ahí puedes encontrar una introspección que hicieron nuestros antepasados, que está muy vinculada con el tema. Esa clase de estudios son fundamentales porque están ligadas a la parte espiritual del humano. Esa es la conexión que deberíamos rescatar.
Vos trabajaste con María Fernanda Aldana, hermana de Cristian Aldana. ¿Cómo te afectó descubrir sus historias de abuso?
Me afectó bastante, yo era fan de El Otro Yo y me encantaba él como compositor. Pero al final, se termina haciendo una separación, un gran artista puede tener un lado oscuro como ser humano. Estas denuncias de abuso me terminan generando más ganas de zamarrear a las mujeres y decirles ‘Chica, en el momento que esté pasando algo levantate, gritale y andate. No lo aceptes’. Es un gran momento para decir “Basta” y para que las mujeres podamos tener mucho más de esa personalidad amazónica de no permitir que estas cosas ocurran. Es momento de que las mujeres tengan más agallas.