
Hace tan solo cinco meses, presentaban su disco, La Red, una obra que parecía ser solo el comienzo de un largo camino, pero que, en realidad, marcaría el primer gran paso hacia un destino que se escribió mucho antes de lo que imaginaban. Dos semanas atrás, la banda subía por primera vez al escenario del Quilmes Rock. Entre ambos acontecimientos, los días pasaron volando: varias presentaciones en vivo, desde La Tangente hasta El Emergente, entrevistas en medios nacionales y la sorpresa de consagrarse como los campeones del concurso “Mi Primer Escenario” de Spotify. Sin embargo, detrás de esa rapidez, hay años de preparación. Como ellos mismos dicen en su canción: “No se amarguen, nunca es tarde”.
Todo comenzó en 2022, en un estudio de grabación, cuando un grupo de chicos se encontraron por primera vez, gracias a Jorge Bursky (guitarrista), el "cupido" que unió a estos músicos bajo el nombre de Alter Vú. En los primeros ensayos, la química no estaba a la vista; la primera sesión fue difícil, la segunda un poco más fluida, pero fue en la tercera cuando todo cobró sentido. La banda comenzó a dar sus primeros pasos en vivo, tocando temas ajenos, y lo hizo en su San Isidro natal, antes de cruzar la Panamericana y llevar su música a rincones de la ciudad.
Hoy son seis los miembros del grupo, pero en la redacción se presentan cinco. Al preguntar por la ausencia de su compañero Marcos Reyser (tecladista), Felipe Barrenechea (frontman) responde: “Somos todos estudiantes y trabajadores”. Para ellos, aún es difícil asimilar el título de artistas, aunque el talento que poseen ya les concedió el título. A pesar de sus 20 y pocos años, siguen manteniendo una conexión con lo físico. En cuanto entran a la oficina, van directo a los vinilos. Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band de The Beatles, el disco homónimo de Soda Stereo y The Dark Side of the Moon de Pink Floyd son los primeros en atraerlos. De ahí, nace una charla melómana entre ellos. “Este es el que tengo tatuado”, le dice Sebastián Peeslabory (baterista) a Valentí Benbassat (bajista), refiriéndose al de los Fab Four. La conversación podría durar horas: ¿Es la portada de Sgt. Pepper un funeral simbólico de Paul? ¿Hay conexión entre “Lucy in the Sky with Diamonds” y el LSD? ¿Es verdad que suena un supuesto ensayo del cuarteto de Liverpool en el disco de Gilmour? Un rejunte de datos que dejan expuesta su amor por la música.
Antes de iniciar la grabación, el grupo no tarda en soltar una primicia que despierta expectativas: su tan esperado debut en Vorterix, programado para el 7 de junio. En esa noche, compartirán escenario con El Síndrome de Peter, y tendrán la oportunidad de interpretar una vez más las 11 canciones que componen su primer proyecto. Sin embargo, ante la pregunta de si presentarán algo nuevo en esta ocasión, la respuesta de Tomás Taibo (guitarrista) es clara: "No está en nuestros planes, queremos darle tiempo de maduración al disco. Estamos disfrutando lo que gestamos".

El Quilmes Rock es un escenario que pisaron leyendas como Charly, Spinetta, Cerati y Pappo. ¿Cómo se sintió formar parte de esa experiencia?
Felipe: Yo creo que, además de haber sido parte del Quilmes Rock – que, la verdad, fue una fecha increíble para nosotros y la disfrutamos a pleno -, este año viene siendo bastante distinto. Venimos de lanzar nuestro primer álbum en diciembre, seguido de una gira por la Patagonia, y a partir de ahí empezaron a surgir muchas oportunidades, como esta fecha en el Quilmes.
Estamos transitando el año con mucha carga emocional y creativa, con mucha confianza y, sobre todo, con muchas ganas de que todo lo que está pasando siga creciendo. Queremos estar a la altura, meterle a los ensayos, salir a componer, buscar nuevas fechas. Y en el Quilmes se sintió claramente esa energía: nosotros tratando de entender el momento que estamos viviendo y, al mismo tiempo, viendo cómo lo recibe nuestro público, nuestra gente, los amigos de toda la vida.
Se generó algo muy lindo. Para mí, esa fecha fue de las mejores en todo sentido. El sonido fue increíble y la energía, el ida y vuelta con el público, fue algo realmente hermoso.
¿Se esperaban ganar el concurso "Mi Primer Escenario" de Spotify o fue una sorpresa para ustedes?
Valentín: Participar en el concurso fue como lanzarse con cierta esperanza, como decir "vamos a intentarlo". Sin embargo, de ahí a ganar, personalmente no sabía qué podía pasar. Sabíamos que teníamos mucho apoyo de la gente, realmente muchos seguidores que siempre están al tanto de todo lo que hacemos, y una familia muy importante que nos respalda. Pero que todo se diera de esta manera fue algo completamente inesperado. El proceso fue muy loco, y cuando nos dijeron que habíamos ganado, fue un momento de total sorpresa. Nunca imaginé que llegaríamos tan lejos.
¿Qué significa para ustedes ser un integrante de Alter Vú?
Sebastián: Ser parte de Alter Vú significa tener la oportunidad de compartir un proyecto con amigos, con hermanos, no solo entre nosotros, sino también con toda la gente que queremos y que nos apoya. Es la posibilidad de hacer arte, que es realmente lo más hermoso que una persona puede pedir.
Es crear arte y que ese arte llegue a la gente. Por eso, la verdad es que significa mucho, significa ser un poco más feliz cada día.
¿Es cierto que primero formaron la banda y luego se hicieron amigos?
Jorge: Es verdad, los chicos eran conocidos míos. En 2021 me picó el bicho de querer empezar un proyecto para tocar, simplemente con la idea de disfrutar, con mucha inocencia y sin saber cómo se hacía.
Les escribí a las personas que conocía, que sabía que hacían música, y les propuse armar un proyecto, empezar a ver qué onda. Nos conocimos todos en una sala de ensayo. El primer ensayo fue muy feo, el segundo también, pero ya en el tercero había un poco más de confianza y empezó a andar mejor.
Y bueno, de ahí en adelante, el proyecto fue mutando y transformándose, siempre en algo más lindo, siempre con ganas de crecer, sin perder esa inocencia y ese disfrute característico que tuvo esa primera vez.

¿Qué visión tienen sobre la escena musical emergente en Argentina?
Sebastián: Es algo que, en los últimos años, tuvo un crecimiento bastante sostenido y fuerte. Y que siga así. No es algo que sube como un pico y luego se pincha. La verdad es que es muy lindo porque creo que tiene que ver con la forma de escuchar música, con la digitalización y con tener la música al alcance de la mano, lo que hoy le da la oportunidad a mucha gente que, en otras épocas, no habría tenido la chance de mostrar su arte y darse a conocer.
Realmente creo que es muy positivo que los artistas emergentes tengan estas oportunidades de poder mostrar su arte, tocar en vivo y llegar a más personas, siempre poniendo todo lo que depende de uno para cumplir ese objetivo.
¿Sienten que hay cierta competencia entre las bandas del under?
Valentín: No, la verdad que no lo veo así. Y creo que ninguno de los chicos lo ve de esa forma. De hecho, siento que es todo lo contrario: hay mucho apoyo. Muchas personas, o al menos las bandas amigas que tenemos, se pusieron muy contentas cuando, por ejemplo, se nos dio la oportunidad de tocar en el Quilmes. Y lo mismo nos pasa a nosotros: nos pone muy contentos cuando una banda amiga logra algo que está buenísimo”.
Jorge: Yo siento que no, que es al revés. Siento que hay mucho apoyo. No digo que seamos todos amigos, pero sí existe una colectividad importante y grande que se banca entre sí. También me parece que la escena emergente es muy variada, y algo lindo que tiene el arte es que contagia e inspira. Para nosotros, por ejemplo, es muy habitual salir un viernes o un sábado a la noche a escuchar a una banda en algún lugar. No es lo mismo que ir a bailar con diez mil personas; no tiene esa intimidad que sí te da ver una banda emergente en un bar o en un boliche. Y eso es realmente contagioso, y está buenísimo. Incluso cuando termina el show, podés charlar con quien estuvo tocando, conocerlo, y quizás hacer cosas juntos más adelante. Creo que lo emergente tiene eso que lo hace especial: contagia y conecta.
¿Qué les dirían a quienes piensan que en la música ya está todo dicho y hecho?
Felipe: Yo soy de los que creen que no está todo hecho. Entiendo que, obviamente, hay influencias, ya a esta altura todo está influenciado, pero justamente, la mezcla de nuevos artistas es lo que trae composiciones nuevas. Similares, quizás, pero no iguales. Para mí, no está todo hecho. Además, la composición, para mí, nace de algo muy humano, de una esencia muy natural de cada persona. Y eso, por ende, nunca se repite.
Sebastián: Es parte de eso también: la música está en el aire, y el trabajo de uno es canalizarla, llevarla y darle ese toque individual que justamente la hace particular y única. Hay tanta música como personas hubo en la historia y como personas habrá, así que no tiene mucho sentido decir que ya está todo hecho.
Nota completa (con un bonus track al final):