“Si tenés una banda de rock y tocás en Argentina, sos afortunado. Cada vez que vamos, es mejor que la vez anterior”, remarca el bajista Robert Levon Been, también conocido por el pseudónimo de Robert Turner, que usó en los dos primeros álbumes de Black Rebel Motorcycle Club. Lo hizo para diferenciarse de su reconocido padre, Michael Been, líder de la banda The Call en los ochentas y noventas. Pero con el correr de los años, su propio grupo –que fundó en 1998 con sus amigos del secundario, Peter Hayes y el exbaterista Nick Jago– se ganó su propio lugar en la escena de San Francisco.
Después de probar y descartar distintos nombres, BRMC adoptó el definitivo en homenaje a los motoqueros que aparecen en la película The Wild One, protagonizada por Marlon Brando en 1953. Quizás, una manera de ser fiel a su rock a lo Tom Petty con tintes garageros, que más allá de algunos matices, se mantuvo como denominador común en todos sus discos, entre ellos Howl (2005), el más exitoso hasta hoy.
El próximo lunes, el trío volverá a pisar escenarios locales por sexta vez, una cifra que pone de relieve la constancia del grupo, que lleva editados siete álbumes de estudio. “Antes le daba mucha más importancia a cómo se hacía la música, pero ahora estoy aprendiendo más el ritual de salir a tocar y estar en contacto con la gente con la que trabajo hace tanto tiempo. Más aún en la actualidad, que cada vez estamos más aislados en las computadoras”, explica Levon Been.
Pasaron tres años desde el último trabajo en estudio de BMRC, que el año pasado publicó Live in Paris. “Vamos a tratar de representarlo lo mejor posible”, reconoce el bajista, que prefiere guardarse el material nuevo que proyectan lanzar este año: “Estamos por grabar un álbum nuevo, así que vamos a mantener esas canciones en secreto durante un tiempo, porque no vaya a ser que mostremos algo y enseguida se filtre en Internet”.
En 2003, BMRC incluyó en su álbum Take Them On, On Your Own el tema US Goverment, con dardos directos al entonces presidente George Bush. Esta vez, Levon Been los dirige hacia Donald Trump, el republicano de moda: “No quisiera alimentar más a los medios con cosas de ese tipo. La prensa lo inventó porque es un tipo jugoso para las noticias, vende más. No creo que sea un líder, sino más bien cuco que no tiene influencia real.”
El ejemplo del precandidato a presidente de Estados Unidos funciona como disparador para una cuestión de ética en el arte: ¿deben los artistas estar comprometidos con una idea política?: “Creo que es importante ser fiel a uno mismo, y si tenés algo para decir, deberías hacerlo. Pero no creo que sea ése el único propósito del arte. Creo que el propósito del arte es reflejar tus sentimientos lo mejor posible. Si tratás de construir una carrera basada en una ideología política, es algo un poco tramposo”.