
J Balvin volvió a las bases. Con el lanzamiento de su nuevo mixtape, el artista colombiano se despoja de las exigencias conceptuales de un álbum tradicional para reencontrarse con el deseo más puro: compartir canciones que ama sin filtros ni estructuras. Anunciado apenas cuatro días antes de su salida, durante su presentación en la final del Mundial de Clubes en Estados Unidos, el proyecto sorprende por su frescura, su tono nostálgico y su homenaje a la vieja escuela del reggaetón.
En diálogo con Billboard Argentina, J Balvin repasó los orígenes del mixtape, el espíritu libre que lo impulsó y las historias personales que se cuelan entre las pistas. Desde «Río», una canción íntima que retrata su vida familiar, hasta «Misterio», una colaboración inesperada con el maestro Gilberto Santa Rosa, cada track funciona como una ventana a distintas etapas emocionales y musicales del artista. El resultado es un recorrido sin mapas, sincero y lleno de texturas que cruzan la salsa con la música urbana.

Durante la charla, también hubo lugar para hablar de su vínculo con Argentina —país de donde es su esposa Valentina Ferrer—, sus costumbres adoptadas y su amor por el rock nacional. Con una mirada agradecida y una agenda que promete su regreso en 2026, J Balvin se muestra en su versión más auténtica: relajado, nostálgico y con ganas de seguir explorando los géneros que marcaron su historia.
¿Cómo viviste el lanzamiento del mixtape? ¿Cómo fue la recepción del público?
Súper bien, la verdad. Al ser un mixtape, no era como lanzar un álbum tradicional con toda la previa, la expectativa y la bulla. Lo anunciamos apenas cuatro días antes de salir, durante la final del Mundial de Clubes en Estados Unidos. Fue una acogida muy bonita, porque era música que en lo personal me encanta y no quería dejar guardada. Justamente eso es un mixtape para mí: una recopilación de canciones que te gustan, sin necesidad de un hilo conductor. No teníamos que quedarnos encerrados en el estudio buscando un concepto. Fue simplemente liberar esas canciones.
¿Sentiste que fue también un regreso a tus raíces?
Sí, un regreso a cuando me enamoré del género. La estética visual, los videoclips, todo. Grabamos con las mismas cámaras, luces y looks que usaban los artistas de reggaetón en ese momento. Fue un homenaje a ese primer contacto con el reggaetón, a ese fuego inicial.
Entre todas, hay dos canciones que se destacan: “Salsa”, con Gilberto Santa Rosa, y “Río”, que parece muy personal y en el video aparecen imágenes caseras de tu familia…
Total. Cada canción tenía algo que me movía. «Río« tiene un gran valor emocional porque habla de mi vida personal, de mi experiencia como padre y de la familia que tengo hoy. El video muestra imágenes de mi esposa, que es argentina, de nuestra vida juntos. Y «Misterio», con Gilberto, fue algo mágico. Originalmente era un reggaetón, pero cuando escuchamos el coro dijimos: «Esto pide salsa». Éramos cuatro en el estudio y los cuatro pensamos en Gilberto. Fue como si la canción lo estuviera gritando. Para mí, él siempre fue un referente de la salsa, uno de mis favoritos de toda la vida.
Y ahora la presentan juntos en el show de Jimmy Fallon…
Sí, este jueves. Es un momento especial para mí, poder llevar una fusión entre la música urbana y la salsa a un escenario tan global. Hacía muchos años que no se escuchaba salsa en Jimmy Fallon, así que compartir ese momento con uno de mis ídolos, en un espacio tan importante, es un verdadero honor.
Hablás mucho de tu familia argentina. ¿Qué costumbres adoptaste?
¡Varias! Pero la más fuerte es el mate. Mi mujer toma mate todos los días al levantarse. Es su ritual sagrado. Yo siempre digo: le pido a Dios que nunca se acabe el mate, porque si no, las mañanas serían una guerra (risas). Me encanta la cultura argentina. Cada vez que voy a Carlos Paz, a Córdoba, me siento en casa. La vida en el campo, los asados, la tranquilidad, una guitarra, el mate… Es algo que amo profundamente.
¿Escuchás música argentina? ¿Algún artista que te haya marcado?
Desde chico fui muy fan del rock argentino. Escuchaba a Fito Páez, a Soda Stereo, Mercedes Sosa, Los Pericos, Vilma Palma e Vampiros, Los Enanitos Verdes… Mi primer concierto fue de ellos. Y siempre fui muy fan de Illya Kuryaki & The Valderramas su sonido, sus visuales, todo. Su propuesta me parecía brutal.
Justamente, en 2018 compartiste escenario con el Marciano Cantero de Enanitos Verdes y con Bad Bunny. ¿Qué recordás de ese momento?
Fue muy especial. Estábamos en el estudio con Benito y queríamos una banda de rock en español que representara nuestra infancia, y automáticamente pensamos en ellos. Llamamos a Marciano por FaceTime, le contamos nuestra idea y le mandamos la canción. Su hijo, que es muy fan de nosotros dos, ayudó a convencerlo. Finalmente, la presentamos en vivo en Dallas y fue un momento icónico, los dos en el escenario con una leyenda.
¿Hay algún artista argentino con el que te gustaría colaborar hoy?
Sí, sin duda. Me gustaría mucho trabajar con Ke Personajes. Y también volver a grabar con Trueno, que es una persona a la que admiro profundamente. Tiene una energía increíble, y respeto mucho lo que ha construido con su equipo. Y Milo J también está en mi radar: me parece brutal, tiene una propuesta artística muy poderosa.
¿Tenés planes de venir a Argentina próximamente?
Sí, absolutamente. El año que viene seguro. Ya es hora de volver, de sentirme otra vez en casa. Amo Argentina y tengo muchas ganas de regresar.