Las patillas de Elvis, el flequillo de los Beatles, la parka de Liam Gallagher, de Oasis, y los pantalones tiro bajo de Britney Spears fueron tendencia. Desde tiempos inmemorables, la música marcó la agenda de la moda. Mucho antes que existieran los videos virales, las estrellas del pop y del rock dictaban lo que había que usar desde el escenario.
Los Beatles revolucionaron la moda desde su inicios con trajes entallados y corbatas delgadas. Mas tarde, evolucionaron hacia estilos más psicodélicos y coloridos en los años '60.

No obstante, la irrupción de Sex Pistols a finales de los '70, pateó el tablero barriendo con esa tendencia formal. Esta fue reemplazada por elementos como tachas, pantalones rotos y camperas de cuero. La recordada diseñadora británica Vivienne Westwood tuvo un rol clave en el movimiento: su tienda Sex, que fundó con el mánager de los Pistols, Malcolm McLaren, se convirtió en un centro de culto punk. Allí se fabricaban las prendas del grupo, camisetas con frases provocadoras y elementos fetichistas.
Pero luego llegaron los '90 y con ellos, el surgimiento de un estilo que cambiaría la manera de vestir de los británicos para siempre: el britpop. Oasis, como referente del género, impuso las parkas extragrandes, el despeinado y las camperas deportivas. Las calles de Manchester, entonces, se transformaron en las pasarelas de la clase obrera que se sintió identificada con el estilo de los hermanos Gallagher.
En una época en la que aún no existían las redes, y mucho menos los community manager, los fanáticos sin saberlo le dieron vida por primera vez al brandom.

Qué es el brandom
Es que, en definitiva, vestir como tu ídolo es pertenecer a un universo. Lo que antes era una remera de tour o un llavero, hoy se convirtió en una declaración de identidad. Y ahí aparece algo que, en el lenguaje del marketing actual, se llama brandom: cuando una marca (branding) y una comunidad de fanáticos (fandom) se construyen mutuamente. No es solo consumir, es reconocerse en otros.
Cuando un fan usa una parka tipo Liam, un corte despeinado a lo Alex Turner o un look glam a lo Harry Styles, no está simplemente copiando una estética: está diciendo: "Yo soy de este mundo". La moda pasa; la identidad, no.

Un gran ejemplo de construcción de marca, sin dudas, es el logo de Oasis: la tipografía cuadrada, con las letras en blanco y negro, logró una identidad visual de culto.
El sábado 1 de noviembre abrió sus puertas el primer fan store de Oasis en el Alto Palermo. Esto se dio, como antesala de los dos shows que la banda dará el 15 y 16 de noviembre en el estadio River Plate.
En el local se podrá conseguir la colección oficial de merchandising Oasis Live '25. Este incluye indumentaria para hombre, mujer y niños, además de remeras, buzos, camperas, accesorios y mucho más.
El espacio contará también con la cápsula Adidas x Oasis lanzada en junio de este año. Además, remeras exclusivas con artes icónicos de álbumes y singles de la banda, incluyendo "Definitely Maybe", "(What's the Story) Morning Glory?", "Wonderwall", "Supersonic", entre otros.

Oasis también encontró sus herederos en bandas como The Strokes. A principios de los 2000, todos querían emular el look cuidadosamente desaliñado de Julian Casablanca con skinny jeans, converse y remeras con logos de marcas icónicas.
Arctic Monkeys, por su parte, también hizo lo propio con su frontman. Alex Turner impuso el estilo rockabilly, algo de lo que también se nutrió el más contemporáneo Harry Styles.
Es que en definitiva, vestir como tu ídolo es pertenecer a un universo. Lo que antes era mero merchandising se ha convertido en cápsulas de estilo, que además de ser cool, tienen el plus de reflejar una pasión.