La cantautora cubana Daymi Hernández Souto – Daymi Souto – se encuentra dando pasos sólidos en su música. Desfavorecida por un 2021 difícil, marcado por la pérdida de su abuela y padre con cuatro días de diferencia, presentó dos sencillos. «Perreando hasta el suelo», que surgió de la bronca y el dolor que sentía al no encajar y «Ey», cuyo video representa la división que existe entre el pueblo y el gobierno cubano. «Es un año glorioso y nefasto al mismo tiempo», confiesa.
Souto es un ejemplo de resiliencia: dejar su país de chica hizo que lo que está viviendo actualmente cobre un valor especial. Con estos dos nuevos sencillos afuera, continúa con los pies en la tierra y comparte: «Me emociona poder hacer música. Poner un plato en la mesa a mis hijas y decirles que lo gané haciendo lo que me gusta, con mucho sacrificio».
¿Cómo estás con todo lo que está sucediendo con tu música?
Muy contenta. Este año ha sido muy duro para mí. El año pasado, a pesar de la pandemia, aproveché el encierro para aprender y desarrollarme. Escribí muchos temas, estudié producción y profundicé en el género. A principio de año me faltó mi abuela y mi padre con cuatro días de diferencia por el COVID. Yo estuve ingresada también. Pasaron muchas cosas buenas y no tuve tiempo de pasar mi duelo. Es un año muy raro, estoy feliz por la música y cuando estoy trabajando mucho súper bien, porque desconecto. Pero cuando paras, que no suele pasarme, te toca más. Es un año glorioso y nefasto al mismo tiempo.
Canalizando con música, ¿no?
Sí, de hecho estoy preparando un álbum donde se ve todo esto. Hablo de mis sentimientos, es más personal. Lo estoy preparando con Black Nova y están saliendo cosas muy interesantes. Es complicado porque hay que rasgar ahí, meterse.
¿Te detenés a reflexionar en lo que lograste?
O soy muy atrevida y loca; o me como mucho la cabeza. O me lanzo de una, o estoy días tomando decisiones. Depende de cómo vea las cosas. Con la música, suelo ser mucho más emocional. Me llevo más por mis sensaciones. Compongo de una forma diferente a mis colegas, ellos suelen hacer letras y luego encajarles melodías. Yo me pongo y sacamos acordes para hacer el beat. Estoy llena de audios en el teléfono, tarareando cosas y sacando melodías. Creo que primero es crear un sentimiento y, a raíz de escucharlo y vivirlo, saber de qué quiero hablar. Me gusta que la música vaya surgiendo cuando el sentimiento me guía. No soy tan reflexiva, sino más emotiva.
¿Por qué apostaste por estas canciones?
En «Perreando hasta el suelo» hay un tema detrás que es importante para mí. Tiene que ver con mis hijas, la mayor en particular. La canción tiene muchas ironías para hacer reflexionar. Fui madre joven, a los 21, y me divorcié a los pocos años con dos niñas. No encajaba con mis amigas de siempre porque no tenían hijos y nos veíamos de vez en cuando; y tampoco encajaba con las madres del colegio porque «era provocadora», por ejemplo. Las mujeres pueden ser muy machistas, esto afectaba a mi hija mayor, no la invitaban a cumpleaños, al parque… Entonces les hice una dedicatoria de cómo ellas creen que las veo y cómo ellas me ven a mí. Yo como las amas de casa con rulos y cigarros chismeando todo el día y ellas como una madre incapaz. Eso se refleja en principio. Luego, está el hecho de que yo no tengo nada en contra de ellas. No quiero ser su amiga ni quiero su reconocimiento, pero tampoco que me perjudiquen a mí o mi hija. Busco la forma de hacerles entender que no soy su enemiga. Lo bonito del videoclip es que al final lo entienden y acaban perreando. Con algunas me ha pasado, con otras no, pero ya no intento.
Al fin y al cabo es un mensaje de unión el que das
Exactamente. Supuestamente estamos en un momento de defensa de derechos de las mujeres, tenemos que estar unidas y buscar la igualdad, entonces, ¿de qué hablamos si me vas a juzgar por mi apariencia, edad, o trabajo? Quiero concienciar.
¿Qué otros mensajes te gusta dar?
Soy muy de cosas que van pasando en mi día a día o a amigas mías. «Mi Squirt», por ejemplo, está basada en una amiga. Le ocurría eso con un chico y cuando la dejó quedó destrozada, decía que no iba a conocer a otro hombre que se lo haga. A lo que dije, si otro no sabe, enséñale, o te lo haces tú misma. La fortaleza de uno como persona, en fin.
¿Qué se siente representar a tu país como artista?
Grabé «Ey» en España con un sentido diferente, no nació de forma política. Lo terminé estando en Cuba en un mes catastrófico. A raíz de lo que veía en el país, quería crear algo para que entienda el que lo entienda. De una manera camuflada, no explícita, porque tengo que volver. De hecho, ahora mismo tengo que ir y me da miedo. Entonces, fue mi manera de expresar cómo me sentía en ese momento con respecto a mi tierra. Una manera de decir «Estoy harta». Llevo 20 años fuera, pero 20 años sufriendo porque mi familia está allí. El video no puede subir más porque he quedado como terrorista. Es real, como si estuviera incitando a la gente a bombardear o algo así. Pero esto es como el cine, es una forma de expresarse, es ficción. En un principio, la canción iba del empoderamiento femenino, con el video nació esto del empoderamiento político, de la libertad.
¿Qué te emociona de lo que está por venir?
Me emociona poder hacer música. Poner un plato en la mesa a mis hijas y decirles que lo gané haciendo lo que me gusta, con mucho sacrificio. No quiero ser millonaria, si lo soy, genial, pero mi pretensión es vivir dignamente haciendo lo que me gusta. Tengo muchos temas y estoy decidiendo cuáles voy a sacar y cuáles no. Estoy bastante perdida con cuál sacar porque lo decidimos mi productor y yo, tengo canciones lentas, movidas, arriba, abajo, de otros géneros. Tengo mucho material para sacar por un largo tiempo. Ahora en México haré un showcase donde estrenaré temas nuevos.