La leyenda de Viejas Locas, la banda formada en el barrio porteño de Villa Lugano, comienza con su primer disco, publicado en diciembre de 1995. Formada desde finales de la década del 80, en los primeros meses de los 90' consolida su formación clásica: Cristian Pity Álvarez (guitarra y voz), Fabián Fachi Crea (bajo), Sergio Poyo Toloza (guitarra) y Abel Meyer (batería).
En 1995 los Rolling Stones visitaron por primera vez el país y todos los años de espera generaron un fenómeno de ebullición en bandas que los tenían como espejo sonoro y estético. A la vez, el contexto social le anexa una relectura local que, si bien venía de antes, expone al rollinga como personaje central de la escenografía urbana argentina. Y Viejas Locas capitaneó ese "movimiento".
Por supuesto, hay antecedentes. No hay forma de pensar a VL sin el precedente de Pappo y, sobre todo, de Ratones Paranoicos. Del mismo modo, el desarrollo de bandas inspiradas en los Stones, también se nutría de otros nombres como Blues Motel y Heroicos Sobrevivientes. Pero la banda de Pity traspasó el culto convirtiéndose hacia fines del siglo XX en masivos, populares y clásicos del cancionero popular argentino.
Poyo Toloza pocas veces se expresó en público sobre su paso por la banda. En diálogo con Billboard Argentina, describe el momento que transitaban cuando grabaron el primer disco: "Hacía ya cinco años que veníamos tocando juntos, presentándonos en cada lugar donde se nos daba un espacio. Por entonces teníamos un vínculo muy sólido y el necesario espíritu colectivo para llevar adelante un proyecto así. En lo musical, y desde un principio, la conexión se daba entre Pity y yo. Nuestro gusto por los Rolling Stones fue el que marcó el rumbo en esos primeros tiempos, permitiéndonos así, encontrar un norte hacia dónde dirigirnos".
¿Qué lugar ocupás como compositor en Viejas Locas?
Poyo: Siempre actué en función de la banda y de lo que cada canción requería, tanto desde lo autoral como así también con la composición de riffs, líneas melódicas, arreglos de vientos, sólos, etc. Este modo natural de manejarme hizo, por ejemplo, que en el momento de la selección de las canciones para el disco no forzara la inclusión de muchos de mis temas que formaban parte de nuestro repertorio habitual y que tenían una excelente recepción entre el público.
En aquel tiempo estaba muy inmerso en el blues, rhythm and blues y el rock and roll más bien clásico, pero a su vez quería que el disco sonara bien rockero y con un estilo más actual. Así que no me costó limitar mi participación como autor exclusivo a dos canciones que consideré acordes con el espíritu que entendía debía tener este primer disco. "Sacatelo" y "Tirado y enrollado" conviven perfectamente con el resto del álbum y no sólo eso, sino que, desde entonces, se transformaron en dos de las preferidas de nuestro público. Y esta particularidad se mantuvo constante en los discos posteriores, en donde algunas de ellas como "Todo sigue igual" o "Aunque a nadie ya le importe" trascendieron incluso más allá de nuestro incipiente público, tanto a nivel masivo como a consideración de la crítica.

Abel Meyer también dio su testimonio sobre el álbum inaugural: "En todos los niveles veníamos bien ensamblados. Éramos una banda que nos llevábamos muy bien, desde lo personal y en lo musical. Con decirte que, con las regalías de ese primer disco, nos fuimos de vacaciones todos juntos a Brasil. Llegamos en un momento de mucha energía en vivo y eso en el disco está transmitido, los temas están como si estuviéramos tocando en un escenario. El comienzo son tres canciones que forman parte de la espina dorsal de la historia de la banda. En cuanto a lo musical y al crecimiento de Viejas Locas".
"Intoxicado" plantea una postal cotidiana frecuente de la época, como si fuera "La Balsa" de la década del 90. "Nena, me gustas así" directamente describe el pret a rocker del público stone ("Los labios despintados los pelos de la perra sobre el chaleco de corderoy marrón", dice la letra). Y "Lo artesanal" funcionó por grieta, por oposición a lo que no ser.
Poyo Toloza: "Intoxicado", como corte, fue elección de Pelo Aprile (histórico productor discográfico que los fichó en Polygram). No digo que no haya tenido olfato, pero siempre me pareció mejor "Nena, me gustas así". Incluso para el video ya veníamos dándole forma, junto con Nahuel Lerena, al guión gráfico del que queríamos que fuese nuestra entrada a los grandes canales de música. "Lo artesanal", ésa sí que nos parecía no sólo una excelente carta de presentación, sino también toda una declaración de principios.
En una nota publicada el 9 de enero del 2015 en Clarín, firmada por Ezequiel Ruiz, Pity Álvarez declaró respecto a esa grabación: "No me di cuenta de que estaba grabando con uno de los más grandes ingenieros de mesa, Amilcar Gilabert. Es al primero que vi cortar cinta y pegarla con esmalte porque un bombo salió antes. Yo no tenía experiencia, no tocábamos relajados, estábamos nerviosos".

Fachi también habló con este medio para recordar esos primeros años: "Estamos hablando de cuando no existía Internet ni redes sociales. Era todo a pulmón. Volanteábamos en recitales, de eso casi siempre me encargaba yo. Pity tenía un aerosol encima y se encargaba de escrachar todas las paredes de Buenos Aires. También hacíamos calcos para pegar en los timbres de los colectivos. A nuestros amigos directamente les dábamos las planchetas. Esa fue nuestra estrategia para salir del under".
No era convencional que una banda de sus características firme con sello internacional ¿Cómo consiguieron el contrato?
Fachi: En aquel momento estaba el sello Polygram, que después lo compró Universal. Habían hecho una estrategia muy copada, pusieron a un pibe al que le pagaban por ir a ver bandas y sugiriera las que estaban por explotar. Y la verdad es que ese pibe fue un crack. Siempre me olvido el nombre o el apodo, pero gracias al trabajo de él ficharon a 2 Minutos como banda punk, a La Renga como banda grunge y a Viejas Locas como banda de rock and roll. Un capo el loco ese.

¿Qué sintieron cuando tuvieron el disco en la mano?
Fachi: Fue una felicidad total. Me acuerdo de que en esa época acá en Argentina todavía no se fabricaban los discos, ni existían las cajitas, había que mandar a fabricarlo a México. Lo grabamos en abril del 95, y terminó saliendo a la calle en diciembre de ese año, porque tardaba meses en llegar.
Poyo: Recuerdo imborrable el de ver por primera vez nuestras caras en las bateas, leer el nombre de mí banda en las vidrieras de las disquerías, de las grandes, pero también de las de los barrios que aún existían. La compañía obviamente que nos haría entrega de algunos ejemplares (tampoco tantos, eh), pero no obstante eso, quise experimentar lo que había hecho ya tantas y tantas veces con mis artistas preferidos. Así que fui y me compré el CD. "Sí, ése… Ése en el que estoy en la tapa". Confieso que dormí al no haber hecho lo mismo con el cassette, imposible para mí entonces siquiera imaginar su no muy lejana extinción.
Abel: Fue un sueño cumplido. Yo recuerdo haberlo ido a comprarlo a una cadena de discos muy conocida y salir muy, muy contento.
¿Cómo se llevaban con el término rollinga o rock barrial?
Fachi: No nos molestaba. Antes se usaba más el término Stone. Quizás en ese momento no existía tanto el término rolinga como existe ahora. Después, no es que renegábamos, pero no nos cabió tanto que nos encasillen como banda de rock barrial. Era como una categoría menos, medio despectiva. Nunca tuvimos el mote de banda de rock nacional. El público nos entendió enseguida, a la prensa les costó más y por eso nos degradaban un poco, nos catalogaban más como banda barrial que como una banda de rock nacional con todas las letras. Después, a través del tiempo, la música y las canciones salieron por sí solas. 30 años del primer disco y los tres discos de los 90' de Viejas Locas, son bien completos y clásicos de rock nacional, no de rock barrial.