
Ozzy Osbourne murió este martes a los 76 años. La noticia fue confirmada por su familia a través de un comunicado difundido por Sky News y replicado por agencias internacionales: “Con una tristeza indescriptible, tenemos que informar que nuestro querido Ozzy Osbourne falleció esta mañana. Estaba con su familia y rodeado de mucho cariño”.
La muerte del vocalista llega pocas semanas después de su última presentación en vivo junto a los miembros originales de Black Sabbath. El 5 de julio, en el estadio Villa Park de Birmingham, volvió a escena acompañado por Geezer Butler, Tony Iommi y Bill Ward. Durante ese breve set de cinco canciones -parte de un concierto benéfico titulado Back to the Beginning– el músico se despidió del escenario con una promesa: no volvería a tocar en vivo, debido al deterioro de su salud.
Desde 2020, Osbourne había hablado públicamente sobre su diagnóstico de párkinson. Aun así, decidió participar del show en su ciudad natal, un gesto cargado de simbolismo para quienes lo acompañaron desde los inicios de su carrera.
Nacido como John Michael Osbourne en 1948 en Birmingham, dejó la escuela a los 15 años y trabajó como obrero, plomero y empleado en un matadero antes de encontrar en la música una vía de escape. Su figura se consolidó en los años setenta como vocalista de Black Sabbath, grupo pionero del heavy metal, y más tarde como solista en una trayectoria marcada por excesos, controversias y reinvenciones.