Luego de compartir fracciones de su faceta solista con sencillos como «TKM», «Lejos de Mí», y «Llorón», entre otros, Florián Fernández Capello dio a conocer su primer trabajo discográfico solista, X AMOR. Un universo de ocho canciones producidas junto a su coéquipier Mariano Otero, pieza clave desde sus inicios.
Uno podría interpretar que el álbum se edifica en torno al amor romántico, pero no: X AMOR es un viaje a través de las múltiples aristas del amor, un viaje «pasional, sincero y triste». En palabras de Florián, «este disco me permitió hablar de todo tipo de emociones: de las más lindas, de las más difíciles, de las luces y las oscuridades».
El artista presentará la obra completa esta noche en el Anfiteatro del Parque Centenario. Entradas acá.
Salió tu disco debut, ¿qué sentís?
Tengo un montón de sensaciones que todavía me cuesta describir a mí mismo. Estoy muy contento, muy entusiasmado por mostrar este disco que lleva mucho tiempo y trabajo. Obviamente también hay nervios, vértigo, pero estoy muy muy contento.
¿Es como esperabas?
Obviamente uno se va armando una expectativa antes de que salga, pero ahora que salió esa energía se transforma. No pienso tanto en si salió como esperaba, sino en disfrutar, en el show y el post lanzamiento.
¿Cómo elegiste tu equipo de trabajo?
Con Mariano se fue dando de una manera muy natural. Él es la primera persona que estuvo en este proyecto. Me viene acompañando desde el minuto cero. Me junté poco antes de separarnos con la banda que tenía. Produjimos «Lejos de Mí» y ahí me di cuenta que quería tener un proyecto solista, después produjo los singles que saqué antes. Hacer este disco con él era lo más lógico y lo que más me agradaba hacer. Además de ser un productor y músico muy talentoso, siento que interpreta bien qué es lo que quiero, me acompaña bien y tiene un montón de valores re importantes además de lo musical.
¿Qué aprendiste en este proceso?
Aprendizajes, un millón. Hacer un disco es un desafío muy grande. Si bien ya había grabado discos, este es mi primer disco solista. Se pusieron en juego muchísimas cosas más, cantando, escribiendo. Me vi desafiado en muchísimos aspectos, ¡cuánto hay que prepararse física y mentalmente!
¿Qué fue lo más desafiante?
La cantada. Cantar. Después, las letras, por ejemplo. Escribir en el marco de un disco es muy distinto a hacerlo para singles. Querés que las canciones sean diferentes y que tengan que ver a la vez. En el canto me siento muy principiante, entonces de repente había canciones que representaban grandes desafíos. Desafíos que disfruté un montón y donde Mariano me acompañó muy bien, pero creo que ahí es donde más se me jugó.
¿Notás tu crecimiento?
Sí, sin duda. Lo bueno es que al tener 6, 7 canciones laburadas antes con Mariano, teníamos referencias. Sabíamos dónde estábamos parados y dónde íbamos a tener que trabajar más. Obviamente, el desafío se hizo más grande porque es un disco.
La temática del amor atraviesa tus primeros singles y hoy es central en este disco, ¿cuán filósofo del amor sos fuera de la música?
Siento que la parte emocional me atraviesa un montón y está en la vida cotidiana. No solo el amor. Hay una parte romántica re presente en el proyecto que es parte de mí, pero no es algo absoluto. Para mí, el amor es algo mucho más grande que lo romántico. Este disco me permitió hablar de todo tipo de emociones: de las más lindas, de las más difíciles, de las luces y oscuridades, de las dos paletas. Obviamente me interesa y en mi vida paso bastante tiempo dando vueltas con eso, pero no solo en el aspecto romántico del amor. En un plano emocional más general.
¿Dónde te la jugaste en este disco?, el tema final es una sorpresa…
Con la última canción pasa un poco eso. En un momento me generó dudas, pero me intrigó ver qué pasaba ahí. Recibí muchos comentarios positivos sobre esa canción. Musicalmente creo que en «La Máscara» o «Mi Fantasma» nos la jugamos más. Con la canción y con la letra. Creo que ahí pasan cosas diferentes al resto del disco. Ambas exponen algo más emocional-profundo y personal. Si bien todas son bien melódicas, fáciles de escuchar, me parecen las más complejas.
¿Por qué estas 8 canciones son tus elegidas?
Sentí que estas eran las 8 que mejor representaban este momento que quiero transmitir. Musicalmente, creo que cada canción tiene su universo propio. También creo que las letras cuentan mundos diferente y están todas conectadas a la vez. Quedaron fuera canciones que me gustan mucho, pero no las sentía parte de este disco. Seguramente vean la luz en un futuro, pero prioricé lo que había para contar en el disco.
¿Cómo se marida este disco?
Creo que es un disco para escuchar de noche y en soledad. Conectando con las palabras. Creo que la noche tiene un clima ideal para escuchar, quizá con un lindo paisaje también.
¿En tres palabras?
Es un álbum pasional, sincero y triste también.
¿Cómo te sentabas a componer tus primeros singles y cómo lo hacés ahora?
«TKM», por ejemplo, es un «momentito» de mi vida, una historia más chiquita, una pequeña película espontánea. Estas canciones, enmarcadas en un disco, buscan transmitir una idea más grande. Con cada canción me tomé un poco más de tiempo para elegir de qué manera contar y qué palabras usar.
Más laburo también, ¿te desgastó emocionalmente?
Un montón! De hecho, terminé de escribir las letras hace muy poco. El disco lo hacemos hace dos años y las letras las terminé un mes y medio antes de terminarlo. Me llevaba mucho tiempo, las escribía, las cambiaba.
¿Estás descansando?
Todavía no. El show del viernes me tiene muy ocupado. Mi energía está puesta ahí. Pero sí, tengo ganas de descansar de todo el trabajo que se hizo para celebrarlo.
El aislamiento y el estudio de grabación van quedando detrás. Hoy volvés a los escenarios después de un montón de tiempo…
Estoy un poco nervioso. Se me juegan un montón de cosas en sacar un disco y tocarlo. Siempre está ese miedo y ahora está potenciado. Pero también es lo que más me gusta hacer, algo que disfruto un montón. Me agarro de ese entusiasmo para llevarlo adelante.
¿Qué es lo que más te emociona de esta fecha?
Volver a tocar. No toco hace mucho tiempo, hice algunas cosas en la pandemia. Como invitado o en shows acústicos, pero mi último show fue hace dos años. Tengo muchísimas ganas de subirme a tocar con una banda que me acompañe y de ver a la gente del otro lado.
¿El álbum visual es una foto de tu vida?
Está un poco exagerado un poco en los videos, quizá. La parte visual es importante en el proyecto. Con Dalila, mi mánager y mejor amiga, pensamos que queríamos mostrar algo de ese espíritu de la familia, los amigos y a la vez algo solitario y solemne. Está bueno ese contraste y ahí me siento muy identificado. Tiene una parte muy linda del día, familiar y el lado B de esa situación, la soledad.
Muchos artistas dicen que entienden su obra después de lanzarla. Vos, ¿creés que entendés el disco que hiciste o aún falta que aterrice?
Creo que lo entiendo. Por lo menos hay una cuestión emocional que trabajé muchísimo. Pero también creo que cuando sacás la música ya deja de ser de uno y pasa a ser de todos los que escuchan e interpretan como quieren. Ahí llegan un montón de miradas súper acertadas, que me hacen darme cuenta un poco más lo que es el disco. Creo que lo entiendo y también creo que lo voy a ir entendiendo cada vez más y de diferentes maneras. Eso me gusta.
¿Qué esperás?
Disfruto mucho de tocar y hacer música. En otro momento quizá te hubiera dicho cosas muy puntuales, pero hoy estoy muy conectado con lo que estoy haciendo así que espero seguir con muchos shows en vivo y grabando canciones. A mediano plazo lo pienso así. Seguramente saque más música, ojalá tocar esas canciones lo más posible.