
Olivia Wald, ganadora del Premio Gardel 2025 a Mejor Nuevo Artista, celebrará este hito con su primer show en el Teatro Vorterix. La cita es el 19 de septiembre y promete ser mucho más que un concierto: una noche transformadora donde la música, la emoción y la verdad se entrelazan en un mismo latido.
“De tanto caer me elevo” es la frase que guía esta presentación en vivo. Una puesta íntima, cruda y luminosa en la que Olivia se entrega por completo, recorriendo las canciones de Cuerpo, su disco debut. Un álbum que, lejos de buscar fórmulas, fusiona géneros como soft rock, soul, R&B y trap con una sensibilidad única, para hablar de lo que a veces cuesta decir: el dolor, la resiliencia, la ansiedad, el deseo de sanar.

Aún procesando lo que vivió en la entrega de los Premios Gardel, Olivia dice que no se lo esperaba. Y no lo dice por falsa modestia. “Era mi primera nominación. Sentía que era parte de un proceso, como si primero venía la nominación, después una siguiente etapa, y recién ahí, quizás, ganar”. Sin embargo, se lo llevó. Y no le esquiva al mérito: “Hice un trabajazo para llegar ahí. No tengo el síndrome del impostor. Fue una sorpresa, sí, pero también sé que me lo gané. Fue un reconocimiento a la constancia y al esfuerzo de muchos años”.
Este debut en Vorterix es más que un recital: es un rito colectivo para habitar la emoción sin vergüenza. En un vivo con Billboard Argentina, Wald habló con honestidad sobre su presente artístico, su consagración en los Premios Gardel y el detrás de sus canciones más personales. Sin filtro y con guitarra en mano, reflexionó sobre el impacto de “Cuerpo”, la exposición pública, su vínculo con los fans y el recorrido que la llevó a convertirse en una de las voces más potentes del nuevo pop argentino.
Durante el vivo, Olivia cantó “Cuerpo”, una de sus canciones más intensas, que escribió sola, en su casa, atravesada por la angustia. “Nunca deja de doler”, dijo después de interpretarla. La letra habla de culpa, ansiedad, decisiones difíciles y de cómo, a veces, el cuerpo habla antes que la mente. “Aunque no quise dejarte, mi cuerpo no quiso esperarte”, repite una y otra vez. Lo escribió desde el dolor, pero también desde la lucidez: “Sabía que iba a estar mejor, pero me costaba atravesarlo. Y escribir fue parte de eso”.
La conversación también giró hacia su relación actual con Lucía Maidana. Desde que blanquearon públicamente su vínculo, ambas sienten que están en todos lados. “No nos afecta como pareja, pero sí estamos mucho más expuestas. Por suerte, las notas que salieron fueron muy lindas. Igual, si van a hablar de nosotras, está bueno que sea desde nuestra voz. Por eso fuimos a tantas entrevistas juntas”.
Entre confesiones, bromas internas con sus fans y momentos de emoción genuina, Olivia dejó claro que está viviendo un momento bisagra. Se ríe, se contradice, se emociona, improvisa. Se permite no estar bien todo el tiempo, pero también se celebra. Sabe que no fue casual haber llegado hasta acá, y que cada paso que dio —incluso los más torcidos— la llevaron directo a donde está: frente a miles de personas que la escuchan y le agradecen por poner en palabras lo que muchos no se animan. Porque aunque no quiso dejarse caer, su cuerpo la empujó a cantar. Y ahí está. De pie.