Música, comida, gente, alegría. Esa es la imagen que nos ofrecía Mercedes al llegar. La avenida que da acceso al predio parecía una gran feria y muchas de las calles estaban cortadas al tránsito, por un día fueron de uso exclusivo para miles de peatones que se dirigían hacia un mismo lugar: El festival Mastai 2019.
Tras cuatro años de silencio, Mastai volvió recargado, con nueva sede pero manteniendo en el cartel a varios de sus artistas habituales, como Ciro o Manu Chao. Esta vez el ex vocalista de Los Piojos se encargó del cierre mientras el cantautor franco-español, que fue quien cerró las dos ediciones anteriores en 2012 y 2015, se mostró en formato acústico para tocar “como en los bares de Barcelona”, según sus propias palabras.
Una vez adentro se podía respirar el ambiente ferial y circense, donde artistas callejeros y malabaristas hacían sus shows. Esta tercera edición – la primera en Mercedes, ya que anteriormente se realizó en San Pedro – tuvo un tercer escenario llamado Oeste, en el que las bandas mercedinas Tren Misterioso, Polillas de Poliéster y Rulo Godar & Nación Wiphala se juntaron con algunos invitados como Hijos Del Sofá, y La Chilinga (agrupación de percusión dirigida por el ex baterista de Los Piojos, Dani Huila), entre otros.
La tarde transcurrió entre presentaciones pensadas para todos los gustos, con artistas que fueron desde el blues, el folk, el rock hasta la cumbia y el metal. Muchos fanáticos de Los Piojos dijeron presente desde temprano para ver en el escenario Norte a La Que Faltaba, agrupación liderada por Miguel Ángel Rodríguez, quien aprovechó la ocasión para invitar a su ex compañero Ciro Martínez a interpretar un tema. Más adelante Ciro le devolvería el gesto.
Justo antes, en el escenario Sur, se había presentado Manu Martínez, hija de Ciro, quien junto a la uruguaya Julieta Rada fue la representación femenina del festival en cuanto a artistas solistas. Carajo fue la banda responsable de ponerle el toque metalero a una calurosa tarde y activar los primeros pogos con clásicos como “Sácate la mierda”, mientras el joven rapero WOS se encargó de encender a los más chicos y deslumbrar con su talento haciendo freestyle. Con apenas 21 años, el campeón de La Batalla de Los Gallos demostró que tiene un futuro muy prometedor.
El sol ya comenzaba a caer cuando apareció en tarima una de las principales atracciones de la fecha: Damas Gratis. El popular conjunto de cumbia villera supo encender la fiesta desde el primer acorde y Pablo Lescano, quien reapareció tras haber tenido que suspender una presentación por problemas de salud, destacó por su habitual sentido del humor. El público supo recibirlo con una sentida ovación y el cantante respondió “Gracias pero… no te creas tan importante”, en alusión al tema que tocarían a continuación. También aprovechó para dedicarles “Industria Argentina” a los políticos argentinos.
El retraso de una hora que tuvo el festival conspiró para que viéramos al sol ocultarse mientras Manu Chao nos cantaba serenatas de amor y libertad en el escenario Sur. Todo pasa por algo, ¿no? Con su formato acústico, en el que junto a dos de sus mejores músicos se presenta bajo el nombre “El Chapulin Solo”, el cantautor dijo presente en un festival del que ya es artista fijo. Abrió con “La vida tómbola” y puso a todos a cantar «Si yo fuera Maradona». “Gracias Mastai” se le escuchó decir repetidas veces mientras interpretaba temas como “Me quedo contigo (si me das a elegir)”, “Me llaman calle”, “El tren se fue” y éxitos como “Clandestino”, “Bienvenida a Tijuana” y “Desaparecido”, entre muchos otros que conformaron un set de muchos temas y pocas pausas.
Prácticamente sin detenerse, el polifacético artista tuvo tiempo para presentar dos nuevos temas, recordar a Mano Negra con “Mala vida”, homenajear a Bob Marley con “Iron, Lion, Zion” y hacer su propia versión de “Huelga de amores”, una canción de Divididos, a quienes pudimos escuchar inmediatamente después en el escenario Norte. No importó que el formato fuera acústico, la gente saltó, coreó e hizo pogos como si detrás de Manu estuviera La Ventura en pleno. Tocó tan seguidos sus temas que le sobró tiempo a su set y ante la petición del público, decidió interpretar en solitario su versión de “¿Cómo que no?” de Gustavo Pena, el cierre perfecto para dejarnos claro que a Manu “le gusta este lugar”.
Por su parte, Divididos es una banda que tiene muy bien ganado su apodo: La aplanadora del rock. Con un sonido sólido, hicieron saltar desde el propio primer tema a las 30 mil personas que dijeron presente en Mastai. «Gracias a todos los que se movieron de sus casas y vinieron hasta aquí, eso es amor» decía un emocionado Ricardo Mollo mientras le agradecía también a Mercedes por abrirles la puerta a “300 producciones” para hacer un concierto de rock. “Estoy muy feliz”, dijo el vocalista, y se notaba. El cover que hicieron de “Tengo”, original de Sandro, fue una buena manera de confesar esa alegría que desbordaba la icónica banda de Hurlingham.
Clásicos inmortales como “Spaghetti del rock”, “Par mil”, “El 38”, “Ala delta” y “Amapola del 66” no podían faltar en una fecha tan importante, ni tampoco los covers de Sumo. En esta ocasión “Banderitas y globos”, “Crua chan”, “El ojo blindado” y “Nextweek”, este último elegido para cerrar la noche, fueron las versiones que eligieron los Ex Sumo para honrar su inolvidable pasado. Antes de la despedida, el virtuoso Diego Arnedo (bajista) descargó toda su furia junto al talentoso baterista Catriel Ciavarella en una especie de zapada que le dio tiempo a Mollo para bajarse del escenario y saludar a cada uno de los fans que estaban en la primera fila, regalando púas y sonrisas por doquier.
Aunque la grilla ofrecía como último show a La Pakita, un proyecto de reggae “fiesta” cuyo show sirvió de After Party y contó con la participación de Manu Chao, el público sabía que Ciro y Los Persas eran la gran atracción de la noche y así fue. El ex cantante de Los Piojos ofreció un set que alternaba canciones de su carrera solista con clásicos de su antigua banda. Con hits como “Me gusta”, “Insisto”, “Antes y después” y “Astros” (elegido para el cierre), hizo cantar a todos los presentes, pero fueron los temas de su era piojosa los que levantaron a la mayor cantidad de público, que no dudó en corear con todas sus fuerzas clásicos y no tan clásicos de la extinta banda. Le dedicó “Canción de Cuna” a su nieto recién nacido y nos ofreció uno de los puntos más altos de la noche al invitar a WOS a interpretar “Pistolas”. El talentoso rapero destacó improvisando sobre la base del tema mientras Ciro interpretaba su parte de la letra y tocaba la armónica. Una fusión tan inesperada como efectiva y memorable.
“Quiero invitar ahora a un joven de pelo teñido” bromeaba Ciro mientras se escuchaba el inconfundible bajo de “Tan Solo” y aparecía en tarima el bajista Miguel Ángel Rodríguez para acompañarlo. Fue sin duda uno de los temas más coreados, pero también hubo voces para “Como Alí” y “El farolito”, esta última fusionada con “El balneario de los doctores crotos” y “Muévelo”, otros de los clásicos piojeros más esperados de la noche.
En un recital cargado de invitados, “Todo pasa”, “Ruleta” y “Los mocosos”, fueron algunos de los temas de Los Piojos que pudimos disfrutar con varios de sus ex miembros en tarima (Ciro, Micky y Dani) y Chucky de Ipola en los teclados. Antes del final, Ciro se tomó el tiempo de leer las banderas que ondeaban entre el público con los nombres de cada provincia y agradecer, allí supimos que hasta de Uruguay hubo representación en esta edición del festival.
La cultura festivalera de Mercedes es ampliamente conocida y convierte al público local en objetivo de cualquier organizador de eventos al aire libre, pero además, la cercanía que tiene la ciudad con otras regiones e incluso con la capital del país, hace que pueda recibir personas provenientes de distintos lugares. Tomando en cuenta que Mastai es una palabra originaria que significa “encuentro de gente de los cuatro puntos cardinales”, es un nombre que define perfectamente lo que ocurrió en esta nueva edición del festival que convocó a más de 30 mil personas. Con una destacable organización, la tercera entrega del festival Mastai celebró una exitosa jornada, demostró ser un evento independiente que crece con cada edición y parece haber encontrado en Mercedes un nuevo hogar.