
Aún hoy, ser mujer y alcanzar un puesto de liderazgo no es una conquista sencilla , sino el resultado de una batalla constante por un derecho que, lamentablemente, no siempre se concede de forma equitativa. En industrias como la musical, donde las reglas del juego aún siguen dictadas por una estructura predominantemente masculina, esta lucha se intensifica. El talento, la pasión y la dedicación son solo parte de la ecuación; se requiere, además, el coraje de enfrentar expectativas ajenas, y abrirse paso entre tradiciones y prejuicios que limitan el alcance de las voces femeninas.
Sin embargo, hay quienes, como Gabriela Jurado, fundadora de GJ Prensa, lograron transformar ese desafío en una oportunidad. A través de la perseverancia y la visión, logró reescribir las normas del éxito. Al construir su propio camino, la empresaria demostró que, aunque la ruta hacia la igualdad de oportunidades esté llena de obstáculos, el talento y la determinación pueden derribarlos, abriendo puertas que alguna vez parecían cerradas para todas nosotras.
GJ Prensa nació en una industria musical muy diferente a la de hoy. A 24 años de su inicio, ¿cómo cambió tu manera de trabajar y de entender la comunicación en la música?
Sí, así como mencionás, la agencia nació hace 24 años, en un momento bastante complicado, en el 2001. Este año cumpliríamos 25 años, de hecho. En ese entonces, la industria era completamente diferente, no existían las redes sociales y apenas empezaba a surgir Internet. Los correos electrónicos existían, pero ni siquiera estaban tan establecidos como ahora. La comunicación era mucho más analógica. Por ejemplo, para hacer un lanzamiento de un disco, lo que hacía era empaquetar uno por uno los discos, ponerles sobres con las direcciones y enviarlos a los medios. Yo misma llevaba los discos, personalmente, de un lado a otro. Era un trabajo muy artesanal. A pesar de lo laborioso, lo recuerdo con mucho amor. Tenía 22 años en ese entonces, y siempre lo hice con mucha pasión.
¿Cómo y cuándo fue el momento en el que sentiste que GJ Prensa se convirtió en un nombre de referencia en la industria?
No sabría decirte exactamente cuándo sucedió eso. Creo que es algo que se construye con el tiempo. Como cualquier emprendimiento, llega un punto en el que la gente empieza a conocer tu nombre. Es como un kiosco en el barrio: después de 25 años, todo el mundo ya lo conoce y lo respeta. Yo creo que lo mismo sucede aquí. Yo empecé desde cero, con total independencia, sin saber nada de la industria. Y creo que también tiene que ver con cómo me manejé: con sinceridad, con honestidad, sin bajar los brazos, consiguiendo lo que necesitaba. Después de 25 años, el reconocimiento se logra gracias a todo eso, un poquito de cada cosa.
Nombraste la independencia, de comenzar completamente sola. ¿Cuáles fueron los mayores obstáculos siendo mujer e independiente en este camino?
Los obstáculos los fui atravesando sin pensarlo demasiado. Hubo muchos. En la industria, siempre ha habido una predominancia de los hombres. De hecho, en las discográficas, los puestos importantes siempre estuvieron ocupados por hombres. Yo recuerdo que casi todos los presidentes de compañías eran hombres.
Hoy celebro que las mujeres tengamos más presencia en la industria. Ser una mujer en este ámbito me honra. Pero si hablamos de los obstáculos, te diría que siempre hubo una tendencia a darle más importancia a los hombres. Sin embargo, para mí, eso nunca me detuvo; más bien, me impulsó a seguir adelante.
En tu experiencia, ¿cómo viviste la evolución de la industria musical en cuanto a la equidad de género, especialmente en comparación con los primeros años en los que las mujeres enfrentaban limitaciones en cuanto a salarios y ascensos?
Personalmente nunca trabajé en una relación de dependencia. Siempre fui independiente, siempre fui mi propia jefa. Así que no experimenté directamente la diferencia de poder que puede verse cuando uno está en una empresa. Ahí es donde, creo, la diferencia entre géneros es más evidente.
Por ejemplo, sé de colegas que tuvieron el mismo puesto que un hombre, pero ganaban menos dinero. También vi, durante muchos años, cómo dentro de las agencias, se les daba más prioridad a los hombres para poder ascender, mientras que las mujeres se quedaban con roles como secretarias.
Hoy, afortunadamente, las cosas cambiaron. Ahora celebro que haya directoras mujeres, presidentas de discográficas, mujeres ocupando roles importantes. Cada vez hay más mujeres ocupando roles que antes eran impensables para nosotras. A pesar de que aún faltan mujeres en algunas áreas, como la musicalización o en puestos de dirección de radio, estoy convencida de que seguimos avanzando.
¿Cómo creés que está cambiando la industria musical para las mujeres que equilibran su carrera y la maternidad?
Muchas veces se pensó que el rol de la mujer en la industria era limitado. Durante años, parecía que la mujer debía tener un lugar muy específico, como el de madre o secretaria, y no ocupaba cargos de poder. Creo que ahora, con este cambio de paradigma, todo está mejorando.
En mi caso, algo que cambió mucho en mi vida fue la maternidad. Fui mamá en plena pandemia, por vínculo adoptivo, de mis dos hijas. La verdad, gracias a Dios, con mi compañero logramos hacer todo a la par. Tengo un gran sostén de mi familia y de muchas personas que me rodean, lo que me permite vivir mi maternidad y mi carrera de una forma equilibrada.
Puedo ser jefa de mi propio proyecto, ser mamá y tener un compañero que también es papá y asume responsabilidades de igual manera.
¿Cuáles considerás que son las claves para crear oportunidades genuinas y duraderas para las mujeres en la industria musical?
Creo mucho en la capacidad de cada persona, en el talento, y en las oportunidades. Las dos cosas tienen que estar presentes. Por un lado, está la capacidad que uno tiene y, sobre todo, el no bajar los brazos. Para mí, eso es fundamental: no rendirse. Creo que muchas cosas se logran por la perseverancia. Es como los actores que van a los castings y tal vez no quedan en uno, pero lo intentan una y otra vez. Lo mismo me pasa a mí con las entrevistas. A veces me dicen que no fue el momento o que no lo vieron como esperaban, pero no importa. Si esta vez no es, la próxima será.
En cuanto a las oportunidades, también se trata de no rendirse, sino de reconocerlas y aprovecharlas cuando se presentan. Un ejemplo claro es lo que hizo Spotify con sus playlists. Me parece una gran oportunidad. Antes, todo estaba liderado por hombres, y ahora se busca un 50 y 50, lo cual es genial. Me gustaría que eso se repitiera en todos los ámbitos de la industria, que haya más oportunidades para las mujeres.