Hace dos años el disco La vida era más corta se empezó a cocinar a fuego lento en el estudio Unísono de Gustavo Cerati. Para esas sesiones el productor santiagueño Santi Alvarado convocó a Cuti Carabajal. La idea era que el folklorista grabara algunos temas que podrían utilizarse para el nuevo proyecto de Milo J, donde también participó el productor Tatool. El joven artista de Morón estaba fanatizado con las canciones de Cuti y Roberto Carabajal. Ese día grabaron varias chacareras. Entre ellas, estaba "El invisible", la composición de Cuti con letra de Nicolás Urquiza, que quedó finalmente en el álbum.
"La primera vez que nos vimos con Milo fue ahí en el estudio de Cerati. Pasamos toda la tarde con él, su madre y amigos. Ahí nació una amistad. Se ve que estaba emocionado y nos preguntó dónde cantábamos ese fin de semana. Nosotros nos íbamos a una peña en Tucumán y se largó para allá. Cuando lo invitamos a cantar, la gente no podía entender qué hacía ahí", dice Carabajal, en diálogo con Billboard Argentina. El cantante y compositor es un histórico referente de la familia Carabajal y gran creador de hits folklóricos como "Cuando me abandone el alma".
El músico santiagueño no es un folklorista cualquiera. Comenzó a cantar a los 12 años y un lustro después fue invitado a participar de la primera formación del grupo Los Carabajal, en los '60, que proyectó las chacareras a todo el país. "Primero hablaron con la familia porque era chico. Ensayábamos en el patio de la casa vieja en pleno verano. Regábamos el patio con el agua sacada de la bomba y cuando amainaba el calor empezábamos a tocar con un entusiasmo bárbaro. Buenos Aires era la meta", recuerda de esos orígenes en La Banda.
La historia de Cuti está inscripta a fuego en la cultura folklórica. Sus chacareras ("Déjame que me vaya", "Aquel tiempo de mi infancia", "Amor en las trincheras", "La pucha con el hombre") no paran de sonar en guitarreadas y en festivales, y lo grabaron desde Mercedes Sosa a Soledad.
"Para mí básicamente fue conectar con una de las leyendas del folklore más grandes que existen y conectar no solamente como artista, sino como amigo también", dice Milo J, desde Madrid, en un alto de su viaje por España, y en la previa de lo que serán sus dos conciertos en el estadio Vélez el 18 y 19 de diciembre.
Ese primer acercamiento en la grabación de La vida era más corta generó una amistad inesperada. "Pasó algo muy lindo con Milo y es que a poco de conocernos se vino a mi cumpleaños en La Banda y me trajo de regalo una remera del Gallito de Morón. Hasta se alquiló una casita en mi barrio y se quedó unos días", dice el Cuti, unas semanas después de lo que fue la presentación con Milo J en el Movistar Arena, donde cantaron juntos "La pucha con el hombre", el tema que compuso junto al poeta Pablo Raúl Trullenque y que se volvió un hit viral: en Spotify la versión original supera las dos millones de reproducciones.
Milo J cuenta que su nueva obra está inspirada en lugares como Atamishqui, Suncho Corral (donde se grabaron los videos y visualizers del disco, a cargo de la productora The Movement), pero sobre todo en la figura de Carabajal, que aparece en el video de "Bajo de la piel". "Para este disco tuve que conectar conmigo más en profundidad por lo que también elegí las raíces folklóricas para dar con ese núcleo en Santiago del Estero, y de la mano del Cuti, que me hizo un tour por toda La Banda", dice sobre ese ritual de iniciación en la mística santiagueña.
Ese recorrido por la tierra de sus ancestros lo movilizó. Del viaje se trajo no sólo un bombo legüero sino todo ese paisaje de algarrobos, monte y atardeceres del Río Dulce. "La verdad es que mi bisabuela de sangre es santiagueña. Entonces, también, era necesario conectar ancestralmente conmigo, con mis familiares. Santiago del Estero es la base de todo este disco como idea, como concepto, como sonido, y el Cuti tiene un nivel de influencia gigante", dice el joven artista, que se volvió un difusor inesperado de la música folklórica entre la generación, y que actuará en el Festival Nacional de Folklore de Cosquín el próximo domingo 1 de febrero de 2026.
Cuti tiene 78 años y Milo, 19. El folklore los unió y es difícil que se vuelvan a separar. En un futuro cercano es posible que compartan gira, o compongan un tema juntos. "Milo conoce perfectamente las métricas del folklore así que podríamos hacer algo", desliza Cuti. Del otro lado del atlántico, el joven se entusiasma con esa relación que forjó con el músico, al que le dice cariñosamente "El tío Cuti": "Poder guitarrear y comer con él, siempre es una oportunidad única. Es el lado premium de la vida".
Radamel, niño estrella

En el último disco de Milo J no solo sorprendieron las colaboraciones con Silvio Rodríguez, Akriila, la recuperación de una grabación de Mercedes Sosa en "Jangadero", o la participación de referentes como Cuti y Roberto Carabajal, sino la presencia de Radamel. Es un artista de 15 años de la localidad de Suncho Corral, a 170 kilómetros de la capital santiagueña, que toma clases de guitarra desde los siete años. Fue elegido entre el casting de chicos para la grabación del video de "Jangadero".
En una pausa del rodaje, el muchacho se puso a cantar unas chacareras y Milo quedó hipnotizado con su voz de monte. Tras esto, lo invitó al Movistar que hizo en agosto con ¡FAlklore!, donde estuvieron Los Manseros Santiagueños, leyendas de su provincia. Ese bautismo en un escenario porteño se coronó con la invitación a grabar a dúo "Zamba para un bohemio guitarrero", que Milo rebautizó como "Radamel". En el disco su voz cruda y silvestre no solo electriza el aire, sino que anuncia el futuro.