Chiara Oliver debutará en Argentina con dos fechas en La Trastienda, los próximos 23 y 24 de agosto. En sus EPs, La Libreta Rosa y La Última Página, la artista española transforma experiencias que en algún momento vivimos todos en canciones íntimas, frescas y honestas con las cuales cualquiera puede sentirse identificado.

En charla con Billboard Argentina, Chiara habla sobre su vínculo con la escritura, el TDAH y su presente artístico.
Lanzaste La Libreta Rosa y La Última Página. ¿Cómo nació la idea de estos EPs y cuál fue la inspiración detrás de esas canciones?
La Libreta Rosa nació por una libreta que tenía en la Academia de Operación Triunfo, el programa que me dio una plataforma como artista y como persona. Ahí escribía todas mis canciones y lo que me pasaba. Cuando salí, vi que a la gente le había resonado esa libreta y pensé que era una forma perfecta de abrir mi carrera, homenajeando a la academia y mostrándome como soy. Sentí que seis canciones no eran suficientes y que tenía que cerrar mi historia, por eso hice La Última Página.
La inspiración detrás de esos EPs fue la vida. Me gusta decir que escribo sobre la mía y la de otros, sobre lo que nos pasa a las personas de mi edad, a chicas como yo.
Reversionaste "Tulipanes" con Pablo López. ¿Cómo surgió ese encuentro artístico?
Es un artista increíble, tan completo, con tantas capas. Fue un sueño y un privilegio colaborar con él y rehacer "Tulipanes" de una forma tan íntima y especial con alguien a quien admiro tanto.
¿Qué significó para vos compartir con un artista con su trayectoria? Además, tienen en común que los dos pasaron por Operación Triunfo.
No hablamos de Operación Triunfo hasta el día de la promo de "Tulipanes". Estábamos en Madrid, almorzando, y salió el tema. Nos miramos como el meme de Spider-Man y fue como "¡Ostras, tú también!". Compartimos experiencias parecidas pero distintas. Pablo estuvo en 2008, yo en 2023. El programa sigue igual y a la vez cambia. Es interesante intercambiar experiencias.
Tenés tu debut en suelo argentino con dos fechas. ¿Qué sensaciones te genera eso?
Ganas e ilusión. Tengo muchas ganas de ir y compartir con mis fans argentinos, que son muchísimos. Desde que salí de la academia, hay gente de Argentina que pone cosas en redes. Nunca imaginé que tan pronto podría conocerles. Es un sueño.
¿Qué significa para vos poder compartir tu música en diferentes ciudades, con gente de otros países?
Para mí es de lo más bonito. La música es uno de los lenguajes más universales, traspasa rutinas, lenguas y estilos de vida. Siento que es el mismo feeling cantarlas en mi habitación o en Buenos Aires. Cada persona la recibe distinto, y eso es muy guay. Me gusta sentir que conecto con cada uno individualmente.
¿Cómo te estás preparando emocional y artísticamente para los shows que tenés programados?
Estoy de gira desde septiembre y lo hago como puedo. Al principio todo era nuevo, yo estaba aterrizando después de la academia. Poco a poco encuentro mi balance y mi forma de hacer las cosas. Hay conciertos que disfruto muchísimo y otros donde no siento que di el 100%. Me gusta ver ese contraste. Sobre Argentina, tengo muchas ganas de ir, darlo todo y disfrutar. Me hablaron muy bien del público, así que tengo mucha ilusión. Me parece precioso conocer gente que está tan lejos pero tan cerca por la música.
¿Qué tan autobiográficas son tus canciones? ¿Te sentís un poco expuesta o lo usás para hacer catarsis?
Es el dilema más grande de mi vida. Escribo para expresarme, retratar la vida, como quien pinta lo que ve. Muchas veces sí son autobiográficas y da miedo, pero también quiero que quien escuche una canción mía diga: "Eso me pasó a mí". Me importa ayudar a alguien a superar un momento como el que retrato en mis canciones. Mi miedo se va cuando pienso que hablo de la vida de otros, no solo de la mía. En La Última Página y La Libreta Rosa se ve todo desde un lugar inocente, juvenil. Me gusta volver a esas canciones y recordar lo que me pasaba. A todos nos rompen el corazón, todos nos enamoramos. Estoy contando cosas que a todos nos pasan.
Hablaste públicamente del TDAH. ¿Cómo lo manejás al momento de trabajar?
Depende del momento. A veces estoy súper bien, otras me afecta más, sobre todo cuando tengo muchas cosas en la cabeza. En la academia lo tenía muy activo, también al principio de la gira o cuando estoy estresada, triste o tensa. Se trata de encontrar el balance. Hay épocas en las que entro en hiperfoco y quiero componer todo el tiempo, y otras en las que paso ocho meses sin escribir. Tener el diagnóstico me ayudó a aceptarme, a entenderme y a no ser tan dura conmigo misma. No lo uso como excusa, pero sí influye. A veces la gente no lo entiende, pero me ayuda a no martirizarme y a recordar que tengo este factor.
¿Qué le dirías a la Chiara que soñaba con todo esto?
Que siga así y sea lo más ella posible. Que disfrute mucho de la música, que es lo más bonito, y que no se distraiga con lo que no importa. La música es lo más importante.