
Por Walter Garré
Fotos: Tute Delacroix
Según el diccionario de la Real Academia Española la perseverancia se define como “la firmeza y la constancia de mantenerse en la continuación de lo comenzado, en una actitud o en una opinión”. Como el zapato de cristal a la cenicienta, esta definición le calza perfecta a un Dante Spinetta que supo atravesar una carrera con obstáculos y una industria que muchas veces lo empujó a sumarse a la corriente comercial a cambio de sus valores e ideas, en los que nunca cedió ni transó.
Por lo general, se piensa que los hijos de artistas llegan por influencia, por mamar arte desde pequeños, por contactos o afinidad, pero muy poco se habla del ejemplo que dejan los padres artistas en cuanto a las dificultades de la vida cotidiana y los vaivenes de la carrera. Porque los alquileres, las expensas y las cuentas también se pagan cuando la carrera no anda tan bien. La familia Spinetta tuvo que mudarse muchas veces, Dante se cambió de colegio en varias ocasiones, pero Luis Alberto nunca dudó de su carrera. Y esa influencia explica este presente de Dante: “Algo que me quedó de mis viejos es eso, es justamente jugársela por lo que uno realmente cree, más allá de las dificultades y los obstáculos que vas encontrando. Cuando arrancamos con el rap, fuimos muy criticados. Mis viejos me decían ‘¿Qué te importa lo que digan? Te tiene que chupar un huevo, avanzá. Es tu carrera. ¿Te van a moldear la vida los demás? ¿Al final entonces vas a hacer lo que quieren los demás con tu vida?’. Entonces, creo que si empezás a complacer a los demás y te olvidás de quién sos, es una cagada. Y en cada disco fui reforzando esa búsqueda, ese autoconocimiento, a veces más inspirado, a veces con contradicciones o lo que sea, pero bueno, siento que en este momento estoy en mi mejor momento en el sentido de que son muchos años, más de 30 haciendo música, y encontré como mi spot dentro de la selva. Tengo mi tribu, tengo mi lugar, tengo mi sonido y fueron muchos años buscándolo. Y cuando digo que siempre quise sonar como Mesa Dulce, lo digo de verdad”.
Dante llega a las oficinas de Billboard disfrutando de uno de los mejores años de su carrera: este año editó Mesa Dulce, su obra más anhelada, el sonido al que siempre quiso llegar. Fue celebrado en vivo en el Teatro Ópera donde participaron artistas como Trueno, CA7RIEL y, su hija, Vida Spinetta. Para coronarlo, el 14 de diciembre realizará su último concierto del año en el Gran Rex, una gran Mesa Dulce para amigos y fans.
En este contexto, tomó el desafío de ser el protagonista de nuestro episodio 2 de Billboard Inside.
Juguemos un poco a la máquina del tiempo, viajemos al año 2041. Estás jugando con tus nietos mientras miran un documental titulado “Argentina 2023”. Y llega la pregunta: ¿Abuelo Dante, qué estabas haciendo en el 2023?
Y les voy a decir que estábamos de gira con Mesa Dulce por todos lados. Fue un gran año y también fue un año problemático para nuestro país. Pero recuerdo que hice mi primer teatro Ópera, que gané un par de premios Gardel y que fui feliz junto a mis hijos. Pero falta un tramo del año que me preocupa un poco también por la situación actual económica, social y política de nuestro país. Creo que todos tenemos un poco de vértigo en este momento, así que vamos a ver cómo se termina de desarrollar este capítulo 2023. No lo quiero dar por sentado, pero hasta ahora me trajo cosas muy buenas. El 23 es un número que siempre me gustó. Es más, antes era mi número de la suerte. El 23 nació mi viejo también. Es el número de [Michael] Jordan. Y me acuerdo de que con Emma teníamos los dos el mismo número de la suerte cuando éramos chicos, el 23. Después me di cuenta de que no era el mío y es otro. Ese me lo guardo.
En el año 23 estás cosechando mucho de lo que sembraste…
Sí, totalmente. Haber ganado los Gardel, todas las nominaciones al disco, todo el amor de la gente en todos los shows. Y es un gran momento de la gira. Todas las ciudades a las cuales vamos terminan siendo inolvidables. También el grupo humano que se armó con toda la banda. Es un gran año para mí en lo profesional.
Ya estoy metido también haciendo cosas nuevas en el estudio, que próximamente van a ver la luz. Creo que somos parte de esa resistencia también cultural de hacer música con amor, de hacer música con alma en un mundo que cada vez pareciera más estar basado en cosas superficiales. Y creo que hay que volver a conectar con las cosas que tienen espíritu verdadero.
Quizás ahora el desafío es mucho más grande de lo que fue llegar hasta este disco y hasta este sonido que fuiste construyendo a lo largo de estos años, porque es como el que llega a la cima de la montaña. Bueno, ¿y ahora?
Siempre hay una montaña más alta. Hay que llegar. A lo mejor no llego con el próximo, pero llegaré con el otro. Como decía Fito, “lo importante no es llegar, lo importante es el camino”, disfrutar esos pasos que vas dando, que es disfrutar la vida en sí, porque pasan los años, como te decía. Estamos en un momento muy difícil con el FOMO, con esa especie de ansiedad que está con las redes, de sentir que uno se pierde algo todo el tiempo o que podría estar haciendo esto cuando en realidad está acá. En las relaciones sentimentales es un problema eso, cuando todos están viendo lo que no tienen. Están viendo otra cosa y pensando qué pasa si estuvieran en otro lado, y creo que hay que calmar un poco esa ansiedad y disfrutar donde uno está parado, porque el tiempo pasa, hermano. Yo no me di cuenta de que pasaron 30 años haciendo música, pero pasaron. Y estoy contento, estoy super contento. No reniego de nada y no hubiese hecho nada diferente. Creo que todo me llevó a ser quien soy hoy y estoy conforme con quien soy, con quienes son mis pibes y con la mayoría de los trabajos musicales que hice. Algunas veces, te juro que escucho y pienso que los temas que dejé afuera del disco eran mejores que los que saqué. Y digo ¿por qué? Bueno, en ese momento me apareció eso y ya fue.
Seguimos hablando del camino, las elecciones que tomaste te llevaron a donde estás parado hoy…
Totalmente. Y aparte que realmente sí fueron mis decisiones y me las tengo que bancar. Por suerte, siempre tuve autonomía en mis decisiones artísticas. Nunca nadie me dijo que tenía que hacer. Lo más parecido a eso fue discutir con Emma algo en IKV. La única ley que había en IKV era que, si a alguno de los dos no le gusta algo, no va. Era la única ley que había. Pero eso también fue un buen ejercicio también, justamente de aceptar la visión de otra persona.
Muchos hoy están buscando un video viral, un hit, una canción que explote. Y la verdad es que detrás de la música hay mucho esfuerzo y mucho trabajo. Y en tu caso, sé que tu papá te dijo ¿Ok, te querés dedicar a la música? Bueno, ¿qué tenés que hacer?
Mi viejo todo el tiempo me incentivaba a entender la guitarra, desde poner una guitarra encima o poner guitarristas todo el tiempo en casa, porque escuchaba mucho Hendrix. Mi vieja Santana, mi viejo Hendrix, todo el tiempo, básicamente una vez por día, por lo menos. Los Beatles, obviamente. A mí me copaba la guitarra, pero tenía esa afección por entender las rítmicas de las cosas, de chiquito tocaba y me gustaba la batería.
Hasta que a los 15, más o menos, un día mi viejo puso Hendrix y sentí algo diferente. Escuché algo, me llegó de una manera diferente y me di cuenta de que si afinaba un semitono abajo la guitarra era como lo afinaba Hendrix en algunos temas y eso me cambió todo. Y ahí me volví loco con la guitarra. Y todo lo que me decía mi viejo con la guitarra lo entendí. Ahí me di cuenta de que también tenía eso dentro mío, que no lo iba a poder negar nunca.
La guitarra es todo, es mi amor. Y lo que me preguntabas vos, capaz hay gente que se acerca a la música por el hecho de ser famoso, de ser un personaje del entretenimiento, que también está bien, no lo juzgo, porque cada uno tiene su pasión y su despertar y su camino. Pero muchas veces me preguntan, ¿qué tengo que hacer para estar pegado? Y yo les digo, no tenés que pensar mucho en eso, tenés que ser vos primero, no tenés que sonar a los demás. O sea, te subís a una ola, pero después la ola pasa, fuiste. Entonces subite a donde vos estás ¿qué sos vos? Googleate adentro tuyo, o sea, métete ahí adentro, métete a ver quién sos vos realmente con eso. Y meterte con un instrumento para mí sigue siendo básico en la música, aunque después lo uses poco. Todo el conocimiento es poder. Cuantas más herramientas sepas manejar y recursos tengas, más lejos vas a llegar también en eso. Así que yo les recomiendo eso, agarrá un instrumento. ¿Te gusta cantar? Ponete a estudiar canto fuerte. ¿Te gusta tocar la guitarra? Ponete a estudiar guitarra. Son horas sentados haciendo algo, amigo, no es magia. No es magia, son horas sentado. Igual que un médico que tiene que sentarse a estudiar y estudiar y estudiar. Y después ir mejorando en el camino con cada caso. Bueno, con la música es lo mismo.




En Mesa Dulce tenés dos feats tremendos y nos hacen acordar un poco a vos en esto de seguir por el camino con convicción y no tanto por lo que suena alrededor, es muy natural escucharlos con vos.
Totalmente. Creo que enriquecieron el álbum y también la manera que se dio. Yo cuando estaba haciendo “Sudaka” pensé en Trueno realmente, no pensé en rapearlo yo. Automáticamente, lo escuché a él en ese beat, porque tiene un flow que se adapta. Y ese que tenía un ritmo medio afrobeat, dije: “Trueno la va a partir acá”. Le mandé el track a los 10 minutos, me mandó un audio tipo “perro, la rompemos, olvídate negro”. Y bueno, a los días, estaba en España, lo grabó allá, lo mandó y la partió. Lo mismo Cato, Cato es un musicazo, es multi instrumentista, es un chico súper creativo, vivimos en el mismo barrio los dos, es súper creativo y me pareció que él podía aportar su sexiness a este tema (Gambito) y él iba a romper y la rompió.
Tanto vos como Emma desde IKV tienen la virtud de rodearse de los mejores. Como decías recién, “Sudaka no la pensé cantando yo” te corrés del centro para que esté Trueno. Existe una idea de equipo muy fuerte.
Creo que uno tiene que estar al servicio de la música, de la canción. No voy a poner un solo de guitarra en todas las canciones porque no va. Entonces como productor, hay que estar al servicio de la canción, más allá de lo que uno es capaz de hacer. Algunas veces es hacer menos cosas uno y sumar otro equipo. O sea, yo no toco la batería así como toca mi baterista. Entonces, ¿qué voy a tocar yo? ¿Por ego? No, llamo al mejor, que es Pablo. Lo mismo con Axel Introini en teclados y Matías Méndez en el bajo, son una locura esos pibes. Con ese trío grabé el álbum. Después me quedé laburando yo solo, pero con la música fueron dos días de grabación, dos sesiones de 12 horas seguidas, pedimos una comida increíble y era comer y tocar y nada más. Y después, para los vientos, sí me fui afuera y llamé a Michael B. Nelson, que fue muchos años el arreglador de Prince. Y justo estaba de gira y me pidió que lo banque. Así que lo esperé mes y medio. Y cuando me mandó los vientos, me exploté, porque era todo lo que quería y más.
En las carreras universitarias tradicionales, cuando los alumnos se reciben es como un regalo a los padres. Y pensaba en el regalo que le hiciste vos a tus papás dándole una canción a cada uno. ¿Cuánto hay de curador y cuánto hay de exorcizar un poco el dolor en ese proceso?
“Águila Amarilla” llegó en un momento en que no la podía terminar solo, estaba como muy encima, era muy cercano al fallecimiento de mi padre y Emma se sentó al lado mío en el estudio y terminamos de escribirla juntos y quedó increíble. Y la canción que le hice a mi vieja en Mesa Dulce se llama «Primer Amor», porque las madres son nuestro primer amor, es así. “Primer Amor” fue muy difícil de escribir. Fue la última que terminé para el disco y enfrentarme a esa letra costó un montón, poner eso en palabras. Y también salió del agradecimiento, que es una canción que habla justamente con la misma sensación que hice el disco, de gracias a ella. Gracias a mamá y papá. Porque la verdad es que no me puedo quejar en un mundo tan áspero y desigual, donde hay tanta gente que no tiene nada loco, que labura, que estudió y que no consigue laburo, todo lo que está pasando en el mundo y yo estoy haciendo mi música hace 30 años. Entonces, le doy gracias. Tengo a mis hijos sanos, le doy gracias. Mis papás se fueron ambos jóvenes y eso es una mierda, pero tuve unos papás de la puta madre también, que me enseñaron un montón de cosas, entonces gracias.
Para cerrar, estás grabando música nueva, se viene una Live Session, y el 14 de diciembre cerrás el año en el Gran Rex.
Y para mí tocar ahí es una vuelta increíble de la vida, porque cuando debutamos como IKV, fue junto a Fito Páez en el Gran Rex, presentación de Tercer Mundo. Así que estar ahora haciéndolo solo es una locura y va a ser un show espectacular. Se vienen cosas muy lindas, no solamente el Gran Rex, sino toda la gira que estamos armando. Y plus, ahora va a salir una live session, grabamos con la banda las versiones en vivo de este disco, que quedaron tremendas también, sale pronto. Así que con muchas cositas que van a acompañar al futuro.