
A días de presentarse en el Teatro Gran Rex, Tito Nieves vuelve a la Argentina con una promesa clara: una noche de salsa intensa, cargada de historia y emoción. El ícono del género tropical celebrará sus más de 50 años de carrera con un show maratónico, el 21 de agosto, que busca no solo repasar su trayectoria, sino también reencontrarse con un público que lo sigue desde siempre.
En una charla íntima con Billboard Argentina, el cantante puertorriqueño repasó los hitos de su carrera, su mirada sobre la evolución de la música y el fenómeno global que representa hoy la salsa, revitalizada por artistas urbanos como Bad Bunny, Karol G y Rauw Alejandro. Con anécdotas que van desde su colaboración con Maluma hasta los orígenes de su relación con Karol G, Tito deja en claro que el legado de la salsa sigue más vivo que nunca.
Además, reflexiona sobre el paso del tiempo, la tecnología y la importancia de adaptarse sin perder la esencia. Entre recuerdos, risas y admiración por las nuevas generaciones, Tito Nieves se muestra fiel a su estilo: cercano, apasionado y orgulloso de representar a un género que nunca se fue, solo cambió de escenario.

– Falta poco para tu show en Buenos Aires. ¿Qué expectativas tenés para esta visita?
-Esta va a ser como mi quinta vez en Buenos Aires en estos 50 años. Pero para muchos de los muchachos de la orquesta es la primera vez, y la energía se siente, hermano. Vamos con una presentación muy especial: mínimo tres horas de show y más de 30 canciones para disfrutar. Ya hicimos este espectáculo en Puerto Rico, en Chicago, Florida, Nueva York… y siempre con éxito. No espero menos del Teatro Gran Rex el día 21.
– Hace poco estuve en Puerto Rico y me llamó la atención cómo se escucha salsa en la calle. ¿Sentís que está en el ADN puertorriqueño?
-Totalmente. Mucho antes de la salsa, allá ya se escuchaba bomba y plena, ritmos tropicales tradicionales. Pero la salsa lleva más de 100 años sonando fuerte en Puerto Rico. Es parte de nuestra identidad. Ahora todo se ha mundializado con el avance de Bad Bunny.
– Mencionaste a Bad Bunny, ¿cómo ves el fenómeno que representa hoy?
-Lo aplaudo. Es un fenómeno que está trayendo 200 millones de dólares a una isla pequeña como la nuestra. Eso no pasó de un día para otro, lleva más de tres años de planificación. Y lo que logró con su residencia en Puerto Rico es increíble. Vendió 30 conciertos en cuatro horas. ¿Quién hace eso? Él es la voz de la juventud, como lo fueron los Beatles en mi época. Bad Bunny dice lo que esa generación quiere decir. Por eso lo siguen. Es un tipo sabio, muy consciente de lo que hace.
– ¿Lo conociste personalmente?
-No, no tuve el placer. Pero conozco a muchos de su equipo. Me han contado que es un tipo sencillo, fanático de la salsa, muy conectado con su país. Fue de los primeros en donar 100 mil dólares después del huracán María, y siempre está haciendo cosas positivas.
– También tuviste un divertido momento con Karol G. ¿Cómo surgió ese encuentro?
-Fue en los Latin Grammys. Mi hijo Julián me llamó y me dijo: “Papá, Karol G quiere una foto con vos”. Y así nos conocimos. Karol es salsera. Su papá canta salsa. En la fiesta sorpresa que le hicimos en su restaurante, cantó todos mis temas. Ella lleva casi 20 años trabajando, tocando puertas, su familia hipotecó la casa para apoyar su carrera. Por eso es tan cercana a ellos y por eso la admiro.

– Hoy muchos artistas del urbano están volviendo a la salsa. ¿Cómo lo vivís?
-Es hermoso. La salsa nunca murió. Oscar D’León, Gilberto Santa Rosa, Marc Anthony, El Gran Combo… nunca paramos. Lo que pasa es que ahora, con el boom de artistas como Bad Bunny, Rauw Alejandro, Wisin, Farruko, Karol G, se vuelve a visibilizar. Ellos son fanáticos de la salsa. Karol está por sacar un disco completo del género. Es como un renacimiento.
– ¿Te gustaría volver a colaborar con alguno de ellos?
-Ya lo hice con Maluma, Nicky Jam y Tito El Bambino hace más de 18 años. Pero claro, si me invitan, ¡aquí estoy!
– En estos 50 años de carrera, la industria cambió completamente. ¿Cómo viviste esa transformación?
-Me reinventé. Cambió todo: de los discos físicos pasamos al MP3, ahora a las plataformas. Antes tenías que estar físicamente en el estudio; ahora grabo desde mi casa y envío por correo. Me gusta el cambio. Si no te adaptás, te quedás atrás. Como decía mi mamá con los Beatles: “poné esa porquería”. Hoy los jóvenes escuchan a Bad Bunny y dicen lo mismo que yo sentía con ellos. Hay que entender el lenguaje de cada generación.
– ¿Y cómo ves tu presente hoy?
-Agradecido. Con ganas de seguir llevando esta música al mundo. Y feliz de que la salsa siga viva, renovada, y con nuevos artistas que la respetan y la hacen crecer. Porque esto, para nosotros, nunca fue una moda. Es vida. Es cultura. Y sigue latiendo fuerte.