
Oscar Esperanza Palavecino más conocido como Chaqueño Palavecino, es uno de los mayores exponentes del folclore nacional. Está celebrando 40 años de trayectoria y lo cristalizará el próximo sábado 6 de septiembre con un show en el Teatro Gran Rex. En diálogo con Billboard Argentina, promete una presentación que combinará música, historia y mucho sentimiento, con canciones clásicas y homenajes.
El Chaqueño acumula más de 20 discos editados y atraviesa uno de los mejores momentos de su carrera. Hace pocas semanas estrenaron una calle con su nombre en Tartagal. Integró el equipo de Soledad Pastorutti en La Voz Argentina (Telefe). Y formó parte de la primera edición de ¡FAlklore!, el proyecto que encabezan Mex Urtizberea y Milo J.
Más allá del prestigio que cosechó a lo largo de los años, la exposición y difusión de sus canciones, potenciadas por su carisma y presencia escénica, hicieron del Chaqueño un artista que rompe esquemas y llega a diferentes públicos. Por ejemplo, las nuevas generaciones de músicos (hizo "La ley y la trampa" junto a LIT Killah) lo destacan y quieren realizar proyectos en conjunto.
Tus shows son una fiesta popular y ambientas la escenografía con costumbres argentinas. ¿Cómo se te ocurrió que haya un asado arriba del escenario?
(risas) Fue en el Luna Park, y pensando en la escenografía, decían que podía pegar conmigo. Y bueno, un establo, todo lo que es el campo, alfalfa, fierro viejo... Lo mío. Y no ha faltado alguien que dijo: "Acá tiene que haber un asado", y se empezó a hacer un asado crudo, con leños de luces, que ha sido el engaño. Pero al otro lado del Luna, había una panadería donde se estaba haciendo. En un momento se apagaba la luz, lo alcanzaban y se ponía el asado hecho. Después pusieron pan y vino. También vino un loco y puso un horno y le dije: "No, no, no tanto", pero ya hacían las empanadas ahí en el escenario (risas). Es una manera de mostrar lo que es el folclore, que no es solamente cantar y tocar, sino que todo eso es parte, también.
¿Cómo estás preparando el show del Gran Rex?
Tenemos como cuarenta y algo de temas, para más de dos horas. Algunos que no se los puede hacer a un lado y otros que los grabé y no los canté nunca. Me siento cómodo cantando en un teatro. El hecho de venir una vez al año a Buenos Aires, es guardarnos esa fecha para hacer un show, porque a veces no conseguimos los teatros, pero yo me acostumbré a esos espacios. Soy un todoterreno, traigo el festival al teatro. Me gusta caminar por calle Corrientes, es lindo. Yo represento mi lugar, tengo la suerte, el privilegio, el trabajo, de llegar empilchado de gaucho. Me visto de gaucho, voy a la cancha y soy bien recibido, nadie se ríe de mí. Es el criollismo nuestro, hay que estar orgulloso de él.
Si la gente se para y se pone a bailar, ¿está todo bien?
Está todo bien, sí. Yo he sido uno de los que inventé en la zona hacer un pedazo más de escenario para el bailarín. Si yo expreso cantando y el otro tocando, está el que expresa con el cuerpo, ¿cómo no? Todo es una conjugación, por eso el folclore es tan amplio, no es que lo vas a aprender de la noche a la mañana. Eso es la música argentina, es completa, con baile. Yo toco la chacarera y el bailarín sabe que lo va a bailar porque sabe la métrica, de lo que sea.