Puede que no sea el álbum más destacado de Soda Stereo, pero sin duda es clave en su discografía y en el imaginario de la cultura pop en Argentina. Se metió en todos los hogares y radios FM -que apenas comenzaban su gran despegue-, impactando en los adolescentes y causando curiosidad y dudas -se lo tildaba de frívolos, de grupo de plástico- en los adultos del universo rock. Los 40 años de Nada Personal, publicado el 21 de noviembre de 1985, ponen en revisión todo esto y más.
"Comunicación sin emoción. Una voz en off, con expresión deforme". "Nada Personal" abre y le da nombra al disco con una declaración futurista. Si no fuera porque fue publicada en 1985, parecería que Gustavo Cerati la hubiera escrito pensando en una IA o tecnología similar con la que convivimos permanentemente cuatro décadas después de su edición. Comienza con un riff penetrante y tiene un estribillo muy fácil de aprender. Automáticamente la cantó todo el mundo, incluyendo a aquellas personas que no confiaban en la credibilidad de la banda.
El periodista y editor Roque Di Pietro, en su libro Esta noche toca Charly, un viaje por los recitales de Charly García entre 1956 y 1993, escribe sobre el músico refiriéndose a Gustavo Cerati: "Vale la pena recordar lo que García le dijo luego de su primer disco con Soda Stereo: ¿Queres hacer un hit? Hacé un tema que diga: 'Oh oh oh'". La anécdota la recordó el propio Charly cuando lo entrevistaron a la salida del velatorio del líder de Soda: "Y Gustavo lo hizo", remató entre risas.
En declaraciones para Billboard Argentina, Zeta Bosio, bajista del grupo, cuenta: "En la época de la Facultad, cuando todavía estábamos poniéndole nombre a la banda y empezamos a componer, Gustavo me dijo que se había dado cuenta no sólo de las onomatopeyas, sino que también descubrió que las esdrújulas tenían el mismo efecto, porque como tienen muchas sílabas, te permiten separarlas como en onomatopeyas. Fijate que las letras de Gustavo empezaron a tener muchas esdrújulas. Así que no creo que haya sido Charly… Se deformó un poco la leyenda, me parece más una cosa de la cabeza de Gustavo".
El segundo single del álbum, cuya letra describe goce, deseo y fantasía, fue "Juegos de seducción". Zeta relata que la venían tocando desde la primera época, cuando se llamaba "Trae Cola".
En una entrevista a pocos días de la salida del disco, que el grupo hizo con Fabián Loyato y Alejandro Pujalte en el programa Este es nuestro rock en Radio Nacional, Cerati decía esto: "'Juegos de seducción' creo que, quizás, es el mejor tema del disco, el más logrado. Me gusta mucho la letra, creo que tiene una dirección sensual o sexual bastante evidente; sin embargo, en un momento cae en lo burdo. Me resulta atractivo, es al que más le presto atención a la letra. Por otro lado, la cadencia melódica que tiene, me parece muy linda".
Otro que fue un hitazo es "Cuando pase el temblor". Lo llamativo estuvo en lo poco habitual para el momento, de confluir conceptos del folklore argentino con estructuras pop. La guitarra induce una especie de carnavalito reggae, los teclados simulan vientos como si fueran sikus.
El disco se transforma en un todo con un puñado de canciones también reconocibles. "Danza rota", "Estoy azulado", "El cuerpo del delito", "Imágenes retro" y "Ecos", todas fundamentales en el armado total de un sonido y un concepto que hizo de la segunda producción de la banda, el material que le abrió puertas para allanar el camino a la conquista de Latinoamérica.

"Quizás el sonido un poco más internacional le haya facilitado la entrada, además de tener una estructura más avanzada que en la primera etapa. Estábamos con Alberto Ohanian, nuestro manager, que creía mucho en las posibilidades que tenía la banda a nivel latinoamericano. Además, tenía contactos. Así que, si bien el sonido nos dio confianza y seguridad, eso influyó también, no es solamente el disco", recuerda Zeta.
Entre el período de exposición de su disco debut y la construcción de su sucesor, Soda cambia de agencia de representación y comienzan a trabajar con Ohanian. En diálogo con Billboard Argentina, el manager recuerda: "Me iba enamorando del grupo. Las reuniones de trabajo eran asado mediante, ellos tres, yo y la parrilla. Con Soda me pasó que más allá del talento artístico, fue total la dedicación a su carrera. No tuve un 'no' en ninguna de las locas propuestas que se fueron dando. Eso también tuvo mucho que ver con su éxito, porque tomaron todo como parte de la profesión. Eran muy chicos, pero con mucha voluntad de trabajar. Eso también bañó Nada Personal y todo lo que sucedió".

Zeta: Tocábamos mucho, y eso tuvo mucha incidencia en Nada Personal. Todavía vivíamos con nuestros padres y decidimos irnos juntos a una quinta a preparar el disco, pero finalmente lo que hacíamos era ir a tocar y volver a dormir allí. Tuvimos muy poco tiempo de ensayos, todo fue muy vertiginoso".
Mientras vivían juntos en la quinta de Parque Leloir, comenzó la lucha con CBS –la compañía discográfica- por la grabación del disco.
Ohanian: Me trataron como el orto, porque no le tenían fe al grupo. Me asignaron, suponete, seis mil dólares para la grabación y mezcla, y únicamente se podía grabar en horarios discontinuos en sus estudios. Me negué, me había tocado inaugurar con Spinetta para Los niños escriben en el cielo un estudio de Carlos Piris, Moebio. Pagué la grabación, no me arrepiento en toda mi vida, el estudio cerrado, 10 días completos, las 24 horas. Costó cuarenta mil dólares. Llevé colchones para que durmieran ahí.
Zeta: Sin estar tan maduros, sentíamos que teníamos un proyecto más concreto. También sabíamos un poco más lo que queríamos y experimentamos en el estudio, lo cual se evidenció en el sonido final.
Mariano López fue el ingeniero de grabación, que según relata Zeta, fue quien les abrió las puertas para lograr ese sonido que buscaban, incluso fabricando ellos mismos las cámaras de reverberación que querían. En ese sentido, Charly Alberti destacó el trabajo artesanal en una entrevista con Bebe Sanzo para FM 100, donde dijo: "La batería de Nada Personal la grabé casco por casco, no toqué todo junto. Primero tocaba el tambor, después el bombo, después el hit hat, después los tones. Una toma por cada cuerpo".

Nada Personal tuvo a Fabián Zorrito Quintiero y Gonzo Palacios como músicos invitados. Se presentó en el estadio de Obras, que por esos días, era la catedral del rock: "Fue muy especial, Obras era lo máximo. Sentimos que ya habíamos llegado a lo más alto (risas) y no estábamos ni en la mitad", recuerda Zeta.
Ohanian: Nada Personal fue mi base para meterme en otro mercado. Cuando viajé por primera vez a Latinoamérica, había vendido dos estadios llenos con Piero en Ecuador. Ahí fue la decisión de exportar y los Soda colaboraron en todo. Parecía un corredor con valija que iba vendiendo cacharros de cocina, recorriendo las sedes de la CBS. Sufrí humillaciones, no me daban bola, el rock en castellano no podía entrar. Salvo en Chile que prendió más rápido y pude meterlos por dos mangos en el festival de Viña del Mar.
Pero en Perú, el presidente de la CBS, mientras le mostraba entusiasmado el video de Obras, firmaba cheques. En Puerto Rico me dijeron: "Esto no va a andar", y dije gracias, es la cábala mía. Luego hicimos una gira de promoción por toda Latinoamérica, llevé también al Zorrito y nos fuimos los cinco como luchadores, tocando gratis, haciendo grupo soporte de cualquiera, lo que fuera.
Agradecimientos: Walter Brizuela (Walsoda) y Juanjo Raffin por los escaneos de las imágenes extraídas de las revistas Star Poster y Toco y Canto.