Por Antonella Lopreato y Julián Mastrángelo
Desde que comenzó su recorrido musical, Juku Ares fue tomando lugar como un compositor cuya sensibilidad lírica lo posicionó en un lugar de privilegio dentro de la escena independiente. Siete discos y múltiples producciones a su nombre dan cuenta de una trayectoria, sin prisa pero sin pausa, construida desde la coherencia artística. Sin embargo, con SITCOM, su tercer álbum como solista, el cantante no solo decide cambiar de género, sino que explora el pop asumiendo el riesgo que muchas veces espanta a quienes vienen del folk rock o la canción con sesgo más alternativo.
El título es un concepto que atraviesa el disco con el mismo mecanismo que esas series de televisión que durante décadas mostraron relatos cotidianos en apenas 20 minutos: simples, directos, con un humor ácido que siempre esconde una verdad. Así, el disco se presenta como un compendio de historias personales, a veces amargas, un poco nostálgicas, siempre auténticas, que dialogan con un sonido que respira pop en su forma más pura.
La programación, los samplers y los sintetizadores toman el protagonismo, relegando a un segundo plano la estética sonora que hasta entonces definía la producción de Ares, donde la guitarra eléctrica y los arreglos acústicos acaparaban los aplausos. Esta transformación responde a una búsqueda consciente por desprenderse de lo previo y abrirse camino hacia un territorio en el que la claridad compositiva se erige como el eje fundamental. Los estribillos, firma indeleble del artista, elevan relatos sobre desamor, pérdidas y broncas que no requieren de metáforas rebuscadas para resultar poderosos. En la sencillez reside la fuerza del disco: la crudeza del relato cotidiano que sucede detrás de las pantallas y los sets televisivos.
En la previa de su show del 14 de agosto en The Roxy Live, Juku pasó por las oficinas de Billboard Argentina y habló sobre el origen, las decisiones y las emociones detrás de algunas de las canciones que integran su nuevo álbum.
TE BUSQUÉ!
La hice en Chapadmalal, en la playa. Fue más por el ocio que por otra cosa. A mí las ideas me bajan cuando no estoy haciendo nada, cuando la cabeza está en blanco. Si estoy como ahora, pensando en los shows, en la banda, en toda la data... no se me ocurre ni media canción. Pero cuando estoy al pedo, aparece la información.
Empecé a jugar con eso de "Te busqué en la playa de Chapadmalal". Iba nombrando lugares reales de ahí, como si la estuviera buscando en todos lados. Ese fue el chiste inicial de la canción. Estaba con El Chacal y otros amigos de Chapa, y empezamos a armarla desde esa idea medio lúdica.
Después reescribí la letra y quedó esta versión, que me gusta mucho, sobre todo por el concepto: buscar, buscar, buscar. Primero la busca en la cama, después en el placard, después en la cocina, en el auto, en un bar, en un restorán... y ya después la está buscando en el Centro de Salud Mental, en la comisaría. Me copaba esa idea de que la búsqueda se descontrole, que fuera escalando cada vez más.
TONTOS
Creo que es uno de los temas más accesibles del disco, en el sentido de que tiene ciertos parámetros compositivos que la gente ya conoce y acepta. Por lo menos eso es lo que estoy sintiendo ahora con las devoluciones que me llegan. Muchos me dicen que es su tema favorito, y a mí también me gusta mucho, sobre todo el estribillo.
Es un poco eso que se dice ahora de "hacer el duelo dentro de la relación". Yo la escribí sabiendo lo que iba a sentir después. Fue como cantarlo antes de que pasara. Una vomitada emocional. La compuse en diez minutos y la guardé. Quedó en el cajón un tiempo hasta que, charlando con los productores sobre qué temas incluir en el disco, la retomamos. Me dijeron: "Este está buenísimo", y ahí yo también la redescubrí.
—¿Te pasa seguido eso de reencontrarte con cosas que habías dejado pasar?
Sí, por suerte tengo el skill de poder maquetar en casa. Me grabo aunque sea con el micrófono de la compu, pero ya le doy una forma. No es solo un audio de voz con guitarra. Así, cuando las vuelvo a escuchar, entiendo mejor por dónde venían. A veces me sorprenden para bien, y otras no tanto. Escuchás una carpeta vieja y decís "¿qué es esto?". Pero está buenísimo hacer ese ejercicio. Siempre algo queda.
CALAMUCHITA
Es una de las canciones que más me gustan del disco, aunque probablemente no sea de las más escuchadas. No fue single ni focus track, está medio escondida, pero tiene una historia fuerte detrás.
La compuse durante un viaje que hice con una ex y toda su familia a Brasil. Yo era el único que no era parte del clan: veinticinco personas, todas ellas familia, y yo ahí. El primer día, todo bien -Brasil, playa, todo lindo-, pero ya el segundo empezó a pesar la convivencia con gente que acababa de conocer. Para el tercer día estaba diciendo: "Esto se está haciendo difícil". Todos me tiraban buena onda, pero era como pagar un derecho de piso. Encima había uno que me despertaba a los gritos a las siete de la mañana. Ya no lo aguantaba más.
Un día encontré una guitarra bastante hecha mierda dentro de un placard. Como no me había llevado la mía, fue una salvación. Con esa guitarra, la compu, el micrófono integrado y el Ableton, me puse a maquetar lo que después sería "Calamuchita". Fue una especie de refugio. Hablaba un poco de lo que me pasaba con ella, pero también de toda esa incomodidad general. Fue una forma de zafar.
COSTANERA ft. Paz Carrara
Qué voz tiene ella. Es lo primero que se me viene a la cabeza. Yo ya tenía toda la estructura de la canción armada: estrofa, estribillo... pero me faltaba la segunda estrofa, así que le dije que la escribiera ella. Vino al estudio, se sentó, me pidió un rato y boom, apareció con la melodía y su parte escrita ahí mismo.
Lo increíble es que no tuvimos que hacerle nada. Estamos acostumbrados a afinar, editar, ajustar detalles en posproducción... pero en este caso no tocamos ni una nota. Hizo una toma, dos como mucho, y eso fue lo que quedó. No hay edición, ni afinación. Lo que se escucha es exactamente lo que cantó en ese momento, y es alucinante. Es algo que no se ve mucho hoy en día, lamentablemente.
Fue medio como que la afané. Le mandé la canción, le encantó y vino. A partir de ahí nació una relación de amistad. Antes ni nos cruzábamos. Viste que a veces te escribís con alguien para hacer algo y queda en la nada. Pero esta vez sucedió, y le estoy súper agradecido.
DICCIONARIO
Es la canción más profunda de todas. Literalmente, habla sobre una separación. Contiene muchas cosas que me digo a mí mismo, cuestiones internas que sólo yo sé por qué están ahí… Y ella también lo sabe. Pero lo lindo es que cada quien puede resignificar la canción desde su propia experiencia.
Es un tema tan cargado para mí que, mientras grababa la voz, tuve que parar un momento. La emoción era demasiado intensa, revivir algo que me atravesó profundamente. Por eso no suelo escucharla seguido; sé que si la pongo, me transporta a ese lugar complicado. Es como una foto: te gusta tenerla, te emociona mirarla, pero no quieres verla todos los días.
Es la más íntima, la más dolorosa. Es una verdadera patada en el pecho.
—¿Y pensás incluirla en el show?
Todavía no lo sé. Si la toco, va a ser la frutilla del postre. Falta menos de un mes para el show, así que voy a ver cómo se va desenvolviendo todo, no solo con "DICCIONARIO", sino con cada tema del disco. Además, estoy evaluando qué canciones anteriores van a sobrevivir en el vivo y cuáles funcionan con la banda nueva que armé. A veces pasa que tocás un tema y es espectacular, y otros no terminan de conectar. Hay que hacer ese filtro.