
Los crossovers de Big One se han consolidado como uno de los fenómenos más virales de la escena urbana latina actual. Cada lanzamiento parte de una fusión inesperada —como María Becerra con Trueno, o Tiago PZK con La Joaqui— que rompe las barreras del mainstream y enciende las redes sociales con millones de reproducciones en tiempo récord. Más que simples colaboraciones, los crossovers de Big One son un sello de identidad que redefine cómo se consumen y se viralizan los hits.
El «Crossover #9» tiene un junte inesperado ya que por primera vez se sumó un artista internacional: en esta creación coinciden Paulo Londra y Wisin.
La leyenda del reggaetón y exintegrante del icónico dúo Wisin & Yandel, es uno de los pioneros del género urbano en Latinoamérica. Con una carrera de más de dos décadas, ha dejado una huella imborrable en la música con su estilo potente, su voz inconfundible y una energía arrolladora que se mantiene intacta en cada escenario. Además de sus éxitos como solista y en dúo, ha sido productor de grandes artistas y colaborador clave en hits que definieron el reggaetón moderno.

El cordobés, referente de la nueva generación argentina, revolucionó la escena urbana con un estilo fresco, lírico y alejado de los clichés del trap. Desde su irrupción con canciones como “Adán y Eva” o “Nena maldición”, construyó una identidad propia, combinando rap, pop y sensibilidad melódica.
La unión en este «Crossover #9» representa un puente generacional y estilístico entre dos mundos que, lejos de chocar, se potencian. El fuego clásico del reggaetón puertorriqueño se fusiona con la frescura introspectiva del cordobés, generando una colaboración inesperada pero explosiva. Este cruce de caminos confirma el poder del proyecto Big One para unir figuras icónicas y actuales, llevando el movimiento urbano a nuevas dimensiones.
Billboard Argentina fue parte del rodaje del correspondiente videoclip y tuvo un mano a mano con los tres protagonistas. «Unimos fuerzas. Trajimos a Puerto Rico a Argentina o llevamos a Argentina a Puerto Rico. Lo hicimos», dijo entusiasmado Wisin que llegó pocas horas antes de comenzar con la grabación fílmica.
«Un viaje largo, pero valió la pena. Soy un soñador y siempre que vengo a sitios como este, vengo con unas expectativas muy altas. Ellos han sobrepasado mis expectativas. La gente tan bonita, la vibra, la energía que se siente en el proyecto. Creo que eso es importante y estoy feliz aprendiendo. Como lo he dicho antes, tengo dos nuevos amigos, será el comienzo de grandes proyectos», agregó el puertorriqueño.
Paulo, por su parte, estuvo disfrutando cada momento que pasó junto al histórico reggaetonero: «Es un lujo, sueño hecho realidad, meta tachada, cartita de Papá Noel, regalo de los Reyes Magos. Para mí, un lujo, se lo dije. Me ayuda un montón ver el hambre que tiene. La dedicación que tiene a su trabajo me hace ajustar las tuercas a mí».
«Son dos artistas que, además de ser amigos, yo consumo. Yo escucho a Wisin, escucho a Paulo. Trabajé mucho con Paulo y siempre fue una idea trabajar con ellos y fue cuestión de unir los cables», explicó Big One contando que el primero en confirmar su participación fue el puertorriqueño.

«Me sentí feliz. Desde hace mucho rato vengo viendo su carrera. Soy de esos artistas que llevan mucho tiempo pero que están estudiando de cerca el movimiento y las nuevas figuras que están representando lo que en un momento dado nosotros hicimos. Así que nada, feliz de estar aquí, de aprender, de tener nuevos amigos. Como dije ahorita, hay veces que uno dice, ¿qué más puedo hacer después de tanto? Y cuando pasan estas cosas digo: ‘Wow, todavía faltan por escribir páginas en el libro de mi biografía musical’. Estoy feliz de estar aquí, de verdad. Gracias a Dios, a todos ustedes por la oportunidad», dijo Wisin visiblemente eufórico.
«Ustedes son conscientes de lo que dicen, ¿no? Artistas nuevos, aprendan, loco, aprendan», interrumpió Paulo. «Me dio un montón de consejos, me dio el consejo de la unión. La unión de cuando va más allá de la música, sino que va a lo cultural, a la amistad. Eso se ve, se palpa y hace que la música tenga ese plus que solamente lo consigue el amor. Él sabe que lo respeto, que venga acá para nosotros es un nivel de confianza y de una satisfacción de decir, estamos haciendo las cosas bien».
«Yo tengo 45 años y desde los 16, 17 vengo trabajando en la música, soñando. Ahora vengo a recolectar buenas memorias al ver el impacto que tuvimos en la música. El sacrificio no fue en vano. Seguimos recibiendo regalos del cielo, seguimos haciendo lo que amamos», cerró Wisin.