“Sabíamos que se acercaba el final y que algo iba a pasar”, comenta Iacho mientras se acaricia el anillo que lleva puesto en su dedo anular derecho. Así comienza el beatboxer “oficial” de El Quinto Escalón a desentrañar la historia que lo convirtió junto a Duki, Ysy A, Londra y Ecko, entre otros, en uno de los referentes del trap argentino.
Su primer acercamiento al ciclo de freestyle que tenía lugar en Parque Rivadavia fue por un amigo de la secundaria. “Me acuerdo de que él se fue a jugar al básquet y yo me acerqué a donde competían. Era la segunda vez que se juntaban”, explica. A partir de ese domingo, el “Quinto” se convirtió en su nueva misa, y por su condición de beatboxer, su presencia se volvió casi obligatoria para comenzar el rito.
“Pegué onda con Alejo muy rápido y no me fui más”, comenta en referencia al rapero rebautizado como “Ysy A”, organizador del evento. Rápidamente recuerda con un dejo de nostalgia el “ir de plaza en plaza”. Hasta que su mente llega a una competencia en Rosario: “No sabíamos que se iba a juntar tanta gente. Fue la primera vez que me quedé en blanco haciendo beatbox, dejé a Lit Killah sin base”. Entre todos los sonidos que emergen de su boca se le traspapeló la melodía. “Me acuerdo de que miré a la cámara y dije: ‘Perdón, vamos de vuelta’”.
El Quinto Escalón tomó mayor dimensión gracias a la viralización de distintas batallas en las que cambiaban los raperos, pero no el beatboxer. Hoy, el canal de YouTube de la competencia supera el millón y medio de suscriptores, y hace más de siete meses que no sube un video. Iacho se mantuvo a cargo de los beats hasta el final y hasta logró un crossover con la otra competencia de freestyle de mayor relevancia, la Red Bull Batalla de los Gallos. “Aunque yo me dediqué a hacer beatbox en la competencia, siempre supe igual que luego haría música”, cuenta.
Y el momento de empezar su carrera musical llegó sobre el final de El Quinto Escalón. “Alejo y Duki fueron los que siempre apostaron a que esto explotara”, dice. “Ellos siempre decían que alguien lo tenía que hacer, y si nadie lo hacía, era porque nos tocaba a nosotros”, y luego agrega: “No por nada Duki fue el primero en tirar un tema”. El cantante de “Rockstar” lanzó su primer track, “No vendo trap”, en noviembre de 2016, y casi que instó a la otra vedette del “Quinto” (Paulo Londra) a lanzar el suyo. “Cuando ‘Relax’, de Paulo, superó los diez millones, nos dimos cuenta de que el momento había llegado y que teníamos que actuar todos”, cuenta. Planeado o no, dieron comienzo a un huracán de singles que todavía sopla fuerte.
“Me acuerdo de cuando fuimos a Boombox con Duki, su exmánager y Alejo para grabar mi primer tema”, cuenta, como si hubiera transcurrido una década de aquel día. Pero apenas fue en junio de 2017. En la era de los millennials, el tiempo es mucho más vertiginoso. Ese día, Iacho editó el single “Y si te vas” junto con Duki. “Después de que salió la canción, no podíamos creer la reacción de la gente. Fue la primera vez que me felicitaban por el tema y no por el beatbox”.
Omar Varela fue el primer productor en levantar las antenas y, como pudo, concentró a casi toda la crew bajo sus beats. Iacho se sumó en octubre de 2017 a Khea, Arse y Midel para el track “A lo Halloween” producido por Mueva Records. Un mes después, el beatboxer encabezó su primer single bajo la producción de Varela, “Muevelo mami”. El track, que contó con los featurings de Khea y Seven Kayne, hoy supera los 22 millones de visitas en YouTube.
“Para ese track, Seven se sumó casi al final, y el envión le sirvió para que lanzara su propio single”, explica. Para el rapero de 24 años, las colaboraciones fueron la manera de abrir el camino, pero entiende que es necesario empezar a generar material cien por ciento propio. “Desde el principio quisimos ayudarnos entre todos, hoy cada uno está más en la suya”.
Si uno repasa la escena, enseguida se da cuenta de que Duki e Ysy A unieron fuerzas con Neo Pistea en #ModoDiablo; Londra partió para Colombia por los beats de Ovy on the Drums; y Iacho y Lit Killah hoy tienen contratos con Warner Music. “Lo gracioso es que casi todos los que me nombrás tiraron freestyle sobre mi beatbox –comenta con una pequeña risa–. Esto no quiere decir que no tengamos buena onda, yo sigo en contacto”.
Actualmente, está presentando sus últimos dos singles, “Me olvidé” y “Malibú”. Además, confía en que esto es recién el comienzo de la intromisión argentina en el mundo urbano latino. “La gente nos está mirando a nosotros, está atenta a lo que hacemos. Hace mucho que no pasaba algo así en la Argentina. Pensá que ya hay cuatro artistas argentinos que superaron los 100 millones de reproducciones en YouTube [Cazzu, Khea, Duki y Londra]. Eso no se logró con ningún otro género”.
¿Cómo fue esa transición de llevar la plaza al estudio?
-Para mí son etapas, hoy lo pienso y el proceso tiene lógica. Primero es conocer el freestyle y el beatbox, después ir a ver las competencias hasta que entrás a competir. Cuando ya curtiste plaza, llegás a un estudio. Ese cambio es bastante raro, porque de golpe estás solo frente a un micrófono y tenés que hacer lo mejor que puedas. Y eso que grabás lo escuchás mil veces. En todo el proceso vas aprendiendo desde técnicas de respiración hasta métrica.
¿Usás el beatbox para hacer melodías?
-Sí, más que nada también por los golpes y los cortes. Los cortes te dan un respiro y generan esa ansiedad por querer volver al tema que atrapa. Con el freestyle de plaza, mi oído se adaptó a la voz humana. Es decir, yo sé cuándo te vas a quedar sin aire o te vas a trabar, entonces si te puedo ayudar, lo hago.
¿Qué sentís cuando ves la cantidad de reproducciones de tus temas?
-Me agarra ansiedad, sé que puedo hacer más todavía. Mi último tema no tuvo el vuelo que yo esperaba, y para mí tiene un contenido increíble. Habla de algo que mucha gente necesita decir y no se dice. Pensé que iba a sonar un montón, porque es algo muy neutro. Hoy todos estamos esperando llegar a los veinte millones de reproducciones al mes.
¿Qué hace que un artista se destaque dentro del trap?
-Lo primero es la variedad de flows y de instrumentales. No hay que quedarse en un solo ritmo. Este género te permite tener mucha amplitud.
¿Y vos? ¿Por qué te destacaste?
-Creo que el haber estado tanto tiempo en la movida hace que uno corra con otra ventaja. Yo ya estuve laburando nueve años para que esto pasara. Me acuerdo de que hace cinco les decía a los pibes que esto iba ser una locura, que iba a estar más fuerte que el rock. Cuatro años después, el hip hop ganó más premios que el rock. Si bien lo que dije está pasando, yo lo dije más desde el deseo que del saber que iba a pasar. Por suerte, sucedió así.