
Gordo volvió a la Argentina con una energía arrolladora y una sonrisa que delata lo que siente por el país. Tras meses de gira, el DJ y productor regresó para reencontrarse con el público local con dos shows programados: uno en Córdoba el viernes, y otro en Buenos Aires el sábado. “Estoy feliz, ya regresé a Argentina. Tenemos un show que va a ser muy top”, dice, cargado de entusiasmo.
Cada visita lo toca de una manera distinta. Para él, Argentina no se parece a ningún otro lugar del mundo. “Te genera cosas distintas. No lo puedes comparar con otros países. Es como el amor por la cultura, la comida, la vida… Todo es muy diferente acá”. En su forma de hablar hay una admiración profunda y genuina por el país y su gente. Incluso entre risas, reconoce: “Me gusta quejarme mucho también —como ustedes— pero al final del día viene el amor”.
La historia de Gordo es la de un artista que supo reinventarse. Antes conocido como Carnage, lideró charts internacionales con su primer álbum Papi Gordo. “Salimos número uno en Billboard, y de ahí viene mi nuevo nombre”, recuerda. Pero tiempo después decidió soltar todo lo construido bajo ese alias y empezar de nuevo. “Tenía como cinco nombres distintos, en diferentes géneros y mundos. Boté todo eso y empecé de nuevo. Hacerlo dos veces en la vida… no muchos lo logran.”
Esa reinvención también fue física y personal. “Perdí 69 kilos en un año y medio. Cambié cómo me miro. Y si tú te cambias todo, y arrancás con un nuevo nombre, es otra cosa.” Hoy, Gordo representa una nueva etapa, un nuevo sonido, y una nueva mirada.
Durante el verano argentino, su tema “Olvidarte” sonó en todos lados, pero él no estuvo presente para vivirlo de cerca. Confiesa cierta tristeza por habérselo perdido: “Me dijeron que estaba re explotado acá, pero no lo viví. Entiendo si la gente ya está cansada de la canción, porque yo también me canso de mis canciones. Llegué y los agarré con el caballo cansado. ¡Hace cuatro meses que no paran de bailarla!”, cuenta entre risas.
Esta colaboración fue uno de los grandes momentos de su carrera ya que desafía las etiquetas de ambos. “Hacer un melodic techno con Emilia… fue una canción muy distinta para ella también. Y le agradezco por eso”. Gordo valora el gesto de compartir una creación con una artista del calibre de Emilia: “Hacer un tema con alguien que puede vender cuatro estadios en un lugar… ¡es una locura!”.
Aunque ella no se encuentra en Argentina en este momento, la conexión sigue firme. “Siempre hablamos. Nos mandamos memes por Instagram. Es masivo”, cuenta divertido. La misma cercanía tiene con otros nombres fuertes de la escena local como Duki, Paco Amoroso y más.
Entre los artistas argentinos con los que le gustaría colaborar, no duda: “Milo J. Un animal. Me gusta mucho.” Lo compara con Rosalía, no por sus estilos, sino por su nivel artístico: “Me gustan los artistas que ponen tiempo en los videos, en la música. Son artísticos. Eso me gusta más”.

Gordo no es de los que sacan canciones por sacarlas. Prefiere esperar el momento indicado, y tiene una regla clara: “Tienen que esperar al próximo verano. Porque no hay verano sin Gordo”.
Hoy, en un presente donde conecta de lleno con su arte, su cuerpo y su esencia, Gordo demuestra que no hay límites cuando hay autenticidad, pasión y ganas de empezar —y volver a empezar— cuantas veces sea necesario.